lunes, 23 de julio de 2012

TEMPORADA EN LAS VENTAS: Detalles de Adrián y Valencia en una novillada con pocas opciones


JUAN MIGUEL NÚÑEZ

MADRID.- Una novillada de pocas opciones para el lucimiento, sin embargo, todavía permitió que Fernando Adrián y César Valencia mostraran disposición y muy buenas maneras, desde luego sin materializar, en el festejo celebrado hoy en Las Ventas.

La novillada de La Guadamilla, con mucha fachada y kilos, con poca raza y ninguna fuerza, se cargó la tarde. Por mucho que quisieron los tres espadas, no fue fácil interesar. Aun así hubo alguna ocasión para espigar en el recuerdo de determinadas fases de la lidia.

En el primero, frente a un novillo que tuvo cierta calidad por el pitón derecho Adrián cuajó tres tandas a derechas con mucha limpieza y ligazón. Y aunque le faltó ajuste al conjunto, también sobresalió en ocasiones la lentitud en la ejecución. No hubo manera por el otro pitón, con el novillo más apagado, muy corto de embestida y sin repetición. Todo eso y cinco largas afaroladas de rodillas, cinco -las tres últimas muy seguidas y especialmente emotivas-, dieron pie a que Adrián saludara al final un fuerte ovación.

En el cuarto, muy protestado por su manifiesta endeblez, Adrián apenas pudo lucir en un toreo a media altura, esforzado pero sin ninguna emoción.

Al francés Juan Leal, nuevo en esta plaza, se le vio tranquilo y a la vez muy dispuesto frente al tercero, novillo que mostró mal estilo en los dos primeros tercios, sonado estribos en el caballo, y esperando y echando la cara arriba en banderillas. En la muleta, medias e insulsas arrancadas, sin dar ninguna sensación de peligro. Muy encima siempre Leal, sin embargo, no terminó de armar faena.

El quinto sacó genio al principio, pero también acabó viniéndose abajo, parándose en el centro de las suertes. Leal se atropelló en el inicio y en los alardes finales de un trasteo que no dejó ningún poso.

El venezolano César Valencia, el más nuevo de la terna, que debutaba con picadores, fue todo corazón en sus dos faenas, además de mostrarse muy capaz. Y todavía más allá de esa disposición, dejó apuntes de toreo con calidad. No se puede pedir más.

Tuvo genio el tercero, no obstante, sin desplazarse lo suficiente. El mérito de Valencia fue atacarle, buscándole las vueltas con mucha firmeza y pasándoselo siempre muy cerca. Y algo parecido en el sexto, al que toreó con tanto tesón y garra. El fallo a espadas le quitó un reconocimiento mayor.

Lo sorprendente fue la decisión del jurado, anunciada por la megafonía de la plaza cuando doblaba el último novillo. Había que elegir a tres finalistas entre los participantes en éste y los tres festejos anteriores, y quedaron aparcados Valencia y el mismo Adrián

Rescatado Leal, será quien toree el próximo domingo la novillada final junto a Juan Ortega y Juan Viriato. Desde luego Ortega torea muy bien, o al menos así se le vio. Lo demás, ver para creer. / EFE

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