sábado, 14 de abril de 2018

CUADERNO DE BITÁCORA DE BARQUERITO: Los árboles de San Pablo y el museo de calendarios de Las Piletas

No conozco ciudad donde más antipática se haga la lluvia que Sevilla. Llueve duro y en espiral, de costado y parece que de abajo arriba y no al revés. Te calas. Vi el miércoles i dos paraguas desvencijados en dos alcorques de Reyes Católicos, por donde se meten en el centro de Sevilla las nubes negras de Huelva y un frío serrano que te hiela las yemas de los dedos de la mano y las puntas de los de los pies. La imagen de la derrota es un paraguas desguazado en una ciudad. Pájaros muertos. Al volver de los toros hace un rato, ya de noche, reparé en las tres palmeras que abren en el primer tramo de San Pablo el paso a la Sevilla de la Encarnación, la Alfalfa y otros barrios de interés. Son los tres árboles mejor puestos de la ciudad. El jueves en la Palmera tengo entendido que un árbol se desplomó sobre el techo de un autobús y lo dejó como dejan los huracanes las cosas. Sería un plátano de sombra, como los de Reyes Católicos, y no una palmera. 

Aquí se dan muy bien las palmeras. Como si fueran plantas autóctonas. Entre las tres palmeras, y desde el semáforo de Santas Patronas, aparece iluminada de noche la espadaña de la iglesia de Montserrat. Barroco menú. Pero por ahí se pasa deprisa. Todo el mundo. Menos uno que iba en bici.

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