lunes, 20 de febrero de 2017

TEMPORADA EN BOGOTÁ – ULTIMA DE ABONO: Contra terror, valor

Ramsés se fue a hombros tras desorejar al sexto. *** A Vargas le negaron la puerta grande pese a dos faenas meritorias. *** Pardo porfió con un lote complejo. *** Muy seria corrida de Santa Bárbara.
JORGE ARTURO DÍAZ REYES
@jadr45
Foto: EFE

La tarde se insinuaba lúgubre, fría, oscura. Partes tristes sobre los heridos de la mañana. Paseíllo a cabeza descubierta en homenaje a las víctimas del atentado, y minuto de silencio en memoria del ganadero Ernesto González Caicedo fallecido tres días antes. Pero saltó “Buenavida”, musculoso, castaño, capirote, veleto, astifino, rematador, y estalló la ovación de los tozudos aficionados que pese a la bomba terrorista coparon casi media plaza. Loor también a ellos.

El capitán Barbero trajo seis toros con mucha leña y cuajo (cuatro cinqueños, 1º, 2º, 4º y 6º). Parecían con más kilos que los acusados por las tablillas. Cunas amplias. Agudas, largas y veletas perchas. Capas de diversos matices, cinco en castaño y un negro salpicado, el manso. Todos de bella lámina. Su juego fue también diverso, enriqueciendo las alternativas de lidia. Desde el bravo y noble sexto hasta el manso quinto. Las versiones del toro ibérico. Pelearon en varas, persiguieron banderilleros, algunos fueron inciertos y ásperos, pero ninguno aburrió. Transmitieron. El hierro vuelve a pasar con nota en su plaza tutelar. Y el público, encantado con el trapío, se les entregó de salida y arrastre. Una corrida como la merece la Santamaría, como la merecía un día tan infame y trágico que no podremos perdonar ni olvidar jamás.

Para empezar, Sebastián Vargas, tira de repertorio capotero. Verónicas, chicuelinas, caleserinas, gaoneras y brionesa de saludo y quite. Bulla puya bien, y el cucuteño, tras dos pares de poca precisión, clava uno espectacular de Calafia, que unifica las opiniones. Brindis al coronel Gualdrón comandante de la guardia de plaza que había sufrido más de veinte bajas cinco horas antes en el canallada criminal. Ovación a sus héroes. De una, torero sembrado en los medios. Dos y dos cambios por pecho y espalda, trincherilla y pecho. Tandas a diestra y siniestra, ligadas y rematadas, que perdieron secuencia en la última parte pues “Buenavida” buscó tablas y tardeó. Allá fue tras el, y plantándole cara le robó los muletazos y hasta le obligó en dos circulares de revés. La estocada ejecutada con gran facilidad y limpieza produjo derrame. La petición fue tenaz. Pero Don Orlando Garcia-Herreros se sostuvo, encima le dio una vuelta al toro que nadie pidió, y encaro con firmeza la bronca.

El cuarto, tumbó a Clovis, y en el último tercio tuvo un juego similar al anterior, que la veteranía de Vargas no tuvo problema en resolver. Finalizando con un volapié bien ejecutado pero hemorrágico y tardo que ahora sí recibió la oreja. Con esa misma óptica presidencial en el primero, quizá se hubiese ido a hombros.

Ramsés, pasó silenciado con el carialto, incierto y rudo segundo. Pero con el que cerró la temporada, el imponente “Corredor”, fue otra cosa. Lanceo dominador. Aplaudida vara de Adelmo. Tercio luminoso de Santana y Garrido. Y luego, el mejor toreo de la tarde. Fiel a sí mismo el capitalino. Verticalidad de plomada. Pierna y muleta por delante. Aguante. Temple, trazó largo, mano baja, encadenando uno con otro sin ceder pulgada. Todo en los medios. Todo bien. Tanto en las series derechas como en las naturales. Las mejores. La plaza, la martirizada plaza cerraba su ciclo arriba, y con un torero paisano, hijo de otro, de “El Bogotano”, que volvía con su toreo adusto y veraz a estar como se debe estar con un bravo de trapío tan respetable. Orgullo ciudadano. Las faenas valen según el toro ¿No? Y este era inobjetable. Faltaba la muerte ritual, merecida, y la honró con un estocadón de padre y señor mío que recibió las dos orejas inmediatas y la salida triunfal en hombros. El clamor del tendido era como un mentís a los miserables, a los gargajeantes, a los bestias, a los leguleyos, a los asesinos, y a la vez un grito de que la Fiesta y la libertad no se rendirán.

Cristóbal Pardo, tuvo mala suerte en el sorteo,  pero pese a que porfió, la verdad es que tampoco se le vio a gusto en ninguno de sus seis tercios. Ademas no estoqueó con tino.

La valiente terna colombiana cerró así, honrosamente, la temporada de reapertura de la Santamaría, la de “La Libertad”. Una temporada que había comenzado con vergonzosa y feroz azonada antitaurina, transcurrido bajo aleves ataques políticos, y terminado bárbaramente con terrorismo. Pero a pesar de todo la Fiesta vive.

FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Santa Bárbara (en Domecq), bien presentados, seriamente armados, astifinos y de juego diverso. Al 1º se le dio vuelta, el 2º y el 4 aplaudidos y el 6º ovacionado. También de salida casi todos.
Sebastián Vargas, vuelta tras fuerte petición y oreja
Cristóbal Pardo, silencio y silencio tras dos avisos
Ramsés, silencio y dos orejas.
Incidencias: Saludaron Ricardo Santana y Carlos Garrido tras parear al 6º. *** Al terminar la corrida Ramsés salió a hombros.
Domingo 19 de febrero 2017. Plaza de Santamaría. 6ª de “La Libertad”. Nubes y lluvia leve. Menos de media plaza.

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