domingo, 2 de octubre de 2016

FERIA DE OTOÑO – TERCERA CORRIDA: El espíritu de 'Madroñito' no se presentó

La noble corrida de Adolfo Martín apunta mejores notas de las que remata por su falta de fondo; la plaza tomó partido por un primer toro de llamativo juego en el caballo; templada y serena tarde de El Cid.
El Cid
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario ELMUNDO de Madrid
Foto: EFE

Alumbró la mañana al ganador de ese vivero de toreros que es el certamen Camino hacia Las Ventas: Francisco de Manuel ató el sueño precoz de salir ya por la Puerta Grande en su debut sin caballos en Madrid. El temple del sol siguió como nexo de unión con la tarde para arropar una notable entrada que tapaba el acumulado de los abonos perdidos en una década.

Los adolfos conservan su crédito, si es que no lo han aumentado. Traía una guapeza de cara reunida «Carpintero» todas las ofensivas testas abiertas del resto de la armada corrida. Un puyazo corrido, otro en largo con Esquivel descabalgado y otro más por asegurar. Tres veces al caballo, anotaron los amantes de la suerte de varas. Y la primera la de mayor castigo y empleo. El bello y pronto toro de Adolfo Martín contaba con su alma noble. Más nobleza que capacidad para humillar. No del todo. O nunca hasta el final.

Rafaelillo brindó al público y se dobló genuflexo con poder educador. La derecha prometió esperanzas en dos series con el mismo patrón: en el embroque se reunía lo mejor del toro y del torero. Y de ahí en adelante el adolfo no terminaba de descolgar ni su buen carácter acababa de empujar la muleta, que dicen ahora. Lo que aún se puso de manifiesto más nítidamente en la tercera tanda. Y por la izquierda humilló menos todavía. Algo hubo para que la plaza se inclinase con tanta determinación por «Carpintero» en el arrastre. O que la suerte de varas les pareció el acabose. O que en cuatro tardes no ha habido un toro tan franco. Lo cual es cierto.

Lo que viene siendo colocar la cara de verdad lo hacía el serio cuarto, que sí apuntaba calidad. Sin humillación no hay calidad, que no les engañen. Ni clase. Ni gaitas. Sólo que no duró o careció de continuidad en lo que duró. Eso lo aprovechó Rafaelillo para relajarse al natural también intermitentemente. Quizá como espejo del toro, que murió de un soberbio espadazo acreedor de un reconocimiento unánime.

Del indulto de «Madroñito» y El Cid todavía duran los ecos de Santander. Aquel fue el primer encuentro del torero y Adolfo Martín; ayer se daba la siguiente cita. El espíritu de «Madroñito» no se presentó... Un cárdeno veleto tampoco estuvo exento de bondad dormidita y humillada. Cid lo esperaba con la muleta en la diestra sin toques y vaciaba el largo muletazo por abajo. Pero en la cuarta tanda la embestida se desentendió. De pronto se había rajado. Cid le propuso la izquierda. No había caso ni causa ya.

Un cinqueño pasado de imponente cabeza provocó la admiración de Madrid. Un «¡oooooh!» a la francesa. Se atisbó cierta chispa perdida en los adolfos. Un espejismo a la postre. Manuel Jesús usó el secreto para este encaste de dejar a los toros meter la cara. La embestida de inicio perdió gas a una velocidad alucinante. Para la tercera serie ya se había parado. Los cárdenos de Adolfo apuntaban más de lo que disparaban. Las notas optimistas se borraban en la pobre barrica de la casta. Más agua que vino. Cid aguantó las paraditas y las velas con tranquilidad de ánimo. Apuró un natural con el sello de los años de gloria y también para ser fiel a aquellos tiempos falló con la tizona. La afición reconoció su tarde.

Morenito se estrelló sin remisión con un cinqueño que no podía ni con la penca del rabo y contra un sexto manso y bruto que sacaba la cara por encima del palillo. Y si hubiera podido, por encima de la plaza.

ADOLFO / Rafaelillo, El Cid y Morenito de Aranda
Toros de Adolfo Martín, dos cinqueños (3º y 5º), muy serios y armados; noble sin terminar de humillar ni emplearse el 1º; bondadoso el rajado 2º; sin fuerza alguna el 3º; apuntó por el izquierdo el 4º sin continuidad; el 5º tampoco duró; manso y sin descolgar el 6º; faltaron fondo y casta.
Rafaelillo, de azul pavo y oro. Estocada algo tendida y descabello (saludos con división). En el cuarto, pinchazo y gran estocada (saludos).
El Cid, de verde botella y oro. Estocada pasada y perpendicular (saludos). En el sexto, pinchazo, media y descabello (saludos).
Morenito de Aranda, de sangre de toro y oro. Pinchazo y pinchazo hondo (silencio). En el sexto, dos pinchazos y estocada rinconera (silencio).
Monumental de las Ventas. Domingo, 2 de octubre de 2016. Última de feria. Tres cuartos largos de entrada.

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