Novillada con limitadas fuerzas e irregular
comportamiento
Entrega y valor de parte de los novilleros actuantes ayer en el cierre de la FISS 2018, a pesar de no haberse cortado ningún apéndice. |
El veterano novillero de San Cristóbal
dejó en la retina los muletazos de más profundidad de la tarde, mientras que el
tovareño se hizo de los presentes tras una labor voluntariosa y entregada, ante
los ejemplares más potables del envío.
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
(SAN CRISTÓBAL,
Enviado Especial).- La curiosa circunstancia de cerrar feria con una
novillada da a entender el nivel y circunstancias por la que ha transcurrido la
edición de este año de la cita taurina sancristobalence. La plaza casi vacía,
albergaría poco más de 2500 personas en los escaños, fieles a ver las
cualidades de la generación de relevo que vamos desarrollando en las canteras
de las pocas escuelas taurinas del país, como es el caso de esta o la de Tovar,
por mencionar algunas de las que nos quedan.
Abrió plaza las flojas embestidas de «Rubiense» del hierro
de Rancho Grande, donde el espada a su cargo como fue Juan Gómez pudo hacerse por
momentos intermitentes sobre el pitón derecho, con viajes que ofreció el
mencionado utrero, donde la escases de fortaleza de remos condicionó labor. Ante
él Gómez, pasó desapercibido y atropellado, a pesar de la mínima sangría que en
el caballo le hicieron al morlaco. Voluntad y deseos de agradar, para
finalmente despacharlo de dos viajes con el acero, para ser silenciado.
Los momentos más artísticos de la novillada vinieron a cargo
del tachirense Antonio Suarez, quien venía de una larga pausa en su carrera
novilleril, por cuestiones personales. Sabrosas fueron las verónicas para luego
desgranarse con la muleta en series por la mano diestra ralentizadas y
templadas que desplegaron aroma de toreo caro. Similares cotas se vieron por
naturales en breves momentos, hasta que confiado, el utrero hizo por el torero,
volteándolo aparatosamente sin consecuencias en los bajos de sombra. Una pena
que dos pinchazos, tres cuartos traseros y contrarios de ración toricida, y
tres descabellos dejaran su labor en sonoras palmas tras aviso.
Valor y entrega la demostrada por Jonathan Ortega, ante un cornalón
ejemplar de La Consolación donde estuvo muy decoroso, si se quiere muy
destacado para lo poco que ha toreado en los últimos meses. No escatimó en
mantener firmes los pies sobre la arena, así como correr por momentos con gran
eco en los tendidos los engaños, hasta que una espeluznante voltereta, que
incluso hizo temer que lo hubiese calado por la ingle derecha, pasándoselo de pitón
a pitón cuando le toreaba por la mano diestra, desarticulo el discurso que
estaba ofreciendo en la arena, evidenciando los presentes el dramatismo y
pundonor del mencionado coleta. La mala fortuna de ponerse pesado con el acero,
necesitando cuatro viajes con el acero y otros más con el verduguillo, para
recibir cerrada ovación tras dos avisos cuando pasaba a la enfermería tras la
paliza que se había llevado momentos antes.
Importante tarjeta de presentación en Pueblo Nuevo ha dejado el espigado novillero tovareño Reymer Arellano, pupilo del desaparecido Don Ricardo Mencía. |
Uno de los representantes de la afición taurina tovareña anunciado
fue Reymer “El Plata” Arellano, quien desde el capote supo conectar con el público,
tras saludo por verónicas jaleadas, para luego quitar por gaoneras y afarolados
en los medios, tras medido castigo en el caballo a cargo de Rene Quintaba tras buen
puyazo en lo alto. Banderilleó con eficacia en tres pares, iniciando luego
faena de muleta, sacando partido a las pocas entregadas embestidas del ejemplar
de El Prado, el cual había sido brindado a su ganadero, Hugo Alberto Molina. Variedad
y entrega la demostrada por el espigado coleta, quien a pesar de su limitado
rodaje no arrugó al importante compromiso que significaba, para necesitar de
pinchazo y estocada en lo alto para ver como el conclave presente le solicitara
con ferviente razón la oreja que el palco denegó, invitándole a dar la vuelta
al ruedo, que bien vale también como premio.
El jovencito Rando Delgado tuvo enfrente a un eral de San
Antonio el cual le dejo ver destellos de su aún precoz e incipiente rodaje como
novillero. El animalito que torearía serviría en parte a resaltar lo que
pudiera ser si se aplica aquello de que el que va ser se asoma. Esperemos que
sea así. El manejo de la espada es una materia pendiente a corregir, saludando
desde el tercio tras aviso.
Cerró tarde la actuación del tovareño Cleiderman “El Moro” Méndez,
ante un serio ejemplar, el cual nunca le dejaría estar a gusto, siempre marcado
querencia a tablas, lo que hizo de su trasteo denso y monótono en su estructura
y planteamiento por ambas manos. El astado le perdonaría errores técnicos de
colocación y terrenos hasta que le voltearía de fea manera en los bajos del
numerado de sol, sin males que lamentar, para despacharle tras un sainete con
el acero, siendo silenciado tras un aviso.
Culmina así una edición ferial que deja muchos detalles a reflexión,
que si no colocamos en contexto, pudieran ser el principio del final de una era
y época para la que fue la gran feria taurina de Venezuela.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo. Domingo 28 de enero.
Novillada de la LIV Feria de San Sebastián.
Con poco más de 2500 personas en plaza, en tarde soleada y ventosa, se
han lidiado utreros de las ganaderías venezolanas de RANCHO GRANDE (1º y 2º),
LA CONSOLACIÓN (3º), EL PRADO (4º), SAN ANTONIO (5º) y EL PALMAR DE LA SIERRA
(6º), en su conjunto irregulares de presencia, con escasas fuerzas 1º, 2º; con
asperezas el 3º; noblote el 4º; con tranco y nobleza el 5º y manso y
aquerenciado e 6º.
Pesos: 370, 400, 390, 380, 350 y 395 kilos
JUAN GÓMEZ (Añil con pasamanería en blanco), Silencio.
ANTONIO SUAREZ (Lila y azabache), Palmas tras aviso.
JONATHAN ORTEGA (Grosella y oro), Ovación tras dos avisos.
REYMER ARELLANO (Turquesa y plata), Vuelta al ruedo tras petición.
RANDO ARELLANO (Negro y oro), Saludos desde el tercio tras aviso.
CLEIDERMAN MÉNDEZ (Celeste y azabache), Silencio tras aviso.
INCIDENCIAS: En la vara destacó Rene Quintana, y en la
brega excelente quite de Eduardo Graterol en el 5º.
Extraordinarios muletazos los que se prodigo el joven novillero Antonio Suarez, templando y embarcando las embestidas de su noble antagonista |
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