GONZALO I. BIENVENIDA
Diario ELMUNDO de
Madrid
La última novillada de la temporada de Las Ventas llevaba el
hierro de Aguadulce, de José María Aristrain, el enemigo número uno de
Hacienda. La seria y entipada novillada dio opciones a la terna de la que se
desmarcó un aplomado Mario Palacios que cortó una oreja de peso precisamente
con el único ejemplar que no fue de Aguadulce: el sobrero. Un auténtico toro de
Ave María, antes Javier Molina, sustituyó al frenado, altón e inválido quinto
oficial.
Mario Palacios tiró la moneda al aire desde el primer
momento: el cartucho de pescao desde los medios como prólogo de una gran
actuación. Con el pecho por delante y la suerte cargada utilizó los vuelos de
la muleta para llevar largo al novillo. La falta de entrega que tuvo el de Ave
María la suplió Palacios con mucha verdad. Lo mejor llegó con la autenticidad
que siempre encierra la mano izquierda y la incógnita del toro que no terminaba
de venir embarcado. Sabiendo lo que podía pasar, Palacios continuó con esa
firmeza hasta que resultó volteado violentamente. Con la taleguilla desbaratada
pero sin mirarse, el novillero continuó con su buen concepto. Antes de dejar la
estocada algo desprendida, despidió la obra por manoletinas tan temerarias como
ajustadas para hacerse con el trofeo.
Palacios ya había sido uno de los nombres destacados de este
verano en Madrid por lo que cogió la sustitución de Francisco Pajares ayer. El
astifinísimo segundo llevaba en sus dagas el veneno de los mentirosos. La
debilidad de remos hizo desconectar a la parroquia pero Palacios, siempre
firme, aguantó con estoicismo la rectitud en la embestida. No cesó en su
constante intención de hacer las cosas bien, aunque muchos no se enteraron.
Volvió Tulio Salguero a Madrid después de cortar una oreja y
resultar herido de gravedad en el mes de julio. Con el temple de aquella
ocasión pero con un plus de claridad de ideas, el extremeño entendió al primero
de Aguadulce. Al engatillado de núñez le faltó tanta calidad como fuelle.
Cerquita se pasó al tercero en un quite por gaoneras. El serio cuarto que
empujó con entrega en el caballo, tuvo calidad en su embestida. Salguero se
mostró centrado y cuajado dejando buenos momentos. Descuidó en ocasiones la
colocación quedándose perfilero.
Con el áspero sexto, que mató por Martín, se mostró solvente
sin más.
Al sevillano David Martín le tocó el novillo de la tarde que
hizo tercero. Un burraco con ritmo, obediencia, fijeza, que debería haber sido
mejor aprovechado. El hispalense inició la faena muy enfibrado, más brusco de
lo que requería el de Aguadulce y tras una tanda con la mano derecha cayó
redondo a la salida de la cara del toro. Como si le hubiera partido un rayo
fulminante. Tras un impás Coca Cola en mano, Martín decidió continuar pese a la
oposición de las 5.000 personas asistieron a Las Ventas. Sin estructura alguna
llevó una faena ligera plagada de altibajos y el novillo resultó ovacionado en
el arrastre. Pasó a la enfermería para no regresar: había sufrido un síncope.
AGUADULCE | Tulio Salguero,
Mario Palacios y David Martín
Novillos de Aguadulce, bien
presentados, serios pero en tipo y de desigual juego; destacaron 3º, más
completo, y el enclasado cuarto; un sobrero de Ave María (5º bis), al que le faltó entrega.
Tulio Salguero, de grosella y oro. Estocada trasera
(saludos). En el cuarto, estocada (saludos). En el que mató por David Martín, pinchazo y estocada
(silencio).
Mario Palacios, de tabaco y oro. Pinchazo y estocada
tendida (silencio). En el quinto, estocada algo desprendida (oreja).
David Martín, de rosa palo y oro. Pinchazo, estocada
contraria y tres descabellos (saludos). Sufrió un síncope.
Monumental de las Ventas. Domingo, 9 de octubre de 2015. Un cuarto de
entrada.
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