Para la Feria de la Virgen de La Chinita
Manuel Escribano, colocando a punto todo la “artillería” que le ha ubicado en la palestra taurina mundial, de cara a su reaparición en Maracaibo. Foto: EFE |
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Viene de una larga y dolorosa recuperación. Está preparándose
a tope para lo que implica volver al sitio que el toro exige e impone para
quienes se visten de luces. Se trata de Manuel Escribano, quien logramos
conversar vía whasapt, en su domicilio mientras se encontraba en sesiones y terapias
de ejercicios con miras a su vuelta a los ruedos.
Y lo hace en una plaza que requiere de una especial atención,
como es la Monumental de Maracaibo, escenario este año de una gran corrida de
toros que ojalá y el factor toro no defraude las expectativas tejidas, muchas
en aras de recuperar una afición y plaza vilipendiada durante años por la antítesis
de lo que debería haber sido una feria de gran personalidad y tradición.
Para tal efecto el cartel que le anuncia al lado del espada
tovareño Rafael Orellana ante un serio y bien presentado encierro de Campolargo
ha levantado las ilusiones por estar presente en un “agarrón” con sentido de
rivalidad. Se trata de dos toreros de poderoso concepto que les une la chispa
de la explosividad en su forma de llegar al aficionado en los tres tercios, de allí
sobradas razones tengan quienes desde ya están apartando la fecha del sábado 19
de noviembre en sus respetivas agendas.
«Es un cartel muy bonito, porque esteremos ante una ganadería
el cual anda en muy buen momento, como es Campolargo, así como el hecho de
vernos en el ruedo el más representativo torero venezolano del momento como es
Orellana, al que conozco sus virtudes delante del toro. Y que mejor en la arena
de una plaza que merece de nuevo devolverle grandes tardes con basamentos con
criterio para ello», señala el rubio coleta sevillano, quien la condición física
en aras de recuperar la forma y tonalidad de su pierna derecha le lleva a
largas y extenuantes sesiones de terapia.
Sirve precisamente este recuentro de Manuel Escribano con la
afición venezolana en Maracaibo para comenzar
a poner a punto lo que significaría ese volver a pisar los terrenos del toro
que con propiedad Manuel ha disputado ante las ganaderías más respetadas de la
cabaña brava española en sus últimos años, tras su triunfo en la Feria de
Sevilla del 2012, ante un bravo ejemplar de Miura que desorejó.
Se espera que en el curso de las semanas el ambiente taurino
marabino despierte del letargo ante el gran esfuerzo que implica no dejar morir
una gran cita ferial, a la que se destina un cartel de emotivo interés, que no tendría
desperdicio alguno si los “duendes del toreo” se aparecen esa tarde. Ojala y así
sea.
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