Después de seis años pensándoselo
El Constitucional avisa que el
recurso catalán se tratará en septiembre. Con las explicaciones que dan fuentes
autorizadas de este organismo, parece como si quisieran calmar los ánimos, o
matizar alguna mala conciencia, por las circunstancias sociales que han rodeado
la muerte del torero Víctor Barrio y cuando la Fundación del Toro está promoviendo
una campaña para solicitar que la sentencia no se retrase más, después de seis
años en proceso. Parece como si estuvieran provocando que se les aplicara la
literalidad del adagio latino: "Excusatio non petita, accusatio
manifesta".
Como antiguamente pasaba a los estudiantes en sus Colegios.
El Constitucional ha dejado para septiembre la sentencia sobre el recurso de
inconstitucional contra la ley prohibicionista de Cataluña. Al menos, ya lo van
a hacer. Pero suena fatal que los magistrados se hayan sentido en la necesidad
de puntualizar que su decisión se tomó “días antes de la muerte del torero
Víctor Barrio”. Parece como si
estuvieran provocando que se les
aplicara la literalidad del adagio latino: Excusatio non petita, accusatio
manifesta.
El dictamen sobre el recurso, elaborado por la magistrada
Encarnación Roca, lleva muchísimo tiempo guardado en un cajón; tanto que ya
estaba elaborado al menos en su primera versión en la época que el
Constitucional estaba presidido por Pascual Sala, que ocupó el cargo entre 2011
y 2013; en uno de los últimos plenarios que presidió el dictamen sobre este
recurso estuvo a punto de figurar en el orden del día y la final se dejó para
mejor ocasión. Como se sabe, el recurso
fue admitido a trámite en el año 2010.
Pero eso de preanunciar --como ahora se sienten en la
obligación de hacer-- cuando lo van a tratar en el plenario, es algo
completamente inusual en la trayectoria del TC. Muy urgidos se han debido
sentir con la actual marea social como para cambiar de criterio. Pero coincide,
además, con la campaña de reclamaciones --muy impecablemente redactadas, por
cierto-- promovida desde la Fundación del Toro y que viene teniendo mucho
éxito.
Como oportunamente advierten Nati Villanueva y Rosario
Pérez, a quienes pertenece la exclusiva informativa publicada en las páginas de
ABC, el dictamen se pone sobre la mesa cuando en buena medida ya ha pasado el
bloque fundamental de recursos en materia tan sensible como los planteados por
las decisiones del independentismo catalán. Una vez declaradas inconstitucionales
una tras otras sus propuestas, puede resultar más cómodo abordar un tema tan
puntual como la prohibición taurina, cuando de manera directa --la indirecta es
otra cosa-- no afecta al proyecto de secesión, sino que nace formalmente de una
legislación sobre protección de los animales.
Sin embargo, en la sentencia que ahora se dicte, el
Constitucional deberá ser conscientes de los daños colaterales que ha provocado
su inexplicable retraso. De hecho, la ausencia de su pronunciamiento ha
generado una especie de “barra libre” para que un conjunto de instituciones
públicas, sin competencia alguna que las habilite para ello, vienen manteniendo
un verdadero acoso contra la Tauromaquia.
En el fondo, se ha producido una situación de clara
indefensión, con consecuencias incluso en el orden económico; por ejemplo, nada
pequeño es el daño causado a empresarios y profesionales que no han podido
ejercer su legítima actividad, como de alguna modo se debe un resarcimiento por
la creación de ambiente hostil para quienes participan o presencian un
espectáculo plenamente protegido por la ley. Y todo eso son bienes ptrotegibles
por la ley y por los Tribunales.
Cuando se ha estado esperando seis años pasados --en el
campo bravo, ese toro estaría ya fuera de su tiempo, no se podría lidiar--, es
de esperar que ahora los garantes de la Constitución dicten su resolución sin
complejos de ninguna clase, velando exclusivamente por la defensa de la
legalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario