Jiménez Fortes |
JAVIER LÓPEZ
La deslucida corrida de Juan Pedro Domecq echó por la borda
toda opción de lucimiento de los toreros, de entre los cuales, José María Manzanares fue el más
censurado por una parte localizada de la afición, algo que apenas le afectó
pues "me
motivan más los aplausos que las críticas de cierto sector. Poco a poco ya me
voy acostumbrando a que algunos aficionados me chillen y se mofen cuando me
estoy jugando la vida, algo respetable porque el público es soberano y es el
que paga, pero yo no voy a entrar nunca en su juego, y siempre voy a sacar
cosas positivas de cada tarde que toree aquí", manifestó el
alicantino.
Por eso, el balance de su primera tarde en San Isidro es "positiva",
pues, a su juicio, "he transmitido seguridad y aplomo" y, aunque no pudo
redondear el triunfo, "he sentido cosas muy buenas y he
llegado hasta a disfrutar de verdad", reconoció.
El más joven de la terna, el malagueño Jiménez Fortes, que confirmaba además su alternativa, aseguró que,
a pesar de no haber triunfado, "ha habido momentos en los que se me ha
visto entregado, y la gente ha respondido. Por eso me voy contento
-prosiguió Fortes-, saludar
dos ovaciones en Madrid es para irse satisfecho. La pena, que no he matado a
este último; pero bueno, me queda otra tarde, ahora toca reflexionar, ver los
puntos negativos de hoy y tratar de corregirlos para volver el día 29 a
redondear más las cosas".
Sobre la deslucida corrida de Juan Pedro Domecq, Fortes no quiso entrar al trapo: "Los
toros no tiene obligación de embestir, los toros acometen y cada uno se amolda
a lo que hay", finalizó.
"Morante de la Puebla", por su parte, ante los insultos
y faltas de respeto por parte de algún que otro energúmeno según abandonaba la
plaza, declinó hacer declaraciones, eso sí, de forma educada. / EFE
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