Seis
toros en solitario
ZABALA
DE LA SERNA
Fotos: EFE
VALENCIA.-
Fandiño se quedó
solo con seis toros. Y a oscuras. Y más solo que la una cuando el negro cielo relampagueó. Y cayeron unas
gotas. Iván de Orduña había decidido
quedarse con el reto ante la baja de Castaño, que anunció horas antes que reaparecía este sábado en Santander.
Sin palabras lo de Javier y de psicoanálisis lo de Iván. Un gesto que si en su bilbaína tierra
se cuestionó por planteamiento, en Valencia rayaba el absurdo. Y la empresa
se encogió de hombros: un tercio de
plaza, que eso sí, se lo agradeció con una ovación.
Al final con oreja y oreja in
extremis saldó cuentas y salvó de alguna manera la tarde cuesta abajo y la
apuesta del gallardo samurái: los harakiris también son honorables, gestos como
las caídas en picado de los Kamikazes de la II Guerra Mundial contra los destructores
estadounidenses.
La corrida se contagió del espeso y
bochornoso clima. Las luces artificiales se encendieron en el tercero. Todo se
torcía. Un precioso y serio cinqueño de Alcurrucén había sido hasta entonces
el mejor sin terminar de rematar por abajo los
muletazos. Encajado pronto Fandiño,
que había hecho el que hasta las 20:25 había sido el único quite. Por saltilleras. Encajado pronto con la
izquierda. Y consintiendo la obediencia
ya gastada.
El de Adolfo Martín, muy
abierto de palas, de triste perfil, cárdeno y flojo. Apenas lo picó. Quedó como
dormido. Y pegajoso. Algo más conseguía despegarlo por el izquierdo. Pero pasaba el fulano con una
dormidera falsa. Se le quedó debajo y lo volteó por el chaleco. Se lo arrancó
de cuajo y en el suelo le tiró un derrote al mentón que lo dejó medio sonado.
Sin casaquilla y con el milagro del agua bendita prosiguió íntegro hasta
matarlo.
No volvería a enfundarse la
chaquetilla. Salió el toro de Fuente Ymbro con brío, tocado arriba de pitones. Y al rematar en un
burladero se partió la vaina, y no sólo, del
pitón derecho. Las verónicas
fueron extraordinarias. Pero el cuerno se acabó de resquebrajar, sin llegarse a desprender, como
si tuviera todavía la cola de las fundas,
y el presidente lo devolvió.
El sobrero de Alcurrucén, jirón, calcetero y anchote, saltó al
callejón nada más salir. O ahí o en la salida de un mal puyazo quedó como
descoordinado. Lo de topar lo traía de
casa. No hubo causa más que la insistencia. El cuarto, de Adolfo, con los
cinco cumplidos, zancudo y estrecho,
pasó de escasa fuerza a tobillero. Por debajo le andaba.
La ocasión se plantó con un
zambombo de Fuente Ymbro, muy atacado por delante, hondo y badanudo, que
sacó nobleza, que no clase, para que Fandiño
lo aprovechase con inteligencia y
distancia para darle inercia. Cerca de las 21:00 horas se produjo el segundo
quite de la tarde, por chicuelinas.
Iván brindó con rabia y raza a la
parroquia, refugiada ya de la lluvia en palcos y nayas, y le dio buen trato al fuenteymbro que no terminaba de humillar
y enganchaba, a veces, el engaño. Por
las dos manos se enrazó y buscó el triunfo hasta cazarlo con una estocada. El marcador al menos ya no quedaba
en blanco con la oreja como en Bilbao. Un balón de oxígeno ante el último
asalto.
El de Alcurrucén apareció largo
como un tren, cinqueño, apretado de sienes y montado. Frío de capotes y
caballos, todo su cuello entonces elevado descolgó para embestir por el pitón
derecho con elástico estilo de pronto y de primeras y con nobleza siempre y
después. No tanto a izquierdas.
Una sola tanda en medio de una obra
diestra de final más apagado que se elevó por bernadinas. Se tiró a matar encima y salió prendido, volteado y
pateado. Pero intacto otra vez. Dolorido de una rodilla, volvió a atacar con fe
ciega. Y consiguió el trofeo y la puerta grande. De su parte no quedó nada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Valencia.
Viernes, 27 de julio de 2012. Tercera de feria. Un tercio de entrada. Toros de Alcurrucén (1º serio y noble pero sin rematar por abajo y el largo 6º
de buen y humillado pitón derecho, los dos cinqueños, y un sobrero "3º
bis", lesionado y topón); Adolfo Martín (un 2º paliabierto,
blando y pegajoso y un 4º cinqueño,
estrecho y tobillero); y Fuente
Ymbro (3º devuelto y un hondo y badanudo 5º, noble pero sin clase ni terminar de humillar).
Iván
Fandiño, de rosa y oro. En el primero,
estocada despendida (saludos). En el
segundo, media estocada tendida y dos descabellos (saludos). En el
tercero, pinchazo, media estocada y descabello
(silencio). En el cuarto, dos pinchazos,
estocada y descabello (silencio). En el quinto, estocada pasada (oreja).
En el sexto, pinchazo y estocada
delantera y desprendida (oreja).
Se guardó un minuto de silencio por
el 16 aniversario de Curro Valencia
en este coso.
DECLARACIONES DEL TORERO TRAS SU ENCERRONA:
"Me siento orgulloso por anteponerme a las
adversidades"
Tras estoquear los seis toros
en Valencia, Iván Fandiño aseguraba
para APLAUSOS
que de lo que más orgulloso se sentía, además de haber logrado salir a hombros,
es haber superado todos los elementos que se han puesto en contra durante toda
la tarde. "Todo lo que podía pasar ha pasado. La corrida no ha embestido, ha
soplado el viento, ha llovido, la gente se ha ido y luego ha vuelto, hacía un
calor sofocante… Todas esas circunstancias pesan mucho sobre la tarde pero las
he superado. Estoy satisfecho por haberme antepuesto a todo porque ha sido una
tarde muy complicada".
El diestro vasco afirmaba
sentirse "completamente roto, vacío por dentro porque sé que no me he
dejado nada por hacer en la plaza. La tarde no ha sido nada fácil y para
remontarla, hay que estar muy preparado psicológicamente".
Afortunadamente el torero se
encuentra bien de las dos cogidas que a sufrido a lo largo de la tarde. "No
sé cómo me he librado de la primera, tengo un varetazo desde el ombligo hasta
el cuello. El sexto me ha dado fuerte en la pierna. No la podía mover al
principio pero ahora parece que esté mejor".
Iván aseguró el triunfo volcándose sobre el morrillo del sexto, a
matar o morir: "Tiene que ser así. Yo no concibo esta profesión a medias tintas y
para llegar a ser figura hay que apostar". A ese toro de Alcurrucén,
manso, lo entendió bien el torero. "Aunque manseaba, yo le veía buena
condición, el toro humillaba y sabía que podía valer. He apostado por él. La
verdad es que a los medios toros como este les estoy sacando partido".
Sobre el toro de Fuente Ymbro al que también le cortó la oreja, matizaba que
"era un astado complejo que venía estrellado en la muleta. Ha sido una
faena de exponer". / JORGE CASALS – Redacción APLAUSOS
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