lunes, 16 de julio de 2012

DEL DIOS TORO: Peonzas de Navarra


BARQUERITO / DIARIO DE NAVARRA

Nadie había toreado por navarras en toda la semana. La navarra es lance de antigua escuela. Figura en la primera tauromaquia publicada, la de Pepe (H)illo, como lance de particular trazo. La Tauromaquia de Illo data de 1812. Todas las tauromaquias reconocen la denominación de origen. Lo que distingue al lance es un giro sobre los pies de 360 grados. A pies juntos y con el capote desplegado como si fuera un mandil. Mareante, pero vistoso. Artilugio de verbena. El toro pasa más o menos toreado, más menos que más, y el torero vuelve a encontrarse en suerte el toro en cuanto remata la vuelta. El giro es de peonza. No puede ser una navarra suelta. Sería un desaire.

No hay nada peor en el toreo que un desaire. Por ejemplo, un desarme, un bajonazo, un enganchón. Lo propio de los quites por navarras es que sean por lo menos tres, tres mejor que dos, y cuatro mejor que tres. Y rematar. No tan antiguas como las regla de Pepe Illo, pero igual de sabias son las recomendaciones de quien habrá sido el más genial de los toreros: Rafael el Gallo. El Gallo decía que la esencia del toreo era el remate. “Arrematar”, decía El Gallo.

Al cabo de siete días le llegó en estos sanfermines el turno a las navarras en un quite de El Fandi. Al cuarto toro de corrida. No todas las navarras son iguales: todo depende de la manera de cargar la suerte. A pies juntos la suerte se carga o no. A suerte cargada gana la estampa en belleza. Y rematar. El Fandi remató el quite, de cuatro lances, con una serpentina.

Una serpentina es como una voluta de humo que se dibuja con el capote tenido a una mano. La mano derecha. El Fandi la trazó con la izquierda. Un golpe de viento descompuso el vuelo de la serpentina. Un desaire. Fino anduvo quien bautizó como serpentina ese remate. Llamaron navarras a aquellos lances viejos del 1800 porque los toreadores navarros parecían conocer su técnica mejor que nadie y la practicaban en el toreo de fiestas. El maestro Benjamín Bentura Remacha, decano del gremio de escribidores taurinos, defiende que el lance a la aragonesa tal vez sea más antiguo que la navarra. Más difícil todavía. Y por eso no se estila.

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