«Orgullito»,
de Garcigrande, ya se recupera en la finca donde se crió y pasará pronto a ser
semental en la ganadería más importante del momento.
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Diario EL
MUNDO de Madrid
Tras la gloria, una nueva vida. El día ha
amanecido soleado en la finca de Garcigrande en Salamanca, donde Orgullito ha
regresado al que será su hogar. Un campo salmantino en el que el destino ya no
le tiene reservada una corrida de toros, sino un dorado retiro como semental.
Es la vida del morlaco bravo que se ha ganado galones con la medalla del
indulto.
La emoción que desbordó a La Maestranza con las
embestidas de Orgullito se materializó en el indulto. De forma unánime el
público reclamó el premio para el toro. Que se le perdonara la vida por su gran
transmisión, por marcar la diferencia con el resto de toros de la creación. El
Juli estaba creando una obra cumbre que se sumaba a la firmada en el segundo
toro. José Luque, presidente de la corrida, hizo el gesto a El Juli de que
continuara toreando para analizar mejor las virtudes de Orgullito. La plaza era
un manicomio, la embestida del toro de Garcigrande iba a más y a más. Cuando
asomó el pañuelo naranja, Orgullito seguía buscando la muleta de El Juli por
abajo y en los tendidos se sucedieron los abrazos y las felicitaciones. En ese
momento comenzaba el regreso de Orgullito a la dehesa salmantina donde se ha
criado desde diciembre de 2013. El Juli lo llevó con temple hasta el chiquero
dónde le ayudó a entrar su subalterno Álvaro Montes a punta de capote desde el
callejón.
En los chiqueros se mostró tranquilo, tomó todas
las puertas sin brusquedad. Como si supiera que toda su acometividad ya había
sido demostrada en el ruedo. Cuando acabó la corrida, veinte minutos después
del indulto, le quitaron las banderillas y le dieron los primeros medicamentos
antibióticos para evitar infecciones.
Para Justo Hernández, el ganadero de Garcigrande,
es fundamental que ahora se recupere bien Orgullito: "Decidimos
llevárnoslo anoche directamente para que llegase a su hábitat lo antes posible.
Es la forma de que se reponga del esfuerzo de la lidia y esté tranquilo. Llegó
de madrugada al campo y se le hizo un curado más exhaustivo que el de la
plaza".
Tras una buena recuperación, a Orgullito le espera
el paraíso de la crianza como semental. Justo Hernández asegura que:
"Tenemos un lote de vacas a las que justo estos días le íbamos a echar un
semental. Anoche les pedí que no juntasen esas vacas con el toro que teníamos
pensado para esperar a que Orgullito pueda reproducir con todas las
garantías". Orgullito en un mes podrá disfrutar de su harem y de la
libertad del campo. Las virtudes de Orgullito se transmitirán de camada en
camada, como él lo había recibido de su antecesora, de nombre Orgullita,
también madre de otro toro indultado en Albacete por Roca Rey en 2017. Una
familia que se consolida en la casa: "Los dos tuvieron un comportamiento
muy similar, cada uno con sus matices porque son de padres distintos pero en la
línea del carácter que queremos imprimir a la ganadería", aclara el
ganadero.
Los toros indultados suelen vivir cerca de 10 años
más tras su lidia. A lo largo de esa década de paraíso terrenal, los ganaderos
van testando el producto de sus cubriciones a través de los tentaderos en el
campo y de los propios hijos que llegan a la plaza para ser lidiados.
Justo Hernández explicaba a EL MUNDO: "Al
principio pondremos a Orgullito a padrear con un lote corto de vacas (25/30
vacas) para que no se desgaste mucho en su primera experiencia como semental y
para asegurarnos de que se recupera bien de la lidia". Después se irá
incrementado el número de vacas a las que debe cubrir en función del criterio
del ganadero teniendo en cuenta la temporada de cubrición y el resultado de los
primeras crías.
33 toros indultados el año pasado
Según la memoria anual de la Unión de Criadores de
Toros de Lidia, en 2017 se indultaron 33 toros en toda la geografía española.
De los cuales tres fueron de Garcigrande (uno de ellos con el hierro de Domingo
Hernández) en Valencia, Arévalo y el ya mencionado de Albacete. Sin embargo,
ninguno fue indultado por El Juli que sí que perdonó la vida a dos toros, uno
de Zalduendo en Sanlúcar y otro de Daniel Ruiz en Valladolid.
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