JAVIER LÓPEZ
El rejoneador Diego Ventura, que cortó tres orejas y abrió por undécima vez en su
carrera la Puerta Grande de Las Ventas, sin embargo, quiso restar algo de
importancia a la hazaña conseguida para dar a protagonismo a sus caballos: "mi
mayor felicidad es tener una cuadra tan impresionante como la que tengo".
Así de contento se mostraba el jinete
hispano-luso segundos antes de ser izado en volandas para cruzar el umbral de
la Puerta Grande, pero antes de hacerlo quiso compartir su triunfo en San
Isidro "a mi gente del día a día, a mi familia y a mi futuro hijo".
"Estoy muy feliz, imagínate, abrir la Puerta
Grande de Madrid, con el nivel demostrado por todos mis caballos y a punto de
ser padre... no puedo pedir más a la vida. Estoy en un momento crucial, de
madurez y mucha responsabilidad, y eso quiero extrapolarlo al ruedo para que la
gente disfrute como lo hago yo tarde tras tarde", declaró Ventura.
Otro jinete "feliz" era Mariano Rojo, que confirmó su
alternativa con triunfo de una oreja, premio que espera "que me sirva para abrirme
puertas este año". "Me hacía mucha falta conseguir una tarde así en
Madrid. Cortar una oreja después del lío que ha formado Diego Ventura era algo súper
difícil; pero gracias a Dios mi cuadra ha estado de diez y he conseguido
sobreponerme a los nervios lógicos y la presión de torear en San Isidro, para
poder decir que salgo de la plaza satisfecho", manifestó el jinete
madrileño.
La otra cara de la función la
representaba Leonardo Hernández, que
vio silenciadas dos labores de "mucha entrega" por culpa
de sus fallos a la hora de matar. "Me voy contrariado, como es lógico,
pues irme de vacío de Madrid, y después de ver cómo han puntuado mis
compañeros, me deja un sabor de boca un tanto agrio. Sólo puedo quedarme con el
cariño de la afición y con el nivel de mis caballos, que, aún siendo jóvenes,
han dado la talla más que de sobra", finalizó. / EFE
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