Hablamos con D. Tomás Prieto de
la Cal, un criador de bravo que reúne todos los requisitos de auténtico
ganadero. "Con la filosofía del taurinismo oficial no vamos a ningún
lado", nos dice. Es claro. Disfruten de las palabras de quien cría los toros
de Veragua.
DAVID ZAMORA
En este portal, en el que admiramos la emoción del Toro
bravo como eje de la Fiesta de los toros, teníamos pendiente una entrevista con
D. Tomás Prieto de la Cal, por ser éste un criador de bravo que reúne todos los
requisitos de auténtico ganadero. En La Ruiza, finca ubicada en la localidad de
San Juan del Puerto (Huelva), mantiene la sangre Vazqueña de sus Veraguas, cuya
historia también nos contará en nuestra conversación. Además, D. Tomás habla
claro. Disfruten de sus palabras.
- Cuéntenos los
orígenes de la Casta Vazqueña.
Se van al siglo XVIII. En 1755 se funda con Gregorio
Vázquez, y es su hijo Vicente José quien mezcla las sangres más importantes de
la época. Eran Becquer, Ulloa y Cabrera. Faltaba un pilar importante, que era
Vistahermosa, y se hizo más tarde. Con esa mezcla nace unas de las castas
fundacionales de la raza bovina brava. Ese es el principio. Se podía hablar de
1788 que es cuando se hace cargo D. Vicente José. Él es el importante en la
fundación. Por eso hay tanta variedad de capas: Becquer, castaños; Ulloa,
berrendos; Cabrera, jaboneros; Vistahermosa, cárdenos, negros, colorados, etc.
Con una mezcla tan brutal de sangres se hace el toro vazqueño. Por eso en
tiempos del Duque de Veragua, éste decía que conocía más a sus vacas por los
pelos que por los números, y no los ponía. Eso sigue siendo igual.
- ¿La cría del toro
empezó en la Cartuja de Jerez, con los frailes?
Pienso que sí. Creo que el toro bravo es el único
descendiente que queda tanto del Uro Europeo como del Africano, es decir, que
estamos hablando de la prehistoria. Pero claro, una cosa es el animal en sí, su
ADN, como si dijéramos el lince o el león, y otra cosa es el animal que selecciona
el hombre, que es muy diferente. El león nunca lo ha seleccionado el hombre,
pero al toro sí. Entonces, ¿cuándo empieza esa selección? Los ganaderos nos
iríamos a la época que hablamos anteriormente, y ahí hablamos de castas
fundaciones. ¿Y quién la empieza? Hay escritores que hablan de los monjes, y
además con mucho sentido, porque era la manera de defender sus campos. También
hay gente que habla de cuando empieza la Conquista de América, y se llevan
toros allí para que no les roben. Sobre ello hay mil teorías, y creo que cada
una tiene su parte de verdad. Es un animal que existe desde la prehistoria. Y
esto es la que pienso que es tan importante o más como la de la defensa de la
Tauromaquia a través de la cultura o la ecología. Es la defensa de una especie
que está con nosotros desde la prehistoria. Me parece que si esto ocurriese en
Estados Unidos, ¡uf! Estaría protegido por decreto.
- Recibió la
ganadería cuando tenía 9 años. Entonces le ayudaron nada menos que Álvaro
Domecq, Celestino Cuadri, Miura y Antonio Bienvenida. ¿Cómo fueron esos inicios
y qué aprendió de ellos?
A mí me ayudó todo el mundo. En aquellos años el gremio de
los ganaderos, incluso yo diría que el gremio del toreo, con empresarios y
toreros incluidos, era muy proteccionista. Nos protegíamos los unos a los
otros. Hay una serie de ganaderos con más contacto, más amistad... que son los
que ha citado, y también Alonso Moreno de la Cova, José Murube, Luis Algarra...
Siempre que se ha necesitado algo para el campo, nos ayudábamos. Y quien más
ayuda necesitaba era un niño con 9 años y madre viuda, que era mi caso. Hoy
parece que el toro está enfrentado al torero, y en aquella época íbamos todos
de la mano. Era muy bonito. Hablo de Bienvenida, de Limeño. Posteriormente los
Ordóñez. Yo estoy muy agradecido. A mi madre la ayudaron a todo. Las empresas,
D. Diodoro Canorea, Manolo Chopera...
- ¿Se puede calificar
de mejor época?
En cuanto a compañerismo y ayuda sí. Remábamos todos en la
misma dirección. Cada ganadero tiene un toro, una Tauromaquia, unas ideas
diferentes, pero en cuanto a objetivo común íbamos todos de la mano. Y los
toreros iban de la mano de los ganaderos y los ganaderos de la de los toreros.
En aquella época venía Curro Romero o Rafael de Paula a tentar, lo cual hoy
sería impensable con toreros del escalafón. A mí me gustaba más esa época. Era
muy romántica. Había más respeto. Cada uno tenía claros sus objetivos. Ahora
parece que estamos cada uno por nuestro lado y no es el momento de estarlo, más
bien es el momento de estar como cuando yo tenía 9 años. Hablamos de una época
en la que Paquirri, Julio Robles o El Niño de la Capea mataban los toros de
Buendía. Es que realmente lo que ha cambiado ha sido la Tauromaquia. El sistema
taurino. La manera de pensar del apoderado, del empresario. A mí no me parece
que sea bueno.
- Su ganadería, de
procedencia Vazqueña, se mantiene pura.
Sí, yo no he cambiado nada. Ni la manera de manejarlos, ni
la sangre, ni verdaderamente nada. Ni siquiera al mayoral, que lleva más años
que yo. Seguimos seleccionando igual, tentando igual. La esencia de ganaderías
como la mía es no cambiar nada. No hay muchas, cada vez quedamos menos, pero el
mérito que tenemos es ese. Si no, seríamos uno más. ¿Qué hemos cambiado? Los
dichosos crotales, que a mí no me gustan nada. Tengo que ponerle los crotales
al nacer, y en vez de ponerles los oficiales, les pongo unos chiquititos
blancos. Y cuestiones de obligaciones europeas que hemos tenido que cambiar,
que eso ha sido un horror. Los dichosos saneamientos, porque se nos compara al
toro con la vaca lechera. Eso es culpa de los ganaderos más que de las
administraciones. De las asociaciones ganaderas. Las asociaciones ganaderas no
se han sabido unir y pedir un estatus especial para un animal especial. Siempre
nos quejamos, pero no le hemos pedido nada. Todo por la cuestión de las
subvenciones. Al final el dinero aparece siempre y va en contra de toda esta
actividad nuestra.
- ¿Cómo define D.
Tomás Prieto de la Cal la "bravura"?
Es difícil de definir. Creo que la bravura es como un saco
en el que hay una serie cualidades. Hoy se habla mucho de la toreabilidad, de
que el animal vaya a más, etc. Eso está bien, pero hace falta meterle casta,
meterle poder. Esa amalgama de cosas es lo que hace que la bravura sea
importante. Porque un animal muy bravo pero sin poder, pues deja de ser bravo,
y un animal bravo sin casta también le falta algo. Y un animal con casta y
poder pero que mansea, pues no deja de ser entretenido pero no es bravo. Por
eso creo que es un saco de cualidades donde cada ganadero le da más importancia
a unas que a otras.
- Pasa el día
trabajando en La Ruiza.
Mi actividad principal es ser ganadero. Me levanto por la
mañana y me paso todo el día en La Ruiza. Esto lleva mucho trabajo. Y como dije
antes, criamos al toro como antiguamente, y hoy en día no se dan las
circunstancias para hacerlo así. Da mucho trabajo y paso todo el día en la
finca.
- ¿Cuántos animales
nacen cada año en su ganadería?
¡Ahí tenemos suerte! Tenemos una ganadería con 180 o 190
vacas de vientre y paren casi todas. Unos 150 o 160 becerros al año. Es más
nuevo. Antiguamente teníamos un 60 % de nacimientos y ahora hay un 70 o un 80 %
aproximadamente. En eso hemos mejorado. En cuanto a sanidad, cuidos, etc.
- ¿Este año qué
lidia?
Lidiamos una novillada en Fuentes de León (Badajoz), y nos
quedan dos corridas de toros, tres novilladas y un par de festejos de erales.
