martes, 14 de febrero de 2017

La monumental dice «no» a los toros «de momento»

Según la reunión mantenida con la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña.
Patricia Navarro
@PatriciNavarro

Una escueta nota de prensa lo decía todo. Tampoco sorprendía. Declaraba casi a la misma hora Artur Mas. Casualidad. O no. La Federación de Entidades Taurinas de Cataluña (FETC)se reunió con Pedro Balañá Mombrú el pasado día 1 y fue ahí cuando recibieron la confirmación. No se celebrarán corridas de toros en la Monumental de Barcelona esta temporada. No «de momento». «Ni como empresa titular y propietaria del coso ni tampoco en régimen de arrendamiento, como ocurrió durante las temporadas de 2007 y 2011», en este caso a la empresa Casa Matilla, que fue la que se encargó de dar festejos durante los últimos años de vida de la Monumental barcelonesa. Fue un comunicado de la FETC el que nos lo hizo saber.

En el mismo, la entidad catalana añadía: «El argumentario para llegar a ese no, que Balañá explicó en dicha reunión, atiende tanto a consideraciones jurídicas como sociales y políticas que aquí no se valoran», pero sí quisieron dejar claras algunas de sus posiciones respecto a la decisión de la Casa Balañá, propietaria de la Monumental, como el sentimiento de «frustración por la falta de coraje de la Casa Balañá para afrontar el desafío de abrir la Monumental al toreo, aún contando con el respaldo de la Ley. Que el crispado e incierto escenario social y político catalán invite a la prudencia no debería significar la renuncia a ejercer derechos inviolables reconocidos en la Constitución».

El Constitucional

Fue el pasado 21 de octubre cuando se conoció, después de cinco años de espera, la resolución del Tribunal Constitucional. En este caso resolvía a favor de la tauromaquia y anuló la ley catalana que prohibía la celebración de corridas de toros, ya que consideraba que la norma invadía las competencias del Estado en materia de Cultura. Así, el TC aludía a que «la tauromaquia tiene una indudable presencia en la realidad social de nuestro país» y que las corridas de toros resultan «una actividad con múltiples facetas o aspectos que explican la concurrencia de competencias estatales y autonómicas en su regulación dado su complejo carácter como fenómeno histórico, cultural, social, artístico, económico y empresarial».

Como una «expresión más de carácter cultural», las corridas de toros «pueden formar parte del patrimonio cultural común que permite una intervención del Estado dirigida a su preservación», tal y como recoge la Constitución. A pesar de ello, la sentencia dejaba varias líneas de actuación abiertas, ya que no permitía la prohibición, pero sí la regulación. Un camino peligroso para los amantes de la tauromaquia. Las reacciones en el sector político catalán no tardaron en llegar y al día siguiente de que se conociera la sentencia del Tribunal Constitucional la propia alcaldesa de la ciudad de Barcelona, Ada Colau, ya manifestó que «los toros no volverán a pisar el albero barcelonés».

Distinto maltrato

Lo hizo ya en su propio Twitter: «Diga lo que diga el TC: haremos cumplir las normativas que impiden el maltrato animal». Datos curioso éste del «maltrato animal» cuando en el propio Parlamento catalán se encargó, justo a la vez que prohibían las corridas de toros, de blindar los correbous, que son los toros que se corren por las calles con fuego en los pitones y que se siguen celebrando con normalidad. Palabrería aparte en cuestiones animalistas, tiempos convulsos en Cataluña. 

Y la Fiesta sigue siendo blanco fácil, con resiones e intereses personales que van más lejos todavía, Balañá, de momento, se ha quitado del medio. No hay negociación en mitad de la batalla. Olor a guerra. Y sucia. / Diario LA RAZÓN de Madrid

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