MADRID.-
El novillero colombiano Juan Viriato, herido grave el domingo en el festejo celebrado en la
plaza de toros de Las Ventas, de Madrid, ha pasado la noche "sin
fiebre pero muy dolorido" en la clínica madrileña donde está
internado.
"La cornada tiene buen aspecto, y no hay infección,
que es lo importante, aunque no puede mover todavía la pierna, pues no han
pasado ni 24 horas del percance, pero aún así la evolución es positiva", señaló a EFE el doctor Máximo
García Padrós, encargado del seguimiento del diestro en la clínica de la
Fraternidad. Pero además de la cornada, el joven novillero colombiano está "hecho
trizas, le duele todo el cuerpo debido a la fuerte paliza que le propinó
también el novillo", indicó Padrós.
"Este es un problema añadido, pues hay que recordar
que después de que el novillo le hiriera en la pierna, la voltereta fue muy
fuerte y cayó sobre el cuello", y una vez en
el suelo, el animal le propinó golpes y pisotones por todo el cuerpo, "por
eso ahora el chico está que no puede ni moverse", apostilló el
doctor.
Viriato deberá permanecer ingresado en el hospital "varios días más",
y dependiendo de cómo evolucione en las próximas 48 horas se podrá determinar
cuándo podrá ser dado de alta. "El protocolo que solemos seguir con
este tipo de cornadas es dejar al torero al menos 3 o 4 días ingresado en
observación para ver que la cornada vaya cicatrizando bien y no surjan
problemas añadidos por los golpes", afirmó el cirujano jefe de la
plaza de Las Ventas.
Más difícil aún es concretar cuándo podrá
volver a los ruedos, pues "aunque la cornada es extensa y ha
afectado a varios músculos", los toreros están hechos "de
otra pasta, y lo normal sería que no torease en varias semanas, pero seguro que
Viriato vuelve a la cara del toro mucho antes de lo que podamos pensar",
concluyó Padrós.
Juan
Viriato resultó herido ayer en Las Ventas cuando
entraba a matar a su primer novillo, de la ganadería de Javier Molina. El
colombiano no se cruzó lo suficiente al hacer la suerte y el animal "le
cazó" de lleno en el muslo derecho, levantándole y zarandeándole
con el pitón dentro de la pierna durante varios segundos. Una vez en el suelo,
el astado le propinó golpes y pisotones por todo el cuerpo, e incluso
llegándole a prender de nuevo por la chaquetilla en momentos de mucha angustia.
Su cuadrilla le trasladó a la enfermería de la plaza donde fue operado, bajo
anestesia general.
La lesión que presentaba era: "cornada
en tercio superior con orificio de entrada por cara interna del muslo derecho,
con trayectoria de 25 centímetros que contornea el fémur por la zona posterior,
contusiona el nervio ciático y causa destrozos en músculos isquiotibiales y
tensor de la fascia lata, y con orificio de salida por la cara externa del
muslo. Pronóstico grave". / EFE
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