Sosos y descastados los toros en el cierre de feria
Interesante despliegue técnico del veterano espada salmantino Domingo López Chaves, con el corte de par de orejas y posterior salida en hombros. |
Dos orejas (una en cada toro) las
que paseó el salmantino espada en el último capítulo de la cita ferial
emeritense, donde igualmente lo más artístico corrió a cargo de Alexander
Guillén ante su segundo del lote, el cual tuvo pésima tarde con el acero.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
De la resaca del día anterior muchos habían tomado rumbo a
sus destinos. Y solo ayer quedábamos los fieles que esperamos la reivindicación
de una sangre de toro bravo que ofrece emociones. Pero fue todo lo contrario. Tarde
de toros aburrida, a veces con momentos de interés y poco más como lo fue las
lidias técnicas y entregadas del debutante en esta plaza Domingo López Chaves. Al
final, fue esfuerzo para abrirse la puerta grande, a la que no se necesita de mucho,
a tenor de lo que se ha manejado estos últimos días de feria, digo criterio y
ortodoxia por parte de Usía.
Toros de Los Aranguez discretos de presentación, para no
decir de justo trapío para lo que ha sido su paso por esta plaza en ediciones
anteriores. Aparte de ello, en Carora han dejado el manantial de nobleza bravura
que les caracteriza, por lo que han dado muestra de un descastamiento a veces
rayando en la mansedumbre. Incluso dos de estos saltaron el callejón,
protagonizando el último, la curiosa anécdota de voltear a un funcionario militar
que ajeno a lo que estar en un callejón quedo estupefacto en la puerta de enfermería
cuando esta se abría para devolver al burel al ruedo. El capote milagroso nos
salvó de una tragedia, en un sitio donde están muchos que no deben de estar.
El menudo salmantino López Chaves se ha trabajado el par de
orejas que ha paseado por el ruedo emeritense. Su primero lo cuidaría en medido
castigo en varas, para quitar por ceñidas chicuelinas lo que era el prólogo a
una labor haciéndose con la sosota y parada embestida de un animal al que le había
brindado su lidia y muerte a su pupilo, Manolo Vanegas. El temple, el mando con
la voz y en especial la entrega en especial por la derecha hicieron de su labor
meritoria para que tras la estocada entera, ligeramente desprendida se le
concediera la oreja.
Misma receta ofreció en su segundo, toro de similar característica
y comportamiento que su hermano, al que recibió por chicuelinas en el tercio. Por
bajo inicio labor muleteril, la misma que tuvo mucho que ver el torero en hacer
pasar las “agarradas al piso” embestidas del morlaco, en especial por la
derecha por donde basó en su mayoría trasteo, para nuevamente con la espada
luego de tres viajes con el acero, cortar una generosa orejita que poco o más
da a estas alturas donde se han visto apéndices paseados de menor valía y méritos.
Otro debutante en esta plaza era el espigadísimo extremeño
Israel Lancho, quien su actuación en la pasada Feria de Tovar le valió para
hacer el paseíllo en Mérida. En sus dos antagonista del enlotados por la mañana
poco le dejaron estar por lo parado y manso de su condición, quien se le intuyó
deseos de agradar pero escasa ortodoxia para lograrlo, incluso cayendo en el excesivo
toreo a la galería. Su primero que saltó al callejón lo brindó al hijo del
matador Rafael Orellana, quien es una representación del gran logro que ha
significado que en esta feria hayan vuelto los niños mayores de 12 años a la
plaza; y su segundo (que también había saltado al callejón en las cercanías del
burladero 3) al guardia nacional, volteado momentos antes en el callejón. De lo
demás poco a destacar.
Regalaría un escurrido, cornalón y feo jabonero de El Prado,
el cual en su misma condición de lidia ofrecida, le propinaría par de
volteretas, en faena más de aliño y justificación que otra cosa, cuando muchos habían
ya dejado un poco aburridos por el contexto de la tarde, sus escaños en los
tendidos. Leves palmas al gesto de cerrar feria con ansias de triunfo.
Momentos de gran expresión artística los que ha dejado el emeritense Alexander Guillén, emborronado por la espada. |
La espada para Alexander Guillén viene a ser una materia
pendiente de hace tiempo. Su faena al sexto de la función ha tenido ramalazos
de gran torería, templando, embarcando y llevando con arte las noblotas
embestidas del más potable ejemplar que se lidio a nombre de Los Aranguez. Sería
lo más artístico y más emotivo que hizo que el espada emeritense, quien la
espada le ha emborronado lo que era de seguro una oreja de peso. Pero se dedicó
a pinchar en reiteradas ocasiones hasta escuchar de recados presidenciales.
Similar lecturas tuvo la faena en el primero de su actuación,
un animal en la que solo pudiéramos destacar los toreros doblones por ambos
pitones con los que inicio trasteo y poco más, pues su parada condición y mansurrón
comportamiento hizo de esta mucha entrega y poco valor para los del tendido. El
sainete con el acero por poco le cuesta que el toro pasara al corral, despachándole
con el descabello in extremis.
Culmina así una edición donde de todo el colorario visto se destacan
dos cosas importantes: la gran salud y nobleza de la afición merideña en una feria
donde hasta siete cambios hubo en sus carteles de última hora, y en especial,
el gran espectáculo que ofrecieron los toros de la ganadería San Antonio. Esas dos
cosas hacen que uno como aficionado por lo menos mantenga la ilusión de seguir
en la vera de una fiesta brava que se niega a morir. Lo demás, cuando por la
arena merideña se han paseado 23 orejas de distinto peso, 2 rabos y dos
indultos es historia ya pasada. Allí queda eso para análisis posteriores.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros
Monumental “Román Eduardo Sandia”
Martes 28 de febrero
de 2017.
V corrida de la
XLVIII Feria del Sol
Con poco más de un cuarto
de plaza (aproximadamente 4000 personas) en tarde fresca y soleada se han
lidiado toros de la ganadería LOS ARANGUEZ (Jesús Riera) en conjunto correctos
de presentación, descastados, a menos en la muleta, parados y reservones,
destacando por el más potable el corrido en 6º. De sobrero de regalo se lidio
un anovillado y escurrido ejemplar de EL PRADO (7º), con genio y áspero.
Pesos: 430, 470, 448,
430, 440, 469 y 430 kilos
DOMINGO LÓPEZ CHAVES
(Azul noche y oro con
cabos negros)
Oreja en ambos
ISRAEL LANCHO
(Pizarro y oro con
cabos y remates negros)
Silencio, palmas y
palmas en de regalo
ALEXANDER GUILLÉN
(Lila y oro con cabos
blancos)
Silencio tras dos
avisos en ambos
INCIDENCIAS: En banderillas destacó Eduardo Graterol, Mauro
David Pereira y Fabián Ramírez, así como Ramón Contreras, además de buena brega
de Gerson Guerrero. Buen puyazo de Luis Quintana, Alfredo Guimerá y Carlos Álzate.
*** Esta crónica la puedes complementar con fotos y otras notas a través de www.ruben-villafraz.blogspot.com
Numerosos aficionados y grandes amigos se han dado cita estos días en la plaza de toros merideña. Una muestra la presente gráfica. |
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