PAMPLONA.- Los toros de la ganadería de Juan
Pedro Domecq protagonizaron hoy el penúltimo encierro de los
Sanfermines con una rápida carrera en la que ningún corredor resultó corneado,
aunque varios resultaron contusionados.
Dos
minutos y veintitrés segundos tardaron los astados en completar el recorrido,
siendo el segundo más veloz de los siete encierros corridos hasta ahora.
La
manada partió de los corrales de Santo Domingo agrupada y encabezada por los
mansos, aunque nada más enfilar la cuesta dos toros se adelantaron unos metros
y mantuvieron las distancias hasta el final.
Ambos
animales imprimieron una gran velocidad al encierro, aumentando también la
emoción al dejar huecos entre ellos y permitir acercarse a los mozos, que les
condujeron hacia la plaza del Ayuntamiento, atravesándola sin más incidencias.
Uno
de los dos astados que abrían la carrera resbaló al llegar a la curva de
Mercaderes y chocó ligeramente contra el vallado, pero sin perder el ritmo ni
separarse de su hermano.
Mientras
tanto, el resto de los "juampedros"
seguían agrupados junto con los cabestros, aunque rápidamente uno de color
melocotón se adelantó unos metros, lo que hizo que el grupo se dividiera en
tres por este tramo.
Este
mismo astado perdió las manos en la Estafeta, pero se levantó sin problemas
para seguir hacia Telefónica, donde uno de los negros que iba en cabeza
arremetió contra los mozos que se encontraban junto al vallado, creando
momentos de peligro y tensión.
Los
mozos protagonizaron bonitas carreras delante de los animales, sin más
incidencias que las típicas caídas y trompicones, que requirieron en varios
casos la asistencia de los servicios sanitarios.
Poco
antes de llegar al callejón de acceso a la Plaza de Toros, uno de los morlacos
de la cabeza resbaló, con el consiguiente peligro para los corredores, aunque
se levantó rápidamente, mientras era adelantado por el de color melocotón.
Estos
tres toros pisaron la arena los primeros, seguidos de cerca por el resto de la
manada. En vez de entrar directamente en chiqueros, como los demás, uno de los
toros negros se volvió y, cuando parecía que iba a hacer por los mozos, el
capote de uno de los dobladores consiguió llevarle a los corrales. / EFE
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