El
mayoral de Las Ventas habla de la importancia de la parada de bueyes en una
charla en Roquetas.
Florentino Fernández Castillo «Florito», el
mayoral de Las Ventas, fue el invitado al ciclo «El toro en las artes»,
organizado por el área de Gestión de la Ciudad del Ayuntamiento de Roquetas de
Mar. El periodista Luis Miguel Parrado fu el encargado de entrevistar a
Florito, que el próximo 14 de febrero cumplirá 58 años.
El sabido mayoral del coso madrileño, que se
prodiga poco ante la prensa, hizo un recorrido por su vida y dio a conocer
detalles sobro su trabajo como mayoral. «Etoy feliz de estar en Roquetas de
Mar, porque siento el cariño de los aficionados y de una corporación como esta.
Ante todo me considero aficionado y somos los que tenemos que mantener y seguir
luchando por esto».
Florito es hijo del conserje de la plaza de
Talavera de la Reina. «De pequeño siempre estuve al lado de mi padre. El primer
contacto con el toro bravo lo tuve desde que nací. En Talavera siempre había
toros de sobreros y yo, junto a mi madre, me encargaba de meterlos en el
embarcadero para subirlos al camión. Tenía siete u ocho años».
«Si la afición que tengo en mi trabajo la hubiera tenido como
torero, hubiese sido un gran torero»
Y continuó: «Las aficiones en la vida siempre
empiezan como un juego. En mi caso, yo siempre veía toros en mi casa, mi padre
no hablaba nada más que de toros y yo empecé toreando una becerrada que
llevaron para Raúl Sánchez. Fue la primera vez que me ponía delante de un toro.
Si la afición que tengo en mi trabajo, que me siento un privilegiado, la
hubiera tenido como torero, hubiese sido un gran torero».
Más de 30 años
Con tan sólo 18 años, tras la muerte de su padre,
Florito ocupó su puesto en la plaza de Talavera. Y en 1986, Manuel Martínez
Flamarique, Manolo Chopera, le dio la oportunidad de saltar a la plaza de Las
Ventas. Precisamente Chopera fue la persona que lo bautizó como Florito.
«Cuando me propuso irme a Las Ventas lo sentí como un honor, pero pensé que lo
mismo duraría solo 15 días. Ya llevo más de 32 años».
Florito, que se considera una persona tímida y
vergonzosa, aseguró que «ahora lo paso peor que cuando llegué el primer día a
Madrid». Nadie como él sabe manejar los cabestros.
El mayoral de Las Ventas recordó la figura de su
progenitor, hombre clave en su educación y formación: «Mi padre me dijo que los
bueyes eran como los trajes, que tenían que ser todos de un color, que nunca
sacara un buey ni con un cuerno, ni de distintos colores».
«Mi padre me dijo que los bueyes eran como los trajes, que
tenían que ser todos de un color»
«A los empresarios lo que menos le importa es una
parada de bueyes, a ellos les interesan los toros y los toreros. Una parada de
bueyes es importantísima a la hora de mover los toros. Si tienes buenos bueyes
se evitará que un toro se pueda estropear», afirmó Florito durante su
interesante charla en Roquetas de Mar.
También se habló de la doma de los bueyes, donde
Florito es un maestro. «Siempre he buscado la nobleza en los animales y también
la inteligencia. Actualmente tengo 54 vacas y los bueyes que salen en Madrid
los he criado yo. He hecho un buey bonito, armónico e inteligente. Los mejores
bueyes son los que son tímidos y agachan la cabeza. Disfruto mucho con mi
trabajo. En una plaza de toros no disfruto, donde lo paso bien es en los
corrales. Nunca busco protagonismo cuando tengo que salir al ruedo. Los toros hacen
lo que yo quiero y los bueyes hacen lo que yo les digo», confesó Florito.
«El toro que está sobre los 520 kilos es el que realmente se
mueve»
En más de tres décadas de trabajo, Florito se ha
visto en dos ocasiones en peligro. «En una corrida de rejones al ir a
enchiquerarlo se dio la vuelta el toro y me resbalé y caí. Pegué un salto y me
tiré al pesebre, llegó el toro y se volvió. Y otro día fue un toro de Julio de
la Puerta, que se dio la vuelta y en los chiqueros se me arrancó y me cogió
contra la pared, no me hizo nada. Me dio solo con el pitón en la ingle».
Florito habló de los cambios que se ha ido
produciendo en el toro en los últimos 20 años. «El toro es como la bala, porque
cuanto más fina es, más velocidad lleva. El toro que está sobre los 520 kilos
es el que realmente se mueve». Al final de su charla, que fue seguida con
muchísima atención por el público, Florito dejó bien claro que «tengo sólo dos
vicios, uno es los bueyes y otros los perros de caza».
En este acto, que congregó a decenas de personas,
estuvo presente el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat; así como el
diputado nacional, Juan José Matarí; la primera teniente de alcalde, Eloísa
Cabrera, y el gerente de la plaza de toros, Manuel Caballero. También
asistieron varios miembros del equipo de Gobierno de la localidad almeriense. / Diario ABC de Madrid
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