lunes, 22 de enero de 2018

LAS VENTAS - Cayetano: "Deseo que la dinastía acabe conmigo"

El menor de los Rivera mantuvo un encuentro con Curro Vázquez sobre la relación torero y apoderado que colgó el "