Este sábado hace 94 años que
llegó al mundo el hijo del Papa Negro. Venezolano de nacimiento, sevillano de
sentimiento y madrileño predilecto de adopción. Su nieto Gonzalo Izquierdo
Bienvenida recuerda al maestro.
GONZALO IZQUIERDO
BIENVENIDA
Madrid
Diario ELMUNDO de
Madrid
La alegría de una casa viene acompañada de una noticia que
llena a los que la habitan. En el otoño de 1966, Antonio Bienvenida se había
retirado toreando seis toros en Las Ventas. A la mañana siguiente la felicidad
llenaba todos los rincones de Generalísimo 10 y la más pequeña, Paloma, no
podía parar de sonreír. No entendía como en 24 horas el gesto grave de su padre
en bata mirando entre las cortinas las idas y venidas del temido viento se
podía tornar plenitud después de una tarde colosal.
Ya no iban a quedar mañanas tensas en las que no llegaban
las palabras a los labios, la saliva a la boca ni las ocurrencias espontaneas
que amagaban con meter la pata. Quedaban atrás los despertares con la mesa del
comedor cubierta con los periódicos en los que Antonio Bienvenida leía las
crónicas de sus actuaciones.
Los años no le dejaron olvidarse de lo que le había dado la
vida. Parafraseando a Pepe Alameda "el toreo no es graciosa huida, sino
apasionada entrega". La entrega y su incombustible afición le llevó a no
dejar de torear nunca y especialmente festivales benéficos en los que aportaba
un granito de arte a beneficio de los más necesitados.
Este sábado hace 94 años que llegó al mundo Antonio
Bienvenida. Venezolano de nacimiento, sevillano de sentimiento y madrileño
predilecto de adopción. Madrid le hizo uno de sus toreros para no olvidarle
nunca. "Lo de don Antonio en Madrid era para vivirlo. Cada vez que se
anunciaba en Las Ventas se aseguraba el lleno y si toreaba cerca de la capital
tenía una legión de 8.000 partidarios", coinciden viejos aficionados.
A los grandes artistas no se les debe recordar por el día
triste en el que nos dejaron si no por la fecha en la que llegaron al mundo
para regalarnos su obra. Una obra que ha dejado huella. Antonio Bienvenida se
sacrificó para glorificar una forma de vida que llenó su alma y grabó en el
corazón de muchos aficionados otra manera de entender la lidia del toro.
La niña, mi madre, que no se atrevía a romper el hielo en
esas mañanas tan complejas supo asimilar la escuela de valores que encarna la
Tauromaquia. La pequeña de cinco años que era feliz viendo a su padre
satisfecho después de una admirable trayectoria es hoy portadora y trasmisora
de una educación basada en el respeto. Paloma, Pilón como sólo él le llamaba,
no ha pasado ni un día sin recordarle desde otro otoño mucho más triste
[Antonio Bienvenida falleció en octubre de 1975 tras una grave lesión provocada
por una becerra en casa de Amelia Pérez Tabernero].
Con la filosofía heredada del Papa Negro, "el público
no va a las plazas a pasarlo mal, va a emocionarse con la verdad del
toreo", ha sido capaz de mostrar siempre la cara más bella y más honesta
de la vida a los nietos de Antonio Bienvenida.
Su familia le sigue recordando en el día que llegó para sembrar
de torería, honradez y arte los ruedos del mundo entero.
LAS 11 PUERTAS GRANDES DE ANTONIO BIENVENIDA EN LAS VENTAS
Antonio Bienvenida fue el referente de la pureza, la torería
y el conocimiento de la lidia. Madrid lo adoptó como suyo desde su alternativa
con una corrida de Mura en 1942. En su haber, 11 Puertas Grandes le contemplan,
sólo superado por Paco Camino y El Viti, que lidera el podio de salidas a
hombros en la Monumental de las Ventas con 14.
El cuarto hijo del Papa Negro ostenta también el récord de
lo que ahora se llaman encerronas con seis toros. Incluso una vez lo intentó
con 12, pero no pudo acabar la hazaña.
Luis Francisco Esplá, que le disputó a Bienvenida el honor
de haber sido el torero con más paseíllos hechos en el ruedo venteño, le
recordaba en una entrevista del siguiente modo: "Cuando conocí a Antonio,
yo era muy joven y no estaba lo suficientemente formado para emitir un juicio
serio sobre su toreo. De toda la familia, con el que mejor me entendí es con
Ángel Luis. Pero lo importante en cualquier caso no es lo que pueda recordar.
Un recuerdo, por otra parte, cubierto de brumas y que quizá ahora magnifique.
Lo realmente importante es el concepto del toreo que representa la dinastía de
los Bienvenida. El respeto, la tradición... Todo esto hoy ya se ha perdido. Y
eso es el toreo, lo esencial del toreo".
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