VÍCTOR
RAMÍREZ “VITICO”
Foto: Leo León - 2008
Las palabras más difíciles de escribir son estas…
por inesperadas y dolorosas, despedir a un amigo, compañero y hermano no es
nada fácil. La vida nos pegó un giro inesperado que jamás hubiésemos imaginado,
y escribo en plural porque ni él ni yo lo pensamos.
La infausta noticia del fallecimiento de Kike me
llegó por vía de otro hermano que de esos que te regala la vida. El matador de
toros Gregorio Torres “Maravilla” con una profunda tristeza e incredulidad me
daba la mala nueva, la cual a bote pronto me negué a aceptar, preguntándole a
mi amigo hasta tres veces si era cierta.
Una vez confirmada mi mente voló a tantos
recuerdos, pues fueron 23 años de transmisiones de toros, en diferentes ferias
del país, sobre todo San Cristóbal y Mérida, donde nos conocimos en el año
1.995, cuando comenzaba mi andadura como comentarista taurino, de la mano de
tres hombres de radio: Guillermo “Guillo” Villamizar, Omar Danilo Erazo y Roger
Vivas. Luego tomaría el timón de esa
aventura en Mérida Ramón Rivas Gutiérrez con su excelente equipo, con Jorge
Augusto Rodríguez, Leonardo Rodríguez, Carlos Alberto Rivas, entre muchos otros
amigos, contando con la incorporación desde hace un par de años de una joven,
Gaby Parra, que tiene todo el talento para lograr sus sueños y a la que Kike
como no podía ser menos, le abrió las puertas de la radio, de las transmisiones
de toros. La emisora con la que trasmitió Kike su ultima corrida de toros fue en CNB
Merideña 95.3 FM. La última noche se despidió con la alegría del deber
cumplido.
Con los años la amistad se tornó en una verdadera
hermandad, llena de cariño y respeto, muchas transmisiones, vivencias,
anécdotas. Tuve la suerte de vivir con él aspectos de su vida, de la cual fui
testigo. En lo bueno, su crecimiento personal y profesional, y en los trances
amargos, pues curiosamente me tocó acompañarle en el velorio de su madre, doña
Miriam, en la muerte de su padre, don Erasmo (narrando dos corridas junto al
doctor Ali Méndez Vázquez ante la ausencia temporal de Kike) y ahora, lo más
terrible, en su despedida.
Varias veces a la semana hablábamos por teléfono
con su inconfundible saludo “que hubo, que ha habido” y pues a partir de allí a
contarnos las cosas, a saber, el uno del otro. Kike fue amigo de los de verdad,
de esos que como él mismo decía se aceptan con goteras e hipotecas.
Hoy, cuando el dolor me embarga, solo me resta
darle gracias a la vida y a él por haberme permitido ser un hermano, confidente
y amigo, alguien con quien llevarles a los aficionados la magia de la fiesta
brava era una escuela de vida. Y fue tanto que hasta en el último instante, ya
bajando él a la tierra, pudimos estar juntos. Siempre fue admirador de Gallito
y Belmonte, de ellos hablábamos, y siempre me pregunté qué habría sentido Juan
cuando se fue José… tristemente ya lo sé.
Kike, hermano, siempre te recordaremos, hasta
siempre…
Muy emotivas y sinceras tus palabras Vitico, yo fui parte de ese gran equipo de transmisión en San Cristóbal y conocí al Kike bueno, al Kike humilde al Kike con un don de gente incomparable. El destino nos arrebato inesperadamente a un hermano y hoy seguro estoy estará viendo los toros desde la barrera del cielo, mi pregunta es que será de nosotros ahora sin Kike. Un abrazo Vitico se le quiere
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