Impresionantes declaraciones a
"Diario de Sevilla"
El torero, herido muy grave con
arrancamiento completo de la femoral, el pasado sábado, se encuentra internado
ya en una habitación de planta del Hospital Perpetuo Socorro de Alicante. Y
desde llí ha hablado con Luís Nieto, del "Diario de Sevilla", en una entrevista
que impresiona leer por la serenidad y la claridad con la que el torero explica
todas las circunstancias que han rodeado su gravísima cornada. Fue consciente
de la suma gravedad del percance desde el primer momento y ahora afronta el
futuro con gran prudencia, porque conoce la delicada situación que atraviesa.
Pero confía en volver, sin poner fecha posible. Por el valor testimonial de
esta entrevista, reproducimos aquí su texto integro.
LUIS NIETO
Diario de Sevilla
Manuel Escribano, que el pasado sábado sufrió una cornada
que le arrancó la femoral y la safena interior y otra que le evisceró el
testículo izquierdo, nos atendía tras la revisión del doctor José María Reyes
Gomis, cirujano-jefe de la enfermería de la plaza de toros de Alicante, quien
emitía ayer por la tarde un comunicado afirmando que "las heridas se
encuentran en buen estado y se han retirado los drenajes. El paciente continúa
ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Vithas Perpetuo
Internacional. Pendientes de realizar prueba de imagen. Se encuentra estable
dentro de la gravedad".
Manuel Escribano, a quien agradecemos enormemente su
esfuerzo en esta entrevista, durante la cual, y pese a los fuertes dolores,
mantuvo un amplio diálogo con esta redacción, afirma: "Estoy machacado,
dolorido. La cornada fue tremenda. Con tanta sangre, tanta hemorragia, menos
mal que la cuadrilla estuvo fenomenal y me taponaron de inmediato la
herida".
--Usted es sumamente
positivo y optimista. ¿Cómo se encuentra psíquicamente en estos momentos?
Ahora estoy destrozado. Todo depende del momento del día. La
cosa va a ratos. He tenido algún momento bueno, por ejemplo cuando he hablado
con la familia o con la cuadrilla, pero todo cambia de pronto. Los dolores son
muy fuertes y hay momentos en los que lo paso muy mal.
--¿Qué previsiones le
han dado los médicos?
A mí me gustaría que mañana -por hoy- me enviaran a planta.
Pero los médicos lo único que me han dicho es que tengo que tomarme todo con
calma.
--¿Por qué le
realizaron una segunda operación de urgencia el domingo?
Para el riego de la pierna. Un músculo impedía el riego
correcto y digamos que había que abrir una vía de escape.
--¿Cómo vivió la
cornada?
Desde el primer momento supe que era muy gorda y muy
peligrosa. Cuando me entró el pitón en la ingle supe que mi vida pendía de un
hilo porque sabía que me la había pegado en la femoral y en la safena. Cuando
caí a la arena y vi como saltaba ese chorro de sangre sabía que no me había
equivocado. Además, me di cuenta que me había abierto por entero el escroto.
Menos mal que la cuadrilla llegó de inmediato. No me podía levantar y me
abandoné.
--¿Temía que se
desangrara camino de la enfermería?
Sí. Iba supermal, supergrave. Con un dolor espantoso en toda
la zona.
--¿Cuál ha sido el
peor momento desde entonces?
Sin duda, fue el momento del pitonazo y ver correr la sangre
a borbotones. Se me hinchó hasta el bajo vientre.
--Se tiró a matar o
morir, con una rectitud increíble.
Tenía las dos orejas cortadas y quería salir a hombros. Fue
una faena de mucho temple, toreando muy despacio, con algunos pases al ralentí,
a dos por hora. Tenía dominado al toro, que había humillado y embestido con
nobleza y no esperaba que me echara la cara arriba a última hora. -
--¿Qué reflexiones ha
hecho sobre lo que supone esta nueva cornada?
De momento, ninguna. Ahora, lo único que me preocupa es
recuperarme. Estoy muy decaído por el dolor.
--¿Cuántos percances
graves?
Nueve o diez. Desde luego, las dos cornadas más graves han
sido la del abdomen -en Sotillo de la Adrada en septiembre de 2013- y ésta de
Alicante.
--En esta ocasión
llega cuando atravesaba el momento más dulce de su carrera.
La temporada iba muy bien. Desde el triunfo en Sevilla, con
el indulto al victorino, era muy buena. Aunque en Madrid no me dejaban ni
colocarme y no tuve suerte en San Isidro, he disfrutado mucho a lo largo de la
temporada en el resto de plazas.
--¿Cuándo le gustaría
reaparecer?
No hay plazo. Ahora lo veo incluso lejísimos. No puedo mover
la pierna; únicamente los dedos. No tengo todavía sensibilidad. De momento,
perderé compromisos tan importantes como Pamplona o Mont de Marsan. Lo veo todo
muy lejos. Lo primero es salir lo antes posible de aquí.
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