El toro "Orgullito" es la última
incorporación a una brillante saga de reses indultadas tras faena del diestro
Julián López "El Juli", el mismo torero que, en 1997 y en la
Monumental de México, se erigió en el primer español en indultar un novillo.
Con solo 15 años, cuando por impedimento legal aún
no podía torear en España, el jovencísimo novillero (Madrid, 1982) entraba
aquel 3 de agosto de 1997 en la historia al lograr indultar a
"Feligrés", burel de La Venta del Refugio. Ese nombre le acompañaría
el resto de su vida.
Así bautizó la primera finca de su propiedad -en
la que hoy funciona la Escuela Taurina de Arganda del Rey-Fundación El Juli- y
en la que conservó disecada la cabeza del animal, obsequiada en 2013 por el
ganadero, ya que, según dijo el diestro durante aquel acto de entrega, ese fue
"el punto de inflexión" en su carrera.
Ayer, 16 de abril de 2018, casi 21 años después,
el matador madrileño, vestido de verde esmeralda y oro en la primera de sus dos
tardes en la Feria de Abril de Sevilla (sur), firmó "una de las mejores
faenas de su vida", según dijo hoy el ganadero Justo Hernández, dueño de
"Orgullito", para conseguir que este resultara indultado.
El del hierro de Garcigrande fue el quinto del
cartel que el diestro madrileño compartía con los españoles Enrique Ponce y
Alejandro Talavante. Y Julián López lo convirtió en el vigésimo sexto toro de
su carrera, ya como matador, que termina vivo una corrida.
Catorce de ellos fueron en cosos americanos,
Bogotá, Cali (3) y Manizales (3), en Colombia; Lacatunga y Quito, en Ecuador;
Mérida (2), en Venezuela; México, León y Tijuana, en México, según la web
oficial del matador, www.eljuli.com.
Tres en la plaza de Arles (Francia) y ocho en
España: Valladolid, Sanlúcar, Albacete, Cáceres, Ciudad Real, Don Benito,
Linares y Marbella, a los que ayer se unió en del Sevilla.
"Milenio", "Verdeluna",
"Buboso", "Invencible", "Ordenado",
"Trojano", "Peregrino", "Rebelde",
"Curtidor", "Agresivo", "Apresado II",
"Balsero", "Peletero", "Pasión", "Localeño",
"Contratista", "Velero", "Golfo",
"Flamenco", "Fantasma", "Cortesano",
"Rotolando", "Jorguín", "Fanfarria" y
"Lancero" antecedieron a "Orgullito" desde el 18 de
septiembre de 1998, fecha de su alternativa en Nimes (Francia), según la misma
fuente.
Los 12.000 espectadores que ayer abarrotaban la
Maestranza de Sevilla vieron salir al diestro madrileño por la Puerta del
Príncipe tras cortar cuatro orejas, dos de ellas simbólicas, las de
"Orgullito", res de brava e incansable profundidad en sus embestidas.
El animal salió descolgando su largo cuello desde
que asomó por la puerta de chiqueros y le llamaron desde el primer burladero.
Bajo, de finas hechuras, armónico de trapío, desde ese mismo momento el toro de
Garcigrande buscaba pelea y prometía lo que estaba por llegar. Y lo cumplió.
Tras pasar por el caballo de picar, se creció en
banderillas y comenzó a arrastrar el hocico por el suelo pidiendo una muleta
que le llevara sometido para sacar su tremendo y real fondo de bravura.
Y ahí "El Juli" empezó a 'bailar' con el
toro, a entregarse a su labor mientras el animal se daba por completo y sin
reparos a una embestida que, cuanto más baja iba la muleta, se iba haciendo más
profunda y templada.
Para que se viera toda la dimensión del toro, el
torero se recreó en otras cuantas series más de pases, en los muletazos
invertidos y en los adornos, enroscándose a la cintura todo el cuerpo de un
toro que se dio por completo en cada una de sus arrancadas.
El clamor se fue haciendo más y más ensordecedor
hasta que el presidente, obedeciendo a la petición unánime de los tendidos,
sacó el pañuelo naranja para conceder el perdón de la vida a tan excepcional
ejemplar, el tercero, tras "Arrojado" (Núñez del Cuvillo) y
"Cobradiezmos" (Victorino Martín), que se indulta en los últimos 7
años en Sevilla, y cuarto desde 1965 ("Laborioso", del marqués de Albaserrada).
"Orgullito" regresó hoy a la finca donde
fue criado, en Salamanca (este), para ser sometido a las curas de las heridas
de la lidia y, según explicó el ganadero Justo Hernández, "a pesar de la
fiebre y de que los puyazos son profundos, se está comportando de maravilla".
El ganadero, que perdió hace solo dos meses a su
padre, Domingo Hernández, titular del hierro homónimo y del de Garcigrande,
definió hoy como "arrogante" la actitud que los toros indultados
tienen al regresar al campo, a los que calificaba de "héroes".
E indicó que "El Juli", décimo en el
escalafón del año, según el portal especializado Mundotoro, estuvo
"inmenso en todos los aspectos, en la técnica y en los tiempos que había
que aplicarle al toro y en la forma de exigirle, pero todavía más cuando se
dejó ir y no se guió por la cabeza sino por el corazón". / EFE
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