Eduardo Gallo brinda la lidia de su primero de la tarde al tecnico español Vicente del Bosque, presente en el callejón de Las Ventas, como buen aficionado que és... |
JAVIER LÓPEZ
Fotos: EFE
David Mora, que
dio una vuelta al ruedo, fue el único torero en la tarde que, por actitud y
disposición, le ganó la batalla a una corrida muy complicada y "mentirosa" de Pedraza
de Yeltes, hoy en Las Ventas.
Los toros debutantes de Pedraza de Yeltes atraían, a priori,
toda la atención de la tarde por lo bien que se había hablado de ellos en los
mentideros taurinos. Pero, lejos de cumplir con las expectativas, no funcionó, ni
por asomo, como se esperaba. Una corrida con movilidad y muy malas ideas, "mentirosa" como suele
decirse, de las que hay que estar ahí para tratar de poderla y dominarla, y ni
siquiera así acabó de "entregar la
cuchara" ninguno de los seis astados. Y si no que se lo digan a las
cuadrillas, que menudo trago pasaron.
Volteretón de Gallo con el que abrió plaza |
Uceda protagonizó
posiblemente su peor tarde en mucho tiempo en Las Ventas. Un Uceda apático y desmotivado, como el
guerrero que sale a la batalla sin munición ni ganas de disparar. Es verdad que
ningunos de sus toros fueron lo que se dice claros, pero se echó de menos otra
actitud, otro ánimo, el Uceda que
siempre se espera en Madrid, sobre todo en el que abrió plaza, toro mansurrón,
que marcó enseguida la querencia, y que llegó a propinar un tremendo volteretón
a Gallo en un quite por chicuelinas.
Ese pasaje tuvo que amilanar a Uceda, pues, muleta en mano, no se puso ni una vez. Cierto es que
el toro, ya está dicho, no fue propicio: embistiendo a oleadas, sin humillar y
quedándose corto, pero tanta desconfianza tampoco fue de recibo.
Con el cuarto quiso algo más Uceda, pero éste, a diferencia del anterior, sí que fue complicado,
toro de bruscas e informales embestidas, con el que no pudo hacerse con la
situación. Y con la espada, su principal valedora, un desastre, otro argumento
más para sentenciar que hoy no fue su día.
Tampoco anduvo a la altura Eduardo Gallo, torero seguro y capaz, que en las últimas
comparecencias en Las Ventas sólo hay que anotarle el lunar de su mala espada,
pero al que hoy se le vio desdibujado. Su primero fue el único toro con
opciones, pero sólo por el pitón derecho, con el que el salmantino, tras un
arranque de faena muy solemne y una primera tanda a derechas de mucho temple y
quietud, se perdió por completo, sin acertar desde entonces a tocar las teclas
precisas a un toro que no cesó de engancharle los engaños, por lo que aquello
acabó diluyéndose por completo.
Y algo parecido con el sobrero de José Vázquez que hizo
quinto, un animal mansísimo en los primeros tercios, pero que se movió en la
muleta, aún sin "transmitir"
nada. Gallo volvió a mostrarse
intermitente, a veces bien, otras no, a veces pegaba uno, otras se dejaba
enganchar, por lo que, nuevamente, la faena se perdió en el limbo.
David Mora, por
su parte, fue el único que puso argumento a la tarde por la actitud que se echó
en falta en los compañeros y, sobre todo, por aptitud. A su primero lo toreó
con elegancia a la verónica y en chicuelinas al paso para poner en
suerte. El toro, anodino en los dos primeros tercios, tuvo tanto "motor" en la muleta como poca
franqueza, y, para colmo, acabaría rajándose en cuanto se vio domeñado. El
mérito de Mora fue que no se arrugó,
que puso toda la carne en el asador para exprimirlo al máximo, incluso en un
epílogo al hilo de las tablas, casi sin espacio, donde el madrileño se la jugó
para al menos justificarse. Así, si. Dio una merecida vuelta al ruedo, premio
al esfuerzo para no dejarse ganar la pelea.
El sexto, por su parte, fue una "prenda", todo violento y que se venía al cuerpo de un Mora que, pese a ser volteado, lo intentó
hasta darse cuenta de que lo único que podía llevarse era una cornada, de la
que, milagrosamente, se salvó. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Cinco toros de Pedraza de Yeltes,
bien presentados, a excepción del vareado primero, mansos y muy complicados,
con la única salvedad del segundo, que tuvo un buen pitón derecho. El quinto
fue un sobrero de José Vázquez,
escurrido y sin raza.
José Ignacio Uceda Leal: pinchazo, estocada corta y dos descabellos
(silencio); y dos pinchazos, estocada baja, seis descabellos, nuevo pinchazo y
nueve descabellos más (bronca tras dos avisos).
Eduardo Gallo: estocada (silencio); y pinchazo, estocada
y dos descabellos (silencio tras aviso).
David Mora: estocada ladeada (vuelta tras petición); y
estocada caída y tres descabellos (silencio).
En cuadrillas, Félix Rodríguez
se desmonteró tras banderillear al tercero.
Martes 21 de mayo. La plaza casi se llenó en tarde soleada y
progresivamente fresca.
David Mora con media veronica de cartel |
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