Viviana
Londoño Calle
DIARIO
EL ESPECTADOR/ BOGOTÁ
Hace seis meses que los vecinos de la vereda
Puente Piedra, en límites de los municipios de Madrid y Subachoque, observan
curiosos cómo se levanta una nueva obra en la zona. No es otra lujosa finca de
recreo como las que abundan allí, ni un restaurante para los turistas, se trata
de una plaza de toros con capacidad para 3.000 personas.
El proyecto se le ocurrió hace dos años al
criador de reses de lidia y rejoneador Luis
Miguel Londoño. Hoy, en uno de sus terrenos conocido como Ganadería
Marruecos, a sólo 40 minutos de Bogotá, ya está casi terminada una
nueva plaza de toros privada que sería inaugurada el próximo año.
¿Es ésta una respuesta a la decisión del
alcalde Petro de acabar con las corridas en Bogotá? No. Así lo asegura Londoño:
“Cuando empezamos el proyecto nunca nos imaginamos la decisión que iba a tomar
el alcalde Petro. De lo contrario, seguramente habríamos hecho una plaza con
mayor capacidad”. Mientras que a La Santamaría podían ingresar 14.000 personas,
este nuevo espacio apenas tendrá lugar para un poco más del 20% de los amantes
que colmaban las tribunas de la plaza en la capital.
Con La Santamaría funcionando cada temporada,
no era necesario que el lugar tuviera una capacidad masiva, por eso se diseñó
apenas para 3.000 personas, como reconoce uno de los ingenieros de la obra,
quien agrega que “en ese momento el proyecto era una quijotada, porque los
seguidores de los toros tenían la opción en la ciudad”.
Sin embargo, después vino el revolcón para la
tradicional plaza de Bogotá. Desde sus primeros días de mandato, el alcalde
Gustavo Petro advirtió que no le parecía conveniente que en Bogotá se desarrollaran
espectáculos “alrededor de la muerte”. Luego dio el primer paso en esa
dirección: se negó a utilizar el palco de la Alcaldía de Bogotá en la plaza o a
nombrar a un delegado. Ese sólo fue el inicio de una álgida discusión con el
gremio taurino del país, que terminó, el pasado 13 de junio, con la cancelación
del contrato de arrendamiento de la plaza entre el Distrito y la Corporación
Taurina, con validez hasta 2015.
La condición del mandatario para mantener el
contrato era que la corporación accediera a continuar las corridas pero sin la
muerte del toro, con el fin de evitar la violencia contra el animal. Sin
embargo, tras recibir la negativa, Petro anunció el fin a las corridas de toros
en Bogotá. En su lugar La Santamaría se convertiría en un espacio para la
educación y la cultura, y así fue.
Mientras tanto, en los terrenos de Londoño,
lejos de la jurisdicción del alcalde, al occidente de la ciudad, la nueva plaza
ya tenía forma. Según la Corporación Taurina, por ahora no se ha iniciado
ningún tipo de negociación para trasladar allí las corridas. Pese a que Londoño
insiste en que la nueva plaza no va a reemplazar la tradicional, sí reconoce
que inicialmente puede convertirse en una alternativa: “Somos hinchas de la
fiesta brava y no la vamos a dejar morir”.
¿Cómo se ve la que podría ser la próxima
Santamaría? A esta hora cerca de 30 personas trabajan para que la plaza esté
lista antes de enero, cuando inicia la temporada taurina. Aparte de La
Macarena, en Medellín, es la segunda plaza cubierta del país y además contaría
con restaurante, sala de prensa, capilla, enfermería y camerinos para los
toreros o el artista que se presente en el lugar.
El plan de Londoño es que la plaza no sólo sea
un espacio para las corridas. Su meta, asegura, es que se convierta en un
escenario múltiple en el que se pueda hacer otros espectáculos, como
competencias ecuestres y ferias de ganado, pero también conciertos y fiestas:
“La próxima semana me voy a reunir con el empresario de eventos Ricardo Leyva
para que conozca el proyecto”. Leyva no sería el primero en visitar la obra.
Por allí ya pasaron el reconocido rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza —de quien
se dice estaría en la inauguración— y varios toreros y criadores del país.
Al lado de la plaza, que por ahora sigue en
obra negra, también avanzan una cancha de polo, una escuela de equitación y un
parqueadero con capacidad para mínimo mil vehículos. A largo plazo, en el lugar
también se piensa construir un hotel boutique, un centro comercial y “un club
bastante exclusivo”, como dice uno de los trabajadores de Londoño.
Antes tendrá que contar con el visto bueno del
municipio de Madrid, puesto que, según Héctor Favio Castellanos, secretario
local de Obras Públicas, allí desconocen el proyecto.
La polémica continúa
Mientras toma forma la plaza de toros en
Madrid, hoy un juez del Juzgado 62 Penal Municipal de Bogotá resolverá la
tutela interpuesta por la Unión de Toreros de Colombia (Undetoc) contra el
Distrito, por revocar el contrato de La Santamaría. Según el abogado Jaime Córdoba,
“los trabajadores de la tauromaquia consideran que la decisión afecta su
derecho al trabajo, el derecho a escoger un oficio. En total pueden ser 35.000
personas afectadas”.
Por eso, de acuerdo con Córdoba, esperan que
el juez les dé hoy la razón y ordene reanudar la actividad taurina: “La plaza
se puede reabrir para las actividades culturales, pero también para la feria
taurina”.
Aun si el juez decide que debe retomarse el
contrato, un reciente fallo del Consejo de Estado cambiaría el panorama de la
tauromaquia: según la sentencia del alto tribunal, “los animales son
susceptibles de ser titulares de derechos, como una muerte digna sin
sufrimiento o a no ser maltratados”. El pronunciamiento dejaría por fuera de la
ley la muerte del toro durante la corrida.
En concreto, significa que si antes de enero
no logran dar marcha atrás a la sentencia, sea en La Santamaría o en la nueva
plaza de Puente Piedra, los toreros tendrán que abstenerse del último número de
su presentación.
Deportes y cultura en La Santamaría
Desde el 22 de junio, la que fue la Plaza de
Toros La Santamaría por más de 80 años se convirtió en un escenario cultural
para todos los bogotanos. El pasado fin de semana el ruedo pasó a ser una
cancha de voleiplaya y la idea, de acuerdo con la Secretaría de Cultura,
Recreación y Deporte, es ofrecer de ahora en adelante una amplia programación
de manera gratuita y permanente.
Con ese fin, Santiago Trujillo, director del
Instituto de las Artes (Idartes), se reunirá mañana con los vecinos de la Plaza
La Santamaría, en el barrio La Macarena, con el fin de “que hagan aportes para
la programación”. Además, Idartes acaba de publicar una convocatoria para los
bogotanos que quieran proponer proyectos artísticos interdisciplinarios que
tengan lugar en la plaza.
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