Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en
saludarlos. Está resultando de verdad alarmante que no exista un criterio
parejo en el palco de la autoridad de las plazas de toros de la ciudad de
Aguascalientes y menciono a los dos cosos, el legendario “San Marcos” y el
Monumental, porque el juez de plaza designado por el gobierno municipal es el
mismo y la verdad sea dicha es que está malogrando lo que hasta ahora hubieran
sido festejos de mayor éxito.
Habló de festejos porque ya pasaron los ocho de la
Temporada Novilleril 2018, todos en la plaza “San Marcos”, la última de ellas
la de triunfadores ya dentro de la CXC Feria Nacional de San Marcos, además de
una corrida de toros en la Monumental, la del reciente domingo 15 de este mes,
en la que ya dos matadores resultaron afectados por el protagónico desempeño de
la “máxima” autoridad en el coso.
Durante el serial menor, cuando menos a dos
chavales, el anfitrión Héctor Gutiérrez y el yucateco André Lagravére “El
Galo”, los privó de abrir la Puerta Grande al negarles la oreja que le hubiera
servido de “llave” para ello y entonces ser sacados en volandas, pero pudo más,
reitero, lo protagónico en el juez que el incentivar a los novilleros y pasándose
así, por el “arco del triunfo”, la valiosa petición del público.
Ahora, durante la primera corrida de la afamada
verbena abrileña, el mismo juez que, por cierto, es el arquitecto Ignacio
Rivera Río, volvió a hacer de las suyas al impedirle al diestro local Fabián
Barba salir en hombros por la Puerta Grande pues ya en uno de sus toros había
cortado una oreja, pero en el otro se la negó abiertamente cuando todo mundo
pensaba que tenía bien ganada la triunfal salida de la plaza Monumental.
Otro que fue perjudicado en su meritoria actuación
fue el espada poblano Jerónimo cuando la verdad sea dicha bien merecía que se
le premiara con un apéndice. Sin embargo, la apreciación del juez fue otra, es
decir, la gente estaba mal en su atinado juicio y él estaba en lo correcto,
como que no cuadra, no le parece amigo aficionado a la Fiesta de los Toros.
Me parece que, con ese criterio, de sentirse el
que decide que conceder, no lo llevara a un buen final, al contrario, podría
hacerle mucho daño, en este caso, a la parte taurina de la Feria Nacional de
San Marcos.
Es evidente que en el palco no hay un criterio
uniforme, pero si decisiones unilaterales pues de sobra se sabe que el juez no
toma en cuenta la asesoría de sus colaboradores en el palco, ni los escucha.
Todo ello está mal y no hará más que encausar equivocadamente lo que puede ser
una exitosa feria.
Vienen entonces tres festejos seguidos y, ojalá,
el señor Ignacio Rivera Río enderece el rumbo del “barco”, pues él sabe que
puede hacerlo, aunque no se crea, no es mal intencionado, para que el serial
mayor sanmarqueño llegue a buen puerto y por ello le recuerdo que “cuando
la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena
¡surge el toreo!… Arte y bravura en escena”.
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