Bajo
el aguacero la novillada, tercer festejo de la feria, comenzó con media hora de
retraso, fue suspendida tras la lidia del segundo y reanudada inexplicablente veinte
minutos después. Fresneda cortó una oreja del tercero y dejó vivo el sexto. Muy
serio encierro de Achury Viejo.
JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadi45
Foto: EFE
El errático proceder del palco se sumó al frío y
al agua para en una tarde oscura y lúgubre sobre un ruedo imposible alargar un
espectáculo sin razón de ser. El día había comenzado con la trágica muerte del
matador manizaleño Andrés de los Ríos y la horrible tarde pareció signada por
ello.
Destacó sí, la sería presencia del encierro.
Negros, armados, astifinos y veletos, denunciaban su raigambre condesa.
Musculosos también y con alzada, aparentaban más peso del anunciado en las
tablillas. Fieros saltaron al anegado ruedo y bajo una cortina de agua fueron
por capotes petos y muletas. Más raza que humillación, más codicia que nobleza,
pero repetidores y dispuestos a vender cara la vida. Todos, quizá, salvo el
tercero, se apagaron en los finales cuando no se rajaron francamente, como el
quinto y el sexto que terminaron atrincherados en la barrera. Su poder y acometida
en los primeros tercios agregaron dramatismo.
Sebastián Cáqueza, que tiene vocación de arte
quizá terminó siendo el más perjudicado por las condiciones de la tarde. La
lluvia el suelo jabonoso, los trapos ensopados y el talante difícil de su lote
conspiraron contra sus deseos de parar, templar y ligar. Despachó al primero de
estocada limpia y al cuarto con pinchazo y un espadazo delantero y desarmado,
siendo silenciado por partida doble.
Andrés Bedoya, amigo personal del suicida, quisó
convertir su actuación en un homenaje a muerte. En los momentos más duros del
diluvio que caía sobre la Monumental tomó todos los riesgos. Raudas verónicas
genuflexas y erectas y con la muleta, derechas, ayudados, naturales y pechos,
matizados con desplantes de rodillas en una brega caótica pero respetable. El
paisanaje acompañaba conmovido. Se tiró con todo a las agujas y el estoque hizo
guardia. Luego la hoja entró completa pero no evitó el aviso. Con el quinto que
tomó dos varas, dobló hasta los medios donde la pelea se desordenó en arreos,
trompicones y banderazos. Cuatro en hueso, fierrazo hondo y otro aviso
Santiago Fresneda, hijo de Gitanillo de América es
diferente a su padre, pero no tanto. Heredó sin discusión su gusto por la
bullición y el efecto que conectan con el püblico. Quizá lo más torero fue su
quite por navarras al noble tercero, “Carabelero”. Desde ahí, la clentela fue
suya. Los pases de diversa marca, dispensados a destajo y en cantidad consiguieron
calentar la grada. Quizás a los puristas no. Pero el estocadón valió por sí
solo la oreja. El sexto lo brindó a su padre. Venía por el triunfo redondo, mas
el Rocha que tenía un altar de Corpus en la testa se aculó en las tablas y no
se dejó matar.
Ya de noche la cosa terminó en un largo sainete
para llevar a “Marinero” hasta el toril. La estoica concurrencia regresó
mojada, aterida y frustrada, en gran parte gracias a los caprichos de su
señoría.
FICHA DEL FESTEJO
Seis utreros de Achury Viejo, serios bien presentados, encastados, ásperos y de
poco fondo.
Sebastián
Cáqueza, silencio y silencio.
Andrés
Bedoya, silencio tras aviso y
silencio tras aviso
Santiago
Fresneda, oreja y silencio tras
tres avisos.
Incidencias: La corrida comenzó con media hora de
retraso por lluvia, se suspendió tras la segunda lidia por lluvia y se reanudó
veinte minutos después con lluvia hasta el final.
Martes 9 de enero 2018. Monumental de
Manizales. 3ª de feria. Aguacero. Media plaza. Con picadores.
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