Afronta
la gran cita de Resurrección en 'su' Maestranza con ilusión y el peso de la
responsabilidad asumido. *** Con Antonio Ferrera y Roca Rey como compañeros, es
el torero 'sevillano' de un cartel sin sevillanos.
ZABALA DE
LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL
MUNDO de Madrid
Ya es hoy Domingo de Resurrección, la gran cita
del toreo, la corrida señera con la que despierta la temporada en Sevilla. José
María Manzanares afronta el compromiso cargado de ilusión, asumida la
responsabilidad, vencidos pero latentes los miedos. Conoce la gloria en su
albero, la Puerta del Príncipe tres veces rendida, el cariño de la afición y
las expectativas depositadas en sus muñecas. Sabe de la exigencia de la plaza
que aprendió a amar desde niño. Y de todo ello habla como la viga maestra que
es, otra vez, del año en la Maestranza. Cuatro tardes le esperan. Entre el
silencio de los siglos de piedra y el rumor de los vencejos.
- ¿Cómo
vive el compromiso de Resurrección tras tanto tiempo de idilio?
Siempre que toreo en Sevilla lo vivo de una manera
especial. Hasta el punto de que todos mis pensamientos de la preparación en
invierno se dirigen a abril. Es la plaza más importante de mi carrera. Donde
empezó todo. La que me lo dio todo.
- En el
cartel -Antonio Ferrera y Roca Rey- no hay ningún torero sevillano. Tal
circunstancia no se daba desde hace 16 años: Paco Ojeda, José Tomás y El Juli.
¿La ausencia de Morante agrava su responsabilidad como torero sevillano de
adopción que es?
Es verdad que lo soy. Quizá la responsabilidad
recaiga ahora más en mí. La tomo con ilusión. José Antonio es de verdad de
Sevilla. Un torero grandioso. De los necesarios. Que no esté en abril es una
pena. Torearemos juntos en San Miguel.
- Hablemos
de sus rivales.
Es un cartel muy atractivo. En lo personal,
además, con Antonio me une una gran amistad. Tenemos recuerdos muy bonitos
desde que éramos niños, cuando él quería ser torero y a mí aún ni se me pasaba
por la cabeza. Él estuvo en casa, muy en contacto con mi padre desde que tenía
13 ó 14 años. Se ha ganado estar en Resurrección por méritos propios y por su
forma de sentir el toreo. De Andrés no hay nada que decir. Viene arrollando y
la gente lo quiere ver.
- Afloran
en la madurez de Ferrera, en su estado de gracia, en su cadencia, cosas de su
padre. ¿Lo ve así?
Sí, sí. Hay muchos gestos parecidos tanto en su
forma de torear como en su manera de ser. Hablo de gestos concretos. Para nada
voy a negar las semejanzas. Yo, que soy su hijo, reconozco que me recuerda,
así, sutilmente. Pasaron tanto tiempo juntos que se alimentó de su tauromaquia.
Papá le quería mucho.
- ¿Cuando
hace el paseíllo en la Maestranza vuelve el recuerdo de aquella tarde de 2006
en la que le cortó la coleta al pater et magister?
Continuamente. Fue quien me transmitió el amor por
Sevilla. Desde pequeño. Su sueño era que yo entrase, como él, en esta plaza.
Fue de las cosas más grandes que pudieron suceder en su carrera. Y no cabe duda
de que en la mía también.
- Perdido
el referente de su padre, me cuentan que habla con viejos maestros como Emilio
Muñoz o Paco Ojeda. ¿Qué busca en ellos?
Lo que es el toreo en su esencia, lo que toda la
vida ha sido. Lo que creo que hoy en día se ha perdido: el respeto, la
personalidad y vivir el toreo como ellos. Me han ayudado muchísimo. Es el mismo
idioma que hablaba con mi padre y que no puedo tener con muchos compañeros. Son
conversaciones más emocionales, más de sentimiento, más de torero a torero.
Revivo la educación que mi padre me dio. Echo de menos todo aquello. Todo es
para mi evolución y mi crecimiento. Me siento muy orgulloso de que hayan
compartido conmigo su sabiduría y su cariño. Aunque me exigen muchísimo.
