Fue el primero en su trayectoria
ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA
AL RUEDO
El reciente miércoles 5 de este mes en el coso michoacano de
Lagunillas, ante tres cuartos de entrada, se dio una corrida de toros con
ganado de diversa procedencia, de La Llave para Pepe López y el español Lama de
Góngora, de Mar de Nubes para Antonio Mendoza y de Sotelo para Jorge Sotelo.
Sobresalió el segundo ejemplar jalisciense de La Llave, con
divisa en negro y blanco, de nombre “Gavilán”, marcado con el número 48, al que
el espada sevillano Lama de Góngora ha entendido a la perfección desde con el
capote para luego usando la muleta cuajar una gran faena, haciendo todo con
estética, profundidad, buen trazo, inspiración y arte del bueno por los dos
pitones. Finalmente terminó por indultarlo pero más allá del perdón al noble
ejemplar del rancho Las Pilas, de que le otorgarán al espada andaluz los
máximos trofeos simbólicos y de que fuera paseado en hombros, es la emoción y
la motivación que experimentó Lama al ir estructurando su obra taurina, la que
lo dejó más que complacido y con toda la moral para seguir adelante en su
peregrinar torero por plazas mexicanas, donde está abriéndose paso a brazo
partido contando ya con un año y seis meses de alternativa.
Sus alternantes michoacanos Pepe López, Jorge Sotelo y
Antonio Mendoza lograron cortar una oreja cada uno.
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