sábado, 18 de junio de 2016

Antonio García

Joselito Ortegón, matador de toros

Era sobrino nieto del "conocedor" de bravo de La Puebla del Rio, Julio de la Olla, quien  en el año de 1.930 junto con su sobrino FRANCISCO GARCIA y  desde el Puerto de Palos de Moguer hasta Puerto Salga y de ahí a la Sabana de Bogotà,  hicieron la epopéyica travesía,  cuidando y manejando  la  tropa de vacas y  dos sementales que Don Ignacio Sanz de Santamaria le había comprado a Don Enrique de Queral y Fernandez de Maquieira, Conde de Santa Coloma, para implantar en estas tierras aún agrestes, la simiente del toro bravo español.

Al entrar en quiebra Don Ignacio en el año de 1.934, todos sus bienes fueron incautados por la Corporación Colombina de Crédito, incluyendo la ganadería y la Plaza de Toros de Bogotá que luego llevaría su nombre.

Sin un peso de liquidez para pagar sueldos y prestaciones a los mayorales y vaqueros, uno de ellos: FRANCISCO GARCIA RODRIGUEZ, acordó con los curadores que le pagaran con ganado bravo español, las obligaciones laborales   que su patrón había contraído con él, desde en que se embarcó en Huelva rumbo a Colombia.

Sin ningún medio para sostener la ganadería, se asoció con Doña Rufina Rocha, esposa de Don Ignacio y de ahí nació VISTAHERMOSA, una de las ganaderías legendarias del campo bravo colombiano.

ANTONIO GARCIA DIAZ, heredó de su padre Francisco, la afición al toro bravo, al campo, al buen decir y hacer por la Fiesta Brava. Era un auténtico escuchar sus conceptos y planteamientos sobre el toro bravo, el toreo y todo lo que tuviera relación con la Fiesta Brava. Un maestro de la tertulia, a quien jamás se le agotaban los argumentos si de toros se trataba.

Solía expresar cuando de los toreros colombianos se trataba, su admiración sincera por CESAR RINCON y ENRIQUE CALVO EL CALI, a quienes consideraba como los dos pilares fundamentales del toreo colombiano. Del gran CESAR, admiraba su técnica depurada; su profundidad y hondura, pero sobre todo, su sinceridad como artista y como torero. De "EL CALI", siempre se lamentaba que no hubiera nacido a orillas del Gualdalquivir, por que solía decir, que el CALI y PACO CAMINO eran dos toreros que le emocionaban entre otros.


Siempre respetó a los toreros como el que más, y su triste partida de verdad que nos deja un vacío profundo en el corazón. Descanse en paz el ganadero y uno de los mejores taurinos que he conocido en mi vida.

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