Pertenecen a una época muy diferente a la que vivimos.
- ¿Quizá
mejor?
No lo sé. Había más autenticidad y personalidad. Hoy
todo es más parecido.
- Lo dice
quien siempre ha gastado un sello y un empaque muy marcados.
He procurado no salirme del camino que me
inculcaron. En las tardes mejores y en las peores, siempre he sido fiel a mí
mismo.
- ¿Y cómo
encaja que Muñoz u Ojeda le digan, por ejemplo, que hay que hundirse más con
los toros o vaciar el muletazo?
Lo acepto, lo asimilo y lo agradezco. Pero lo hago
con toreros que respeto.
- Volvamos
a Resurrección. En las primeras ferias acusó el parón, o esa impresión me dio,
de tantas lesiones en los últimos tiempos (un fuerte esguince de la rodilla en
diciembre, la intervención de cervicales que en agosto le obligó a cortar la
temporada). ¿Llega a Sevilla en plenitud física?
Sí que es cierto que en Castellón y en Illescas la
sensación fue rara. Faltaba el rodaje de estar ante el público. Ha sido mucho
tiempo alejado del circuito. Lo importante es que ya en Valencia me encontré
mejor. Cuando vuelves, valoras lo que es torear a diario.
- ¿Faltaba
el ritmo?
Más que un problema de ritmo o físico, es una
cuestión mental. De confianza.
- ¿Y le da
confianza la corrida de Victoriano del Río? En su haber están hitos de su
trayectoria como las cuatro orejas de Sevilla en 2012 o el toro 'Dalia' de
Madrid en 2016.
Victoriano tiene una ganadería con una regularidad
brutal. Eso no quiere decir que sea un toro fácil. Hasta el bueno es exigente.
En mi carrera, como dice, ha sido muy importante.
- Ojalá
podamos vivir una tarde interesante.
Ojalá.
PREVIA DE RESURRECCIÓN
Todos los datos y
curiosidades del Domingo que siempre fue de Romero
Curro Romero toreó 23 Domingos de Resurrección. De
manera ininterrumpida -salvo en el 92- de 1981 al 2000, fecha de su retirada.
Más los años 1969, 1970, 1978 y 1979. Curro le dio categoría a una cita menor.
Hasta su llegada, festejo telonero (de la Feria de Abril) le llamaban. Tras
Curro, el torero que más veces ha actuado en Sevilla el Domingo de Pascua ha
sido Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' (11 tardes). Morante de la Puebla (10),
Enrique Ponce (8), El Juli (7), José María Manzanares (8).
Resurrección siempre ha sido una fecha clave pero
reacia al triunfo: en 77 tardes -desde 1940- se han cortado 60 orejas.
Espartaco abrió la Puerta del Príncipe dos veces -la última sólo con dos
orejas- (en 1990 y en 2015); también lo hicieron en este día José Tomás (2001),
El Cid (2005) y El Juli (2013).
Espartaco lidera el escalafón de trofeos en
Resurrección con 9 orejas seguido de El Juli con 6. Curro ha sido padrino de
alternativa en ocho ocasiones en Resurrección. La ganadería que más ha lidiado
en esta fecha fue Torrealta con 18 corridas.
Desde 2002, con Paco Ojeda, José Tomás y El Juli
en el cartel, no se daba una apertura de la temporada en Sevilla sin un torero
sevillano en la combinación.
Antonio Ferrera va a torear por primera vez el
Domingo de Resurrección en Sevilla desde que tomó la alternativa hace más de 20
años (Olivenza, 2 de marzo de 1997.
Es la primera oportunidad para Manzanares para
empatar en Puertas del Príncipe con El Juli y El Cid. El alicantino lo ha
logrado en 3 ocasiones: 2011 (4 orejas e indulto a Arrojado) y dos más en 2012.
Roca Rey fue el único matador que el año pasado
cortó dos orejas a un toro en la Maestranza. Precisamente de Victoriano del Río
(Toros de Cortés), que debuta en un Domingo de Resurrección.
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