lunes, 13 de julio de 2020

Le han puesto sordina a la voz del toreo, ha muerto Federico Núñez...

Víctor José López EL VITO
@vejotaele 

-“Soy tan paisano de Aldemaro Romero, que los dos nacimos en el Cerro El Zamuro de Valencia, los dos somos aficionados a los toros y juntos le hemos dado brillo a Valencia en nuestras profesiones”.

Así, lleno de orgullosa valencianidad se expresaba Federico Núñez.

Federico murió el sábado en Caracas. Sus restos fueron sepultados este lunes,  por Silvia Grasso su compañera. La inseparable en los mejores y los duros días del final del camino.

Federico gustaba de hacer referencia a su niñez. Identificado con Aldemaro y con Renny Ottolina, también atentos cuando los toros de Cojedes llegaban por la madrugada a Valencia. Su madre le despertaba cuando el barullo del encierro, los cencerros de los bueyes y los gritos de los vaqueros que llevaban la corrida de toros marqueseños entraba por la Navas Spínola. Iban los barreteros camino de Camoruco, para ser lidiados en las  Arenas de Valencia. La trocha trazada por la falda de los cerros era el camino de los toros desde la Isabelica, hasta los corrales de Arenas de Valencia.

Federico Núñez Sandoval murió el sábado a la edad de 91 años. Nació en Valencia el 30 de octubre de 1928, el año que Gonzalo Gómez compró el Nuevo Circo y cuando la fiesta de los toros en Venezuela vivía su mejor momento, eran los días de la rivalidad entre Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza. Dos toreros que lideraban una afición apasionada, pero dividida.

No cabe duda que, ademas del ambiente taurino de aquella Valencia, la influencia de Luis Núñez Regaterín, su tío, que fue el banderillero de Sananes en los momentos estelares del rubio torero de San José, fue definitiva en la educación taurina de Federico.

Sus amigos Zárraga, especialmente Eduardo y Pedro Zárraga influyeron mucho en su formación radiofónica de cuya excelencia siempre se ufanó Federico. La Voz, como con cariño le distinguíamos, fue uno de los pilares que le condujeron al periodismo taurino  y radiofónico, desde donde brilló a niveles internacionales codeándose con estrellas de la transmisión taurina, como lo hizo en “su” Nuevo Circo mano a mano con Matías Prats, la tarde que se lidiaron toros de Samuel Flores en directo para España y el mundo desde Caracas.

Federico quiso ser torero.

Hizo el paseíllo con César Girón en Maracay el 31 de marzo de 1946, vestido de celeste y oro. Completaron cartel Ramón Moreno Sánchez y Aurelio Díaz "El Bombero" con dos novillos criollos y cuatro becerras de la ganadería de "Guayabita", para los debutantes Girón y Núñez. Esa misma tarde debutaron como banderilleros Pedro Arias y Pedro Delgado, "Pedrucho de Caracas".  La inteligencia le recomendó el retiro anticipado pero siendo su afición más poderosa, siempre estuvo presto a participar como aficionado práctico en festivales y tentaderos.

Luego de su breve actuación por los ruedos, y ya con experiencia radiofónica en su natal Valencia, Federico vino a Caracas y, Víctor Saume, leyenda de la radio y de la televisión venezolana le abrió la puerta de Radio Rumbos, donde comenzó con guardias a media noche sembrado una muy cercana amistad con Delio Amado León. Delio se iniciaba ante los micrófonos y estaba a dos pasos de convertirse en un maestro en la locución del beisbol profesional.

Federico fue contratado para los espacios y cuñas de cigarrillos Alas y la poderosa empresa Colgate Palmolive. Antes, con Alejandro Arratia Oses, hizo pareja insuperable en programas de radio en espacios meridianos donde exaltaban los valores nacionales como nunca y juntos tuvieron presencia en Televisa. Estuvo en Radio Caracas, en los primeros años del decenio de los sesenta, y luego, tras prolongada estada en España donde coincidió con Renny Ottolina, que le manifestó con sus conocimientos su afición por los toros, rechazó su oferta de viajar a Roma atendiendo un llamado de la gerencia de CVTV Canal 8 en 1964.

No fue ajeno al periodismo escrito, y además de diferentes corresponsalías en México y España, Federico Núñez escribió en importantes diarios venezolanos como lo fueron La Esfera y Últimas Noticias. Sus carteles taurinos en la radio nacional fueron guía para la afición, como un heraldo que anunciaba que en Maracay se presentarían los jóvenes ases del torero sevillano Diego Puerta y Paco Camino.

Casi 50 años de amistad nos unieron. Una historia afectiva con el testimonio de su hermana Margarita y de su hijo Samir, que de memoria han de repetir las ocurrencias de dos ilusos quienes soñamos con una Venezuela mejor y libre, y de los venezolanos. Hombre de envidiable memoria, en los momentos lúcidos de sus 91 años, fue un libro enciclopédido abierto para los más diversos temas de la Fiesta de los Toros. Casi tan abierto como lo fue  su mano amiga,  siempre extendida ante las circunstancias que se presentaran.

Desde ayer su voz tiene sordina, La Voz Taurina de América, como le bautizara Pepe Alameda, está guardada bajo el suelo de Caracas, y le arropa su cielo, al que Silvia Grasso, su mujer, le ruega por su alma. Hablamos con Samir, su  muy querido hijo junto a quien vivió los últimos días de su prolongada estada en Georgia, Estados Unidos, antes de regresar a Caracas donde le atendieron con amor y cariño Nataly, Shauki y Salah.

Compartimos nuestro pesar con Margarita, su hermana, y su hermano Rafael… Con sus amigos, Hugo Domingo Molina, Hugo Alberto y el Morocho Molina. Con Alberto Ramírez Avendaño, Orlando Echenagucia y Mariela Echenagucia, Andrés Miguel Velutini y Graciela, con Pedro Vicente Echenagucia, quienes además fueron sus vecinos y compañeros en la vida.

Deja Federico un gran vacío en lo que fue su vida como taurino.

¡Te abrazo, hermano!


NOTA DE REDACCIÓN VUELTA AL RUEDO: Fue don Federico Núñez un baluarte muy importante en el ámbito taurino y los medios de comunicación su penetrante timbre de voz era junto al de don Antonio Aragón referencia de una época para el país en materia taurina inolvidable. En Mérida era fija su presencia en el abono ferial, tanto en AM (Radio Los Andes 1040) al lado de Eliecer “El Cheché” Monsalve como voz comercial, así como en sus últimos años bajo el respaldo de Beltrán Contreras y el Circuito Líder, y la voz comercial de un jovensímo Gildardo Moreno u Oscar Ramírez. Estamos hablando de comienzos y mediados de la década de los ´90 hasta mediados del 2000, cuanto ya le veríamos con avanzada edad por última vez en el ruedo emeritense.

Sin duda alguna don Federico Núñez ha dejado tatuado su impronta, y aun cuando siempre mantenía por estos lares su celo profesional en el ejercicio de sus funciones, no es menos señalar que era un placer escucharle. Tenía lo más importante en esto de hablar de toros: sabía y conocía la técnica e historia del toreo. Descanse en Paz, maestro.

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