Está todo vendido. Desde hace unos años tenemos mucha demanda. Y si tuviéramos
más, vendíamos más. Este año las corridas van a Carcassonne y Tafalla. Lo que
pasa es que como han aumentado tanto las exigencias en cuanto a cuernos en las
plazas de primera, pues se lidian más en plazas de tercera que en las de
primera, que es lo que a mí me gustaría. Pero tampoco voy a cambiar el tipo de
toro para ellos.
- Es admirable que
mantenga toda la esencia y no caiga en los tiempos, que precisamente no
favorecen a ganaderos puros como usted.
Claro, es que sustituir la casta por kilos y pitones, es un
error. Y el hecho de que el toro se haya unificado, pues va en contra de esto.
El toro hoy en día, entre que se le ponen unos artilugios en los pitones, que
los pitones son como de diseño, sin defectos, y que tienen muchísimos kilos...
Y aquellos animales que no tienen esos pitones tan perfectos porque no les
quiere poner esos artilugios, o son animales que pesan sus 500 kilos, pues ya
tienen problemas. Es una pena. Uno es ganadero para ir a sitios importantes,
pero mi padre decía que la categoría de la plaza la da el toro que se lidia. Y
nosotros le damos mucha categoría a las plazas donde lidiamos.
- Si estuviésemos en
época donde los toreros lidiasen cualquier tipo de toro, el toro de Prieto
cabría perfectamente en las ferias. Según usted, ganadero, ¿qué vemos en el
buen toro de su divisa?
Sea bueno o malo, ves es un toro diferente al resto, con una
morfología y un comportamiento distinto. Un toro que sale a todo gas, que
remata en burladeros y que va a tope en el caballo. Y después ese toro que da
todo de salida, tiende a pararse. Ese es un buen toro de Prieto de la Cal.
Mientras dura es un toro que se entrega en todo y que da mucho espectáculo,
porque es muy vivo, muy galopón. Con mucha emoción. Cuando ocurre eso, el toro
no dura mucho en la muleta, tiene una faena medida, pero es ahí cuando se ve al
buen torero, que debe sacarle todo lo que tiene. Y además, para mí, en general,
ese es el buen toro bravo. Respeto todo, pero no me gustan las faenas largas,
me suelen aburrir.
- A mí, hay veces que
me aburren las corridas.
Antiguamente había corridas mucho peores, menos
imprevisibles. Veías una cosa diferente, entretenían. Tiene que haber un poco
de variedad. Una de Moreno Silva, Miura, Pablo Romero, Murube, Alcurrucén... Yo
creo que eso es entretenido porque ves algo diferente cada día.
- En sus tientas,
¿qué toreros vienen a casa?
Yo de unos años para acá me he vuelto egoísta. Como le
decía, de venir Romero y Paula que venían anualmente, y Bienvenida, Limeño...
Ahora vienen novilleros porque lidio muchas novilladas, y toreros que después
se las ven con mis toros: Javier Castaño, Rafaelillo, Sánchez Vara.... Ese tipo
de toreros. Por ejemplo, este año en Tafalla me toca Francisco Marco, pues ha
venido él. Y así un poco todo. Los novilleros que torearon en Fuentes de león
han venido. Diego Luque, novillero sin caballos que el año pasado nos mató
todo. Vienen los que se anuncian con lo mío, que son los que después se van a
ver con ellos.
- Actualmente los
públicos elogian faenas sin toro, dan orejas baratas... ¿qué soluciones propone
para que la afición española le dé al Toro bravo la importancia que merece?
Yo le diría que no le dan importancia porque es que no
saben. Primero hay menos aficionados y mucho gran público, eso para empezar a
hablar. Por ahí se nos va desangrando la Fiesta. Y en segundo lugar, no pueden
echar de menos al toro porque no lo ven. No saben lo que es un toro bravo. Hay
gente que acude últimamente a los toros, y como dice, regalan las orejas,
aplauden faenas sin toro. Ese tipo de público cuando vean un toro bravo, dirán:
¿y esto qué es? Este animal no lo conocíamos nosotros, se parece a lo que vemos
todos los días pero no tiene nada que ver. En general, las empresas y el
sistema taurino nos privan de ver al toro bravo. Van a la comodidad, y la
comodidad supone un toro que para mí no es una especie igual que la que había
hace 25 o 30 años, cuando yo empecé. Un toro bravo es un animal que requiere
distancias, requiere querencias, colocación, sitio... y si uno comente un
error, pues le avisa, y el toro que no es más noble, le coge. Pero hoy en día
el toro que se lidia te permite estar en cualquier lugar y de cualquier manera.
El problema es que al no haber aficionados, el sistema taurino se aprovecha de
eso. Van exclusivamente a los números. Además, intentan sacar la tajada del
día. No piensan en el futuro, ni en hacer nueva afición, ni en que sea un
espectáculo distinto. Si no que van a la rentabilidad del momento, y lo que
pase en el futuro, pues que apechugue el que le toque. Con esa filosofía del
taurinismo oficial no vamos a ningún lado. Ni en esta ni en ninguna otra
actividad.
- Yo creo que es el
único sector que no defiende su sector.
No no. Y además es vergonzoso que la Administración no se dé
cuenta de la repercusión económica que esto tiene. Pero por otro lado, es que
no hay un organismo que funcione. Porque en teoría el sector es el ganadero, el
torero y el banderillero, pero esa gente son los que viven de esto. Los que
viven de esto a costa de quien paga. Y esa versión está muy equivocada. Tiene
que ser el aficionado y el propietario de la plaza los que reclamen las cosas y
se la planteen al sector. Y luego, el sector que se haga eco de eso. Pero
claro, aquí como el que paga no cuenta para nada, pues ya empezamos mal.
- El país vecino es
otra historia. ¿Ve posible el modelo de Francia en España?
Bueno, no se crea. Francia ha cambiado mucho. Todavía sigue
existiendo ese modelo, pero han cogido muchos defectos de aquí. En la
actualidad sí siguen a años luz de nosotros. Yo he lidiado en mi vida más veces
en Francia que en España, y hace años eran todo Comisiones de Aficionados que
mandaban al empresario lo que tenía que hacer. Ya hoy no es así. Hay un
empresario, generalmente francés, y las Comisiones existen, pero están al
servicio del empresario. No al revés. Ha cambiado, quedan pocas Comisiones de
aficionados en Francia. Y si Dios no lo remedia, en unos años lo notarán.
- ¿Y qué podemos
hacer para tener una Fiesta de verdad?
Habría que hacerle ver a los empresarios taurinos que es el
abonado y el aficionado el que tiene que poner las bases: los toreros que quieren
que vengan, las ganaderías que han quedado bien y quieren ver... Pero el que
tiene que reaccionar es el empresario dando sitio al aficionado. El empresario
taurino tiene que cambiar hacia el toro. Dejarse de comodidades. Tienen que
traer a los toreros de más nombre con las ganaderías de más nombre, no con las
más cómodas. Después, a un pueblecito, con todos mis respetos a ese pueblecito,
pues ahí sí pueden ir con lo más cómodo. Pero a los sitios importantes tienen
que ir con los toros más importantes. En el Santiago Bernabéu el Real Madrid se
tiene que enfrentar al Barcelona, si se enfrenta al Alcorcón, mal vamos. Ahora
los partidos son Real Madrid-Alcorcón y Barcelona-Hospitalet de Llobregat. La
gente algún día se hartará. La gente dirá que el Madrid es buenísimo, pero que
con esos partidos se aburre. Y es el mismo caso.
- Su madre, la
Marquesa de Seaone, después de haber visto muchos muchos toros, y con la
experiencia que dan los años, ¿qué piensa sobre el actual estado de la Fiesta
brava?
A ella no le pueden contar milongas de que el toreo actual
es el más perfecto porque ella ha vivido la época de los Dominguines, los
Ordoñez, los años 70, 80... Y dice que esa época era mucho mejor. Se
improvisaba en la cara del toro y eso te daba una sensación de emoción que no
se tiene hoy. Ella no comulga con la Tauromaquia de hoy ni con el toro actual.
Ni yo tampoco. Ella es más tajante que yo, y al toro actual lo llama borrego.
Le encanta, va a muchas ferias del norte sin lidiar nosotros, porque le gusta
estar en contacto con el toro, pero se aburre en muchas. Se sale en el 4º toro.
Dice que ella paga y tiene libertad para hacerlo. Va a Bilbao y en muchas
corridas de ganaderías de estas se sale. Su opinión de la Tauromaquia actual es
negativa. Quién sabe, hay veces que se toca fondo y se va para arriba.
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