El
madrileño corta dos orejas en una importante actuación; Calita toca pelo en su
vuelta a los ruedos españoles y Finito firma lujosos detalles
GONZALO I.
BIENVENIDA
Redacción APLAUSOS
Los compases del Himno Nacional reconfortaron tras
el largo silencio que cubrió como un manto de pesadumbre el paseíllo. El
corazón encogido en la vuelta de las corridas de toros con todas las medidas
sanitarias perfectamente acatadas por los aficionados.
Colombino, de Vellosino, vino a decir con sus
puntas hacia delante que ya han vuelto los festejos mayores. Finito, de luto
con un precioso catafalco y azabache, mostró disposición en el saludo dejando
algunas verónicas con su sello y una media con ritmo. Peleó en la trasera y
larga vara recibida. Fue informal en su comportamiento. Finito inició la faena
con gusto, especialmente templados fueron los muletazos por el pitón derecho.
Por ahí la faena tomó vuelo. El cite idóneo, ese tiempo para esperar que
metiera la cara, el trazo templado, el gusto de los remates y de los
desplantes. Por el izquierdo todo fueron frenazos y medias arrancadas por parte
del toro de Vellosino. Aprovechó el maestro de Córdoba el pitón derecho
logrando los oles rotundos. Un pinchazo y una estocada rinconera afearon la
elegante labor.
Finito mostró idéntica disposición ante el cuarto,
que no se definió en ningún momento. Juan Serrano trató de mecerlo en el capote
pero el toro respondió con las manos por delante. En la muleta amagó unas veces
y protestó con brusquedad otras. Una paciente labor, de empujarlo hacia delante
hasta una tanda limpia y sentida por el pitón derecho con un trincherazo marca
de la casa. De nuevo la espada se llevó el rédito que el esfuerzo merecía.
Una oreja cortó Calita en el quinto, que tuvo la
seriedad de toro de plaza de primera, cuajado en todos los sentidos. De salida
a punto estuvo de estrellarlo contra las tablas. Se recompuso el mexicano, que
firmó un vibrante saludo. Calita brindó al empresario del festejo, José Montes,
que además es su apoderado. Los mejores momentos de la faena llegaron sobre el
pitón izquierdo, muletazos de uno en uno por la tarda condición del toro, pero
con profundidad. Calita mostró su versión más templada con muletazos largos. La
espada, de fulminante efecto, cayó baja.
El hondo segundo, de 580 kilos, no podía ser más
aldeanueva. Acapachado, con la blancura de sus finas puntas hacia el cielo.
Bonito pero un tío. Cinqueño. Calita lo recibió con mucha disposición,
echándose el capote a la espalda al tercer lance. En un derrote le abrió la
banda de la taleguilla, siguió en su afán arrollador. Derribó en el único
encuentro con el caballo. El mexicano inició la faena con un cambiado por la
espalda, en la distancia el toro se arrancaba alegre y pasaba. Después resultó
bronco. Calita lo intentó por los dos pitones, algo acelerado, con más voluntad
que acierto. Fue tropezado en dos ocasiones. Se volcó en la suerte de matar,
aunque tuvo que emplear varias veces el descabello.
López Simón recibió rápido al tercero, otro serio
ejemplar de Vellosino. Las verticales verónicas y delantales fueron mejores por
el pitón izquierdo. Cumplió en el caballo antes de corretear disperso en la
brega de Mambrú. López Simón alzó la montera al cielo en un sentido brindis. La
entrega del madrileño se hizo patente con un inicio de rodillas, muy ajustado,
que ligó con muletazos de hinojos en redondo. El toro cambiaba el ritmo pero
López Simón siempre le buscaba las vueltas para ligar los muletazos. El toro
embistió con largura en la primera mitad de la faena, después se aburrió con la
cara por encima del estaquillador. No se aburrió Simón, que continuó con su
disposición hasta un final ya atropellado por la falta de recorrido del toro.
Se fue tras la espada. Oreja con petición de la segunda.
Cerró la noche otro cinqueño del Vellosino, ancho
de sienes, con remate en su alargada caja. López Simón se entendió desde el
principio con el mejor toro del conjunto salmantino. Embistió con mucha
transmisión. El madrileño trató de torear con el capote de salida, después lo
llevó al caballo con chicuelinas al paso y quitó por el mismo palo en la
versión estática. Un gran tercio de banderillas protagonizaron Mambrú y Jesús
Arruga, que tuvieron que desmonterarse. López Simón comenzó la faena a pies
juntos, sin moverse se lo pasó seis veces por las espinillas, en el pase de
pecho estaba la gente en pie. La faena cogió fuerza de triunfo grande con un
entregado Simón que siempre la dejó puesta para ligar. Hubo tandas de seis y
siete muletazos. Lo cuajó por ambos pitones. Ya en su terreno se entretuvo en
largos circulares. Estocada. Las palmas despidieron al buen Banderillero de
Vellosino. Una oreja con fuerte petición de la segunda. El presidente se enrocó
pese a la rotunda solicitud popular del segundo trofeo.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Vellosino, bien presentados, de manejable juego, destacó el sexto.
Finito
de Córdoba, saludos y saludos
tras aviso.
Ernesto
Javier “Calita”, silencio tras
aviso y oreja.
López
Simón, oreja con petición de la
segunda en ambos.
INCIDENCIAS: Se guardó un minuto de silencio por las
víctimas del Covid-19 y se tocó el himno de España al finalizar el paseíllo. *** El paseíllo se realizó en silencio
en señal de luto. *** La plaza
registró un buen ambiente teniendo en cuenta las restricciones impuestas por la
Junta de Castilla y León por el coronavirus, que establece una distancia entre
espectadores de 1,5 metros. *** Se
desmonteraron tras parear al sexto Mambrú y Jesús Arruga.
Ávila. Sábado, 18 de julio de 2020.
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