jueves, 28 de julio de 2016

RENCUENTRO Y RECORDATORIO - Canito: "He vuelto a hablar con Manolete"

A sus 100 años, el único testigo gráfico de la muerte del 'Califa' regresa al ruedo de Linares en el 66 aniversario de la tragedia y visita el mausoleo del ídolo en Córdoba.
Una tormenta de recuerdos rondando su cabeza apenas había dejado dormir a Cano en una noche en la que el cielo de Linares descargó una tremenda tromba de agua como si de un llanto honor a Manuel Rodríguez, Manolete, se tratara. Esa misma madrugada de hace 66 años, pasadas las cinco se certificaba la muerte del Monstruo tras varias horas de agonía sin vuelta atrás después de ser corneado por «Islero» de Miura. Cano madrugó ayer sin apenas descansar un día de sentimientos encontrados en torno al mito caído y no dudó en viajar hasta Córdoba para visitar el mausoleo de su ídolo y amigo. El silencio solenme se apoderó del momento. Y volvieron las lágrimas...

Ha sido muy, muy triste. He pasado una mañana durísima, me he arrodillado frente a su tumba, le he dejado un ramo de flores y no he parado de llorar. Para mí era el mejor amigo y el mejor torero. Y verme ahí, cara a cara, con mis 100 años... Parecía que estaba con él de nuevo.

- ¿Y qué se han dicho?
He vuelto a hablar con él y he revivido aquel rato de más de una hora en su habitación antes de la corrida fatídica. Recuerdo que Manolete bromeaba con mi edad, se interesaba por el número de hijos que tenía y me preguntaba qué tipo de torero había sido yo. Le dije que fui torpe porque me cogían todos los días. Y me respondió: "No era por torpe, era porque te quedabas quieto". Y eso para mí es el mayor piropo que he recibido en toda mi vida.

- El tiempo pasa y usted sigue llorando a Manolete...
A Manolo le sigo llorando todos los días y lo seguiré haciendo hasta que me muera.

- Unas horas antes, la tarde de ayer [por el miércoles] en Linares, usted recibió el homenaje de la afición y volvió a pisar la arena, el escenario de la tragedia. ¿Qué sintió?
Pasé un día horrible. Me homenajearon, estuve en el patio de cuadrillas como entonces y salí al ruedo.... Los toreros y los compañeros me aplaudieron... Fue muy emocionante. No dejaba de pensar lo que aquí viví. Fue una pena muy grande.

- Aquel 28 de agosto de 1947 usted no iba a estar en Linares.
Luis Miguel toreaba ese día y me debía varios reportajes. Dominguín, que era mal pagador pero pagaba, me dijo: "Vente conmigo a Linares y allí te liquido". Así que la casualidad quiso que presenciara la muerte de mi amigo y que hiciera aquellas fotos, las únicas que existen y las que más dinero me dieron, pero las que nunca querría haber hecho.

- Una fotografía suya generó una historia con José Tomás.
Siempre he dicho que «Islero» cogió a Manolete por un error suyo al matarlo en la suerte contraria. Un día, en Palencia, José Tomás me lo recriminó y yo le mandé callar. Se enfadó, pero a los 15 días me llamó y me pidió la mejor foto que hubiera de Manolete. Se la vendí en Sevilla por 50.000 pesetas y al cruzarnos en el callejón me dijo: "Es la mejor sin duda". Hoy cuelga sobre el cabecero de su cama.

- Camino de los 101 años, Cano y su gorrilla siguen de plaza en plaza.
Ya no hago fotos, pero sigo trabajando con mis exposiciones. Es mi vida, es mi pasión y no renunciaré a ella hasta que muera.

**** Este martes en la madrugada Canito, murió…

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