domingo, 5 de junio de 2016

MI CORRIDA - Así son los Miura

JORGE ARTURO DÍAZ REYES
@jadr45

Treinta y un corridas continuas, y lleno completo. Luego dirán que no hay afición. La Divisa verdinegra cerró el San Isidro 2016 a su modo. Con la diversidad propia del abigarrado ancestro.

Cárdenos y negros, altos, largos, vareados, cargando mucha leña en amplias cunas, y mucha y dispareja romana casi 600 kilos promedio, y 102 entre los extremos. Imponían. Leyendas aparte.

Pero el talante fue más disímil. De todo hubo en la viña de los señores Antonio y Eduardo.  Desde la brava nobleza del gran primero (bis) “Tabernero”, arrastrado bajo una cerrada ovación, hasta  el mal genio y la mala uva del sexto, último de la feria “Ojeador”. Y en medio de ellos lo que ustedes quieran, incluida la falta de fuerza y la sosería. Material apto para lidiadores dignos de tal título.

Rafaelillo estuvo a una estocada del triunfo, triunfo. Devuelto el primero, corrieron turno y le soltaron el cuarto, 605 kilos, que desde la distancia tomó dos buenas varas de Collado y a punto de la tercera le cambiaron tercio. Persiguió y apretó a Mora contra las tablas haciéndole ovacionar.

Tras el brindis al Rey Emérito, muleta baja de tablas a medios y una faena natural, natural, pur natural. De frente, perfil y medio pecho. Series de a cuatro y cinco con su forzado. “Tabernero” humillaba y pasaba fijo pero no tonto, pudiendo echar mano del aguantado en cualquier momento. Verdad.

Los oles iban uno tras otro, rezados. Toreo no de florituras. Toreo del que llaman clásico. Lo clásico es lo intemporal. Habrá quien no le haya sentido las languideces que le mueven el piso. Está en su derecho. Pero la plaza bullía por los trofeos cuando el murciano después de laboriosa igualada pincha tres veces y a la cuarta da la estocada que habría tenido que dar primero para llevarse todo. Saludó. Poco premio. Y para colmo mató al cuarto (reserva de Valdefresno) le impuso un volapié de campeonato.

Castaño, aun con secuelas de la quimioterapia, lució más con el tardo y desganado quinto, pisándole los terrenos y aguantándole largas cavilaciones. Le hizo pasar ligado en las últimas tandas izquierdas y le fulminó a volapié ganando el saludo desde el tercio.

Perez estuvo decoroso, jugándose sin esperanza frente a dos revoltosos buscadores de cuello ágil. Abrevió con uno y fatigó con otro. Ganas y valor no le faltaron, quizá poder sí. Las palmas finales fueron agradecidas.

Fernando Sánchez rayó a gran altura en sus tres pares, uno al segundo y dos al quinto. Dejando arrancar primero a los toros, caminando hasta el embroque, cuadrando por la cara, reuniendo los arpones arriba y saliendo airoso. Sosiego, torería, dominio. Tres veces, tres ovaciones, dos saludos. Estos videos deberían ser obligatorios en las escuelas taurinas. Lo de hoy con los miuras y lo de Adalid el otro día con los saltillos, quedará en los anales de la feria como instantes brillantes que honran la fiesta. También saludó con mérito Ruiz en le sexto y salió aplaudido el picador Francisco Vallejo con el sexto. Corrida rica en incidencias. Así son los Miura.

Se acabó la corrida, murió la feria, y ya vendrán los balances. Lo que yo vi justificó la peregrinación.

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