Texas celebra festejos durante la
temporada de invierno en la plaza de La Gloria.
PATRICIA NAVARRO
@PatriciNavarro
A ocho mil kilómetros de distancia. Otro idioma. Otra
latitud. Más allá de la infinidad de diferencias late la tauromaquia en el
corazón de Estados Unidos. Allá por Texas. O al menos algo de ella. Lejos está
de ser la primera vez. En lo que va de año se han celebrado tres festejos; 18
en total; el pasado 12 de febrero fue el último. Va calando la historia. Todo
viene de la mano de un padre y un hijo. Fred y David, para más señas, Fred Renk
es el encargado de que esto ocurra en la plaza que él ha creado con el nombre
de La Gloria. Bien elegido. En uno de ellos, en el que se celebró el pasado 22
de enero, la plaza rondó el lleno, cerca de 1.000 personas acudieron para ver
el evento. Hasta allí viajó André Lagravere, apodado «El Galo», con sus 17
añitos a cuestas, la afición impoluta y una estela de incertidumbre sobre el
evento: «Cuando me llamaron para participar tenía muchas dudas, porque pensaba
que no iba a ser algo serio, pero ha sido una experiencia estupenda. Fred Renk
y su hijo David hicieron una plaza en una especie de cortijo y llevan muchos
años dando toros allí. A la gente le gusta ir y ya casi lo toman como una
tradición. Se hace una especie de temporada de invierno con varios festejos»,
relata para LA RAZÓN André recién llegado a México después de tres semanas de
periplo y de actuar en dos ocasiones en Texas.
Lo hizo en dos mano a mano (cuatro novillos para dos
chavales) y los toros elegidos fueron de ganaderías locales. Adaptación absoluta.
«No fueron erales, como allí no hay guarismo se lidian toros grandes, casi de
cuatro años. No es fácil, porque como son espectáculos no cruentos, no se pican
ni nada y enfrentarte a esos toros es complicado, un reto pero la experiencia
ha sido estupenda. La cosa va en serio y así se lo toma la gente. Hubo un
cambio importante en la sensibilidad de la gente, porque uno de los novillos me
pegó una voltereta y me dio un puntazo en el glúteo. Me rompió el traje y quedó
destrozado y a partir de ese momento fue como si cambiara la percepción del
público. Algo muy curioso. Estaban súper atentos y con la sensación de que en
el ruedo ocurría algo excepcional, no algo que pudiera hacer cualquier.
Tuvieron mucha sensibilidad. Me llamó la atención», prosigue Lagravere.
André Lagravere participó en uno de los festejos de Texas
Cuatro novillos de Pico dos Padres, de procedencia local,
lidiados por André Lagravere, “El Galo” y con José Sainz que lograron la
diversión del público local y el triunfo total. «Tuvo repercusión en la Prensa
y publicaron información sobre el festejo, por ejemplo en Winter Texas Times
destacaban la emoción con la que la gente habían vivido la experiencia. Y esa
fue la sensación con la que nos quedamos nosotros también».
El 12 de febrero se celebró un festejo más dentro de la
temporada de invierno en la plaza de La Gloria de Texas. Se valora ampliar el
número de espectáculos: «Yo estaría encantado de volver. He sentido más respeto
que en muchos sitios donde tenemos tradición por el toro. Es bueno ir dejando
granitos de arena y me gustó ver cómo fueron las familias, los abuelos con los
nietos y cómo intentaban torear después del festejo. Sin complejos. Ha sido una
experiencia sorprendente», concluyó El Galo, que tiene previsto viajar a España
esta temporada para hacer campaña.
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