Tarde muy distinguida del torero
de la Puebla del Prior, que actuó como único espada y desinteresadamente.
Brillante y variado con el capote, muletero de temple y particular trazo largo.
Seguro con la espada, pero no corona ninguna de las dos faenas mayores.
BARQUERITO
LOS DOS TOROS DE nota de la clásica corrida de Asprona
fueron del hierro de Garcigrande. Un tercero negro y acapachado, gruesas
mazorcas, de preciosa estampa –las borlas del rabo barriendo la arena- y un
sobrero, cuarto bis, retinto, diadema rubia, despuntado, el de más volumen de
los siete soltados, pero con más temple que ninguno.
Perera los toreó a placer. A los dos. Al tercero, en una
exhibición completa del muletazo de trazo largo, tan del patrimonio y
repertorio propios. El sello Perera. Suelto el brazo entero desde el enganche
hasta el final del viaje; compuesta, juncal, vertical la figura; apenas abierto
el compás; el toro toreado de cabo a rabo, traído, obligado suavemente y
librado con sorprendente delicadeza.
El trazo largo consta de tres tramos, como si fueran tres
actos. Ese toro tercero metió la cara sin duelo, se entregó en la reunión pero
tuvo, en cambio, tendencia a soltarse a querencia. No fue sencillo ni imposible
convencerlo y sujetarlo. El mérito estuvo en hacer esas dos cosas sin violencia
ni carreras ni voces ni pisotones. Los intentos de soltarse del toro aportaron
a la faena un grado de emoción y otro de variedad obligada, y con ella se
revela el torero de recursos.
Antes de faenar de muleta, y después de un único y solo
picotazo, Perera, templado y brillante con el capote toda la tarde, se había
dejado sentir en los medios con un quite mixto de poderoso trazo: la tafallera,
la gaonera, la caleserina rizada, la revolera… Encontró toro en cada lance, y
los lances todos fueron en un mismo terreno. Los amagos de huida del toro,
luego, obligaron a Perera a jugar con las distancias y a medir de paso tandas.
Con la diestra y la siniestra. Más rotundo el muletazo al natural, más mandón.
Cadencioso el toreo en redondo. Muy bonitas las improvisaciones
intercaladas y las salidas: el cambiado por la espalda, los cambiados por alto
en semicírculo, el molinete ligado con el de pecho. Antes de cuadrar, una tanda
en trenza con toreo muy despacioso. Perera le había brindado esa faena de tanta
autoridad a Joselito Gutiérrez, su banderillero de confianza durante la última
década y convaleciente desde el pasado septiembre de una grave lesión de
tendones de un pie.
Al sobrero de Garcigrande lo recibió en tablas con larga
cambiada y un farol de rodillas, cosidos con cuatro verónicas de gran vuelo, y
media. Después de un picotazo, un quite de chicuelinas muy ajustadas, cuatro,
la revolera de mano baja y la brionesa de salida. El quite dejó asentado al
toro. Perera cumplió con el rito de brindar a los destinatarios de la corrida
de Asprona: los jóvenes discapacitados que ocupan uno de los palcos de la
plaza. Es un brindis que se espera todo los años y se subraya con particular
emoción. Honor al brindis: la faena de la tarde.
No solo por repetir Perera la muestra del toreo de largo
trazo tan suyo, sino por el temple y la golosa abundancia: cuatro tandas, dos
en redondo y dos al natural, de cinco, seis, siete y ocho ligados. Espléndido
el dibujo. Gran empaque. La arrogancia mayor. Un final de trenza sin ayudarse
del estoque, espectacular pero por de rango menor comparado con el toreo tan
caro que lo precedió.
Tres estocadas excelentes cobró Perera en esta tarde de
único espada, Pero ninguna de las tres vino a coronar al primer ataque ninguna
de esas dos faenas tan relevantes. Perera se precipitó al atacar en la suerte
contraria al tercero. Al excelente sobrero, el clásico garcigrande que embiste
con todo, solo lo tumbó al segundo intento. Las corridas de un solo matador se
calibran por el número de orejas. Tres fueron las del botín de Perera: una del
bondadoso fuenteymbro que partió plaza, otra de un sexto de Fuente Ymbro
también que se vino abajo casi de repente y, en fin, la del sobrero. El botín
pudo haberse doblado con mayor acierto con la espada.
Lo que contó, por lo demás, fue la sencilla autoridad con
que Perera manejó la cosa toda, su encaje natural en todas las bazas y en todos
los toros, el pulso tan bueno. La paciencia serena cuando el segundo, de Las
Ramblas, se le quedó debajo y estuvo a punto de herirlo. La gracia seca en
desplantes severos y contados que fueron rúbrica de tandas o colofón previo al
cambio de espada. Y, en fin, entre la florida exhibición de repertorio de capa,
un quite al último fuenteymbro cuando todavía estaba el toro entero y ganoso. Un soberbio quite por saltilleras
de ajuste sobresaliente, cobradas en un punto tan solo, abrochadas con dos
gaoneras rebozadas y una revolera preciosa. La firma de Perera.
FICHA DEL FESTEJO
Tres toros de Garcigrande
(Concha Escolar)-3º, 4º bis y 5º-, dos de Fuente
Ymbro (Ricardo Gallardo)-1º y 6º- y uno de Las Ramblas (Daniel Martínez) -2º.
Miguel Ángel Perera actuó desinteresadamente como único espada.
Oreja, saludos, saludos, oreja, saludos y oreja.
Buena brega de Joselito Rus.
Albacete. Corrida a beneficio de la asociación ASPRONA. 6.500 almas.
Muy caluroso, veraniego. *** Dos horas y
cuarenta minutos de función. Un minuto de silencio en memoria del difunto
Rodolfo Rodríguez “El Pana”. *** Corrida televisada por TVE.
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