El
empresario de la plaza de la Maestranza analiza las perspectivas y expectativas
del ciclo abrileño que arranca este miércoles y defiende la visita de los
veterinarios al campo.
CARLOS
CRIVELL
Diario EL
MUNDO de Sevilla
Ramón Valencia mira al cielo y frunce el ceño. Las
nubes han tomado la primavera sevillana y en la tarde anterior al comienzo del
ciclo seguido de la Feria de Abril llueve sobre Sevilla sin descanso. Ante la
extrañeza por esa preocupación, el gerente de la empresa Pagés lo explica con
claridad. "Todo influye para que la gente acuda a la plaza. Los carteles, el
ambiente, la economía y el clima. Si llueve los días antes de los toros algunos
pueden frenar sus ganas de ir a la plaza. La esperanza es que en los días de la
Feria parece que el tiempo será más estable".
A falta de 24 horas ya tiene en los corrales la
corrida de Torrestrella aprobada y espera que no haya muchos problemas con las
que deben seguir hasta el día 22 de abril con la de Miura. Sin embargo, en la
corrida de apertura del Domingo de Resurrección hubo baile de toros en los
corrales y salió por los chiqueros un lote muy desigual. Se ha cuestionado si
la visita de la autoridad beneficia al festejo. "No tengo ninguna duda sobre
la conveniencia de estas visitas a las ganaderías. Nos costó mucho trabajo
conseguir que se hiciera un examen que no es vinculante en el campo y el cambio
ha sido notable. Antes, se rechazaban en los corrales alrededor del 35 % de los
toros presentados. Ahora, apenas llegan al 4 por ciento. Es todo un éxito y en
muchas otras plazas nos tienen una envidia sana porque tenemos implantada esta
norma. Evita problemas en los corrales".
La corrida de Resurrección tiene su lectura.
"El toro puede cambiar si lo ves en el campo o en los corrales, más en
este invierno tan crudo que hemos padecido. Algunos toros que vimos en
noviembre estaban hace un mes muy disminuidos por culpa de la lluvia y, en
algunos casos, de la nieve. Lo ocurrido en Resurrección es algo poco
habitual".
"Todo influye -sigue su discurso Valencia-,
hasta el número de orejas que se cortan. En esa corrida de Resurrección se
podían haber cortado una o dos más, y lo digo desde el mayor respeto por los
presidentes, de forma que sería una forma de ambientar a todos para intentar
acudir a las corridas que esos mismos toreros tienen en la Feria".
Los carteles están en la calle hace tiempo. Se ha
hecho una publicidad novedosa, se han organizado encuentros con algunos
matadores que participan en el ciclo, se han abierto las puertas de la plaza de
toros a todo el público. Ahora solo falta conocer la respuesta en las
taquillas. "Para esta empresa es fundamental el abono, que es el que
sustenta el resto de la temporada. Sevilla tiene que dar novilladas con
picadores y sin picadores. Y se dan gracias al abono. Es algo que otras plazas
con abonos fuertes, caso de Pamplona o Bilbao, no hacen. Acaba la feria y
cierran las puertas".
El abono bajó de la época dorada del año 2007 con
unos seis mil vendidos a los algo más de 2.000 de la actualidad. "Siempre
he dicho que la crisis nos castigó a todo el sector de forma muy dura. Es el
único espectáculo que se mantiene de la taquilla, porque no hay subvenciones,
la publicidad se resiente y se retira, solo nos queda la taquilla. El año
pasado apenas subimos los abonados. Este año nos hemos mantenido. No son buenas
noticias y el futuro se antoja complicado". Con pocos abonados, está
seguro que la plaza se llenará hasta la bandera cinco o seis tardes. "Creo
que hay carteles para vender todas las entradas".
Se queja de la nueva estructura de la Feria, que
ahora empieza un sábado y acaba otro sábado. "Me he quejado al
Ayuntamiento, pero no sirve de nada. Esto de comenzar un sábado era bueno para
la hostelería, sobre todo en los años en los que hay un festivo nacional como
el del 1 de mayo. Para nosotros es un desastre. De modo provisional hemos
mantenido la corrida de Miura en el domingo clásico, pero estamos a la espera
de cómo van las cosas. Si no funcionan será preciso cambiar la corrida a otra
fecha".
De los carteles lo ha explicado casi todo.
"Todo lo que se ha hecho tiene su explicación. Siento lo de Ventura, pero
sabe que la corrida de Bohórquez funciona bien en Sevilla y no tenía motivos
para cambiarla. Paco Ureña podía haber elegido la que le gustara de cinco
corridas, pero me pidió la que ya no podía darle. ¿Otros toreros? Siempre falta
alguno, pero si entra alguno que no está, debe salir otro". ¿Y Morante?
¿Hubiera ayudado el de La Puebla al abono? "Seguro que en abril habría
ayudado más que en septiembre. José Antonio decidió comenzar más tarde, quizás
sea porque no quiere televisión, en fin, que no pude convencerlo, pero su
presencia en dos corridas en San Miguel tiene mucha fuerza".
En los tiempos del tándem con Eduardo Canorea,
Ramón Valencia era el hombre de la economía. Y ahora sigue dominando el tema.
"La Feria es cara, muy cara, porque los toreros ganan su dinero, muy
justo, y las corridas tienen un precio muy elevado. Es una plaza muy costosa.
Solo abrir sus puertas ya tiene un precio muy alto. Tenemos que pagar los
impuestos, el canon a la propiedad, todo se dispara. Ya me gustaría bajar los
precios. El abono tiene un 10 por ciento de descuento; varias corridas también
tienen un descuento del 10 por ciento. Está todo muy ajustado y se pierde
dinero en las corridas más rematadas".
En su análisis final se extiende en algunas
consideraciones. "Espero poder mantener el mismo esquema de la Feria. No
pretendo, ni me gustaría, bajar el número de festejos". Y habla de la
renovación del escalafón. "Ponemos a los que están triunfando. Ahí está el
caso de Roca Rey. Es verdad que hay cierto estancamiento en el escalafón,
porque son los nombres de siempre quienes ocupan los mejores puestos, pero no
es culpa del empresario que no aparezcan nombres nuevos".
Le pregunto al final por la necesidad de algún
torero revolucionario. "En otro tiempo un torero de masas era bien recibido.
No sé si ahora pasaría lo mismo". Pone un ejemplo. "Hace cuarenta
años El Cordobés ganaba posiblemente más dinero que el mejor de los
futbolistas; ahora, cualquier futbolista mediano gana más que muchas figuras
juntas. Ahí entran en juego factores que nos han perjudicado. La Fiesta no se
adaptado a los tiempos modernos, el futbol vive de ingresos ajenos a la
taquilla, el toreo no ha captado, quizás porque no sea posible, esos mercados y
así estamos. En esta tesitura actual casi es imposible que surja un torero
revolucionario que cambie las cosas".
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