JAVIER
LÓPEZ
@Javierlopez01
@Javierlopez01
La faena de Miguel Ángel Pacheco a un encastado y
exigente novillo de Julio García, de nombre "Caudillo II", fue hoy el
único pasaje de verdadera emoción en una tarde gris y cuesta arriba en Las
Ventas, y que no se saldó con el corte de una oreja por culpa de la espada.
Da gusto encontrar en estos tiempos que corren un
joven valor con madera de torero: Miguel Ángel Pacheco. El joven linense, lejos
del academicismo y el ventajismo tan de moda y que nada ayuda al porvenir de la
fiesta, evidenció que tiene algo distinto, mimbres para, con un poco más de
oficio, poder destaparse y empezar a funcionar en un futuro no muy lejano. Y lo
demostró con el único novillo encastado y exigente de un imponente y blandengue
envío de Julio García, con el que tomó antigüedad en Las Ventas, y del que se
salvaron también, en parte, los noblotes tercero y sexto.
Ya enseñó sus credenciales Pacheco en su turno de
quites al "parte plaza", con un "tres en uno"
impecablemente ejecutado; pero la verdadera prueba de fuego fue en su primero,
un novillo que ya de salida dejó claro que iba a vender cara su piel. Y sino
que se lo digan al subalterno Daniel Sánchez, que se llevó un volterón del que
salió indemne de milagro. Este pasaje puso en alerta a las cuadrillas, que
llevaron a cabo una lidia tan precavida como desastrosa, de ésas que no ayudan
nada a enseñar las notables cualidades que guardaba dentro "Caudillo
II", que fue como se llamaba el "fuenteymbro" de Julio García.
Pero dos pares de mucho riesgo de Corruco de
Algeciras hizo despertar los tendidos, que jalearon también un inicio por bajo
de mucha torería del joven linense, que, ya recuperada la vertical, diseñó una
labor de mucha firmeza y aplomo, imponiéndose por abajo a las exigentes y
encastadas embestidas del utrero, en lo que fue un toma y daca de lo más
emocionante. Lástima que con la espada no andara fino Pacheco, diluyéndose la
posibilidad de cortar la que hubiese sido una oreja de ley.
De rodillas y a la verónica recibió Pacheco al
quinto, que, sin ser lo del anterior, acudió con alegría al caballo. Y, aunque
tuvo calidad en la muleta, le faltó fortaleza y transmisión, lo que condicionó sobremanera
el trasteo de Pacheco, que trató de hacer las cosas con mucho temple, pero ni
así pudo el hombre.
Se presentaba en Madrid "El Adoureño"
con la vitola de haber sido uno de los nombres destacados del pasado 2017 y con
el último "Zapato de Oro" de Arnedo bajo el brazo. Pero, a decir
verdad, no dijo gran cosa este joven francés que pudo y debió estar mucho mejor
sobre todo con su buen primero, al que pegó pases y más pases a lo largo de una
labor en la que primó la cantidad sobre la calidad.
Y más de lo mismo frente al sexto, al que dieron
cera en el caballo para dos tercios de varas. El manto de sangre en el lomo del
animal cuando hablaba por sí solo. El Adoureño volvió a estar en modo
"estajanovista", es decir, mecánico y sin decir gran cosa.
La mala suerte se cebó hoy con Adrián Henche, que
volvía a Madrid después de la grave fractura lumbar sufrida el pasado mes de
octubre y que le ha mantenido casi cuatro meses de baja. El joven madrileño no
pudo pasar de discreto con un primero manso y moribundo, y un cuarto también
blando y desrazado. Una pena. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Novillos de Julio García, con un cuajo y una seriedad por encima de muchas
corridas en plazas de provincia, y de juego desigual. Destacó la emoción del
encastado y exigente segundo; nobles y manejables, tercero y sexto; manso y
moribundo, el primero; sin fuerzas ni raza, el cuarto; noble y blando, el
quinto.
Adrián
Henche, de grana y oro: gran
estocada (silencio); y cuatro pinchazos y descabello (silencio).
Miguel
Ángel Pacheco, de blanco y oro:
dos pinchazos, media y cinco descabellos (ovación tras aviso); y pinchazo, casi
entera tendida y atravesada (ovación).
Yannis
Djenibla "El Adoureño",
de blanco, plata y remates negros: estocada ligeramente trasera (silencio tras
aviso); y dos pinchazos, bajonazo, estocada y tres descabellos (silencio tras
aviso).
En cuadrillas, Corruco de Algeciras y Ángel
Luis Mayoral saludaron tras banderillear al segundo, y Morenito de Arles hizo lo propio en el sexto.
La plaza registró menos de un cuarto de
entrada (6.676 espectadores según la empresa) en tarde entoldada y agradable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario