Totalmente abandonada la Plaza de Toros de Maracay

Bajo la mirada atónita de autoridades municipales y taurinas 

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

@rubenvillafraz
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Una ruina total. Son más de ochenta años de historia taurina la que alberga su arena, escenario de grandes hitos del toreo. Es la gran plaza que reunió junto con el Nuevo Circo de Caracas gran parte de la historia taurina del siglo XX. Y todo ello bajo la impávida mirada de autoridades municipales y todos los entes taurinos de Maracay, quienes no han gestionado la que pudiera ser la misma historia de su par en la ciudad de Caracas.

Así está la Plaza de Toros “César Girón” de Maracay, la que cariñosamente se le llama La Maestranza. Una obra de gran belleza arquitectónica, icono de la arquitectura de la ciudad capital maracayera, el cual se cae de la pena, de la sequía de toreo que la tiene en el ostracismo desde hace más de dos años, cuando albergaría los últimos festejos taurinos. De verdad una pena, que acongoja.

Ya conocemos la política del actual gobierno nacional en relación con la fiesta brava en el país. Las condiciones económicas tampoco ayudan en los actuales momentos. Iguales destinos pasan ruedos como la imponente Monumental de Valencia, o la Monumental de Maracaibo, quienes a capricho de la politiquería que nos acompaña por estos días en nuestro país, hacen que la fiesta brava muera por inanición e inactividad del propio sector taurino. Las únicas excepciones pudiéramos mencionar los ruedos merideños de Mérida y Tovar, porque incluso la Monumental de Pueblo Nuevo en San Cristóbal no se le tiene el cuido y mantenimiento que debiera, tal y como corroboramos en época ferial.

A propósito, de Mérida y Tovar, sigue la espera de quien lleve empresarialmente sus destinos finalmente para las próximas temporadas. Al actual gobernador del estado, se le está pasando el tiempo, no vaya ser que se deje escuchar los “tres avisos”, no vaya ser por ignorancia o pasividad cuando debiera ser todo lo contrario para quien se considera y dice ser “taurino”.

Quedan estas líneas por lo menos para hacer público nuestro alerta o humilde llamado de atención. Que no se sigan cometiendo los errores del pasado. Que luego los resultados han sido estrepitosos. La actualidad así nos lo demuestra.