miércoles, 18 de abril de 2018

"Orgullito", último nombre de una saga que abrió "El Juli" en México en 1997

El toro "Orgullito" es la última incorporación a una brillante saga de reses indultadas tras faena del diestro Julián López "El Juli", el mismo torero que, en 1997 y en la Monumental de México, se erigió en el primer español en indultar un novillo.

Con solo 15 años, cuando por impedimento legal aún no podía torear en España, el jovencísimo novillero (Madrid, 1982) entraba aquel 3 de agosto de 1997 en la historia al lograr indultar a "Feligrés", burel de La Venta del Refugio. Ese nombre le acompañaría el resto de su vida.

Así bautizó la primera finca de su propiedad -en la que hoy funciona la Escuela Taurina de Arganda del Rey-Fundación El Juli- y en la que conservó disecada la cabeza del animal, obsequiada en 2013 por el ganadero, ya que, según dijo el diestro durante aquel acto de entrega, ese fue "el punto de inflexión" en su carrera.

Ayer, 16 de abril de 2018, casi 21 años después, el matador madrileño, vestido de verde esmeralda y oro en la primera de sus dos tardes en la Feria de Abril de Sevilla (sur), firmó "una de las mejores faenas de su vida", según dijo hoy el ganadero Justo Hernández, dueño de "Orgullito", para conseguir que este resultara indultado.

El del hierro de Garcigrande fue el quinto del cartel que el diestro madrileño compartía con los españoles Enrique Ponce y Alejandro Talavante. Y Julián López lo convirtió en el vigésimo sexto toro de su carrera, ya como matador, que termina vivo una corrida.

Catorce de ellos fueron en cosos americanos, Bogotá, Cali (3) y Manizales (3), en Colombia; Lacatunga y Quito, en Ecuador; Mérida (2), en Venezuela; México, León y Tijuana, en México, según la web oficial del matador, www.eljuli.com.

Tres en la plaza de Arles (Francia) y ocho en España: Valladolid, Sanlúcar, Albacete, Cáceres, Ciudad Real, Don Benito, Linares y Marbella, a los que ayer se unió en del Sevilla.

"Milenio", "Verdeluna", "Buboso", "Invencible", "Ordenado", "Trojano", "Peregrino", "Rebelde", "Curtidor", "Agresivo", "Apresado II", "Balsero", "Peletero", "Pasión", "Localeño", "Contratista", "Velero", "Golfo", "Flamenco", "Fantasma", "Cortesano", "Rotolando", "Jorguín", "Fanfarria" y "Lancero" antecedieron a "Orgullito" desde el 18 de septiembre de 1998, fecha de su alternativa en Nimes (Francia), según la misma fuente.

Los 12.000 espectadores que ayer abarrotaban la Maestranza de Sevilla vieron salir al diestro madrileño por la Puerta del Príncipe tras cortar cuatro orejas, dos de ellas simbólicas, las de "Orgullito", res de brava e incansable profundidad en sus embestidas.

El animal salió descolgando su largo cuello desde que asomó por la puerta de chiqueros y le llamaron desde el primer burladero. Bajo, de finas hechuras, armónico de trapío, desde ese mismo momento el toro de Garcigrande buscaba pelea y prometía lo que estaba por llegar. Y lo cumplió.

Tras pasar por el caballo de picar, se creció en banderillas y comenzó a arrastrar el hocico por el suelo pidiendo una muleta que le llevara sometido para sacar su tremendo y real fondo de bravura.

Y ahí "El Juli" empezó a 'bailar' con el toro, a entregarse a su labor mientras el animal se daba por completo y sin reparos a una embestida que, cuanto más baja iba la muleta, se iba haciendo más profunda y templada.

Para que se viera toda la dimensión del toro, el torero se recreó en otras cuantas series más de pases, en los muletazos invertidos y en los adornos, enroscándose a la cintura todo el cuerpo de un toro que se dio por completo en cada una de sus arrancadas.

El clamor se fue haciendo más y más ensordecedor hasta que el presidente, obedeciendo a la petición unánime de los tendidos, sacó el pañuelo naranja para conceder el perdón de la vida a tan excepcional ejemplar, el tercero, tras "Arrojado" (Núñez del Cuvillo) y "Cobradiezmos" (Victorino Martín), que se indulta en los últimos 7 años en Sevilla, y cuarto desde 1965 ("Laborioso", del marqués de Albaserrada).

"Orgullito" regresó hoy a la finca donde fue criado, en Salamanca (este), para ser sometido a las curas de las heridas de la lidia y, según explicó el ganadero Justo Hernández, "a pesar de la fiebre y de que los puyazos son profundos, se está comportando de maravilla".

El ganadero, que perdió hace solo dos meses a su padre, Domingo Hernández, titular del hierro homónimo y del de Garcigrande, definió hoy como "arrogante" la actitud que los toros indultados tienen al regresar al campo, a los que calificaba de "héroes".

E indicó que "El Juli", décimo en el escalafón del año, según el portal especializado Mundotoro, estuvo "inmenso en todos los aspectos, en la técnica y en los tiempos que había que aplicarle al toro y en la forma de exigirle, pero todavía más cuando se dejó ir y no se guió por la cabeza sino por el corazón". / EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario