El
diestro toledano analiza su futuro tras su triunfal actuación en Madrid durante
el pasado Domingo de Resurrección, en la que cortó tres orejas y abrió la
Puerta Grande de Las Ventas. *** El triunfo del pasado domingo en Las Ventas,
como poco, le ha cambiado sus previsiones sobre la presente temporada.
RODRIGO
CARRASCO
Diario LA
RAZON de Madrid
Siempre nos han dicho que nunca hay que mirar
atrás, que hay que seguir hacia delante, sin prisa pero sin pausa, «non stop».
Pero Álvaro Lorenzo, con nombre y apellido, lo hizo. Cuando estaba cumpliendo
su sueño, cuando lo había logrado, cuando tenía miles de personas y un
prometedor futuro por delante, miró hacia atrás. A la vez que cumplía su sueño
empezaba a despertar de él, intentando revivir ese momento mientras sentía que
ya se le escapaba entre los dedos. Así lo explica él mismo: «Es algo que pasa
muy rápido. Cuando estaba ya acercándome a la furgoneta, no sé muy bien por
qué, pero sentí la necesidad de mirar hacia atrás, quizá para intentar asimilar
cómo había sido ese instante tan mágico y así ser realmente consciente de que
había conseguido mi sueño de siempre».
Así lo hizo, con tan solo 22 años. El pasado
Domingo de Resurrección Álvaro Lorenzo consiguió lo que muchos persiguen sin
éxito durante toda una vida, abrir la Puerta Grande de Las Ventas, plaza en la
que entró como promesa y salió como realidad, en su segunda visita a la
Monumental como matador de toros. Quizá la pregunta más temida suela ser ¿y
ahora qué?, pero el torero toledano tiene muy clara la respuesta: «Este solo ha
sido el primer paso para alcanzar mi verdadero objetivo, ser figura del toreo».
Pronunciada por él, la palabra «figura» suena de una forma especial, rotunda y determinante,
algo que solo sucede cuando los vocablos proceden de alguien que sabe cuál es
su meta en la vida. «Siempre he querido ser torero. Solo hubo un momento en el
que también me atraía mucho el fútbol, pero solo porque me creía bueno» (se
ríe).
Sin duda este triunfo, como poco, le ha cambiado
sus previsiones sobre la presente temporada, la cual empezaba, como muchas
otras jóvenes promesas, sin algo definido sobre la mesa. Sin embargo, desde
aquel domingo su nuevo apoderado, Nemesio Matías, ha tenido bastante trabajo,
de hecho ya se han comprobado los primeros resultados de aquella tarde, como es
su presencia en los carteles de la Feria de Pentecostés de Nimes (Francia).
Precisamente este cambio de apoderamiento es uno de los aspectos en los que Álvaro
encuentra la razón de su gran estado de forma. «Durante mi trayectoria siempre
he necesitado sentirme apoyado y arropado por una persona de confianza. Con
Pablo Lozano también la tuve, pero esta decisión me ha venido muy bien para
cambiar de aires y cargarme de ilusiones renovadas».
Otra de las causas que han podido motivar este
golpe que dio en su segunda comparecencia en Las Ventas fue el sabor agridulce
que le dejó su confirmación en Madrid el año pasado. En ella, las buenas
maneras que demostró se vieron eclipsadas por la Puerta Grande de Ginés Marín,
quien con dos años menos que él también confirmaba alternativa aquella tarde de
San Isidro, con El Juli como padrino. «Es algo que da coraje. Uno va con mucha
ilusión, porque sabe lo que puede suponer una tarde así. Pero tampoco me fui
decepcionado. De mi parte creo que no faltó nada. La suerte corrió de su parte
y él lo aprovechó. El toreo es así».
Pero Álvaro no lo justifica todo con la suerte.
Aunque influya mucho en esta profesión, la fortuna nace en el campo, durante el
invierno, tras días y días de concentración, sacrificio y desconexión con el
resto del mundo. Tal y como él afirma contundente, «el éxito solo llega a
quienes están preparados para el triunfo». Esta frase casi bélica refleja el
momento de máxima competencia por el que pasa el escalafón, en el que cada
tarde es una batalla y parece tomar forma ese ansiado relevo generacional.
El joven espada ya cuenta las horas para volver a
pisar ese mismo ruedo por el que flotó hace unos días. Lo hará en la Feria de
San Isidro el próximo 29 de mayo, junto a Daniel Luque y David Galván ante
toros de Torrehandilla. Pero él mismo es consciente de que a partir de ahora el
público de Madrid no le esperará de la misma forma. «Volveré con mucha
responsabilidad y a la vez con enorme ilusión por revivir esas sensaciones y
demostrar que lo del domingo no fue casualidad. Poner al público de Las Ventas
en pie ha sido la sensación más intensa que he vivido. Si te entregas a Madrid,
Madrid se entrega a ti».
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