Miguel Ángel Perera corta y David
Mora cortan una oreja en una tarde en la que Simón se va de vacío por el mal
manejo de la espada; tres buenos toros del ganadero de Guadalix, uno por lote.
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario ELMUNDO de
España
Fue justo Victoriano del Río en el reparto de la suerte. Un
toro por cabeza, por coleta escribiría un antiguo revistero. «Toma, uno para
ti, Miguel Ángel; otro para ti, David; y éste para ti, Alberto», el ganadero
repartió a sus hijos como décimos de Navidad. No todos con el mismo premio; no
todos con la misma suerte...
Desde que Miguel Ángel Perera y 'Cantaor' se tomaron el
pulso con el capote se sintió el latido del temple. Y el camino del triunfo. En
los lances a pies juntos y en dos medias verónicas. Una desmayada para despedir
el saludo; otra superior para abrochar el quite por tafalleras. A los vuelos
acudía el buen toro de Victoriano del Río.
Contado el castigo y cantados los palos de Javier Ambel. Ni
el perpetuo vientecillo travieso que habita en la plaza de Valencia como una
condena se interpuso en el destino de Perera. Construyó la escalera del éxito
desde los habituales péndulos. Pero la resolución desprendió ya la
despaciosidad de toda la faena. Sostuvo el sentido de la largura el torero por
encima de los finales de "Cantaor". Los pases de pecho fueron
mayúsculos como la trenza del epílogo. El lío pererista en un ocho completo. Y
la estocada que tanto ha faltado últimamente. En Pamplona por ejemplo. Oreja de
ley.
Otra vez la cuadrilla de Perera estuvo en su sitio. Curro
Javier en rehiletero cabal. Y de nuevo su matador muy en firme. Salvo que ahora
con un toro más hosco y remiso que emitía sonidos de orco en su cada vez más
acobardada mansedumbre. Miguel Ángel ya le había consentido y podido todo. Tan
por abajo. El pinchazo y el vómito de la estocada rinconera afearon la faena ya
lastrada.
Saltó al ruedo un toro llamado «Dalia», como el
inmortalizado por Manzanares en Madrid. Apuntó una calidad bárbara tanto en el
sabroso saludo a la verónica de David Mora como en los principios de faena. Y,
sin embargo, su manera de apretar hacia los adentros en banderillas -bien Ángel
Otero- decantaría el devenir de la faena: se rajó prontito sin que hubiese
mucho que anotar -los doblones y una trinchera de cartel- antes de que se
rajase.
De otro modo más encastado pero también con querencia de
tablas, el salpicado y fuerte quinto se movió en los tercios previos. David
Mora le aprovechó la inercia para cerrar un quite por chicuelinas con cuatro
medias verónicas, cuatro. Mora le planteó la faena entera en el platillo. Y ahí
se ataron por el pitón derecho el serio carácter y el valiente esfuerzo de
David. Empaque y firmeza de planta sobre el trazo del muletazo. Trepó la
ligazón en los corazones como el espadazo. De empujar con todo en la suerte
contraria. Trofeo de verdad y sin dobleces.
López Simón brindó a Adrián como Perera y David Mora. Adrián
es un niño que lucha contra una grave enfermedad y quiere un festival taurino.
Pero no para sí, sino para todos los niños que comparten el mismo mal. Simón
lidió con un torete protestado y ensillado, muy suelto y de muy limitada
capacidad de humillar. Por el pitón derecho y durante el tramo de mayor
humillación, se puso el torero de Barajas en afanosa actitud. Y la gente
aplaudió el afán más que otra cosa. Hasta que pinchó al toro ya huido.
Para compensar saltó un verdadero tío como sexto. Y también
para contrapesar al tercero humillaba una enormidad. López Simón se descolgó de
hombros en tres tandas de derechazos de ritmo y encaje. Una laguna luego, la
izquierda tardía, la colocación al hilo. Hasta que recobró vida la fase final,
cruzado a pasitos el pitón contrario, de rodillas la despedida. Se olía el
empate. Pero la mano se le fue a los sótanos y el buen toro de Victoriano se
arrastró entero.
VICTORIANO DEL RÍO / Miguel Ángel Perera, David Mora y López Simón
Plaza de toros de Valencia. Sábado, 23 de julio de 2016. Tercera de
feria. Media entrada.
Toros de Victoriano del Río,
más fuertes los tres últimos; bueno el 1; encastado el 5; notable también el 6;
se rajó pronto el 2; manso y sin humillar el 3; hosco y remiso el 4.
Miguel Ángel Perera, de grana y oro. Estocada pasada (oreja).
En el cuarto, pinchazo y estocada rinconera (saludos).
David Mora, de rosa y oro. Pinchazo y estocada
(saludos). En el quinto, espadazo (oreja).
López Simón, de malva y oro. Dos pinchazos y estocada
honda. Aviso (saludos). En el sexto, metisaca en los bajos (saludos).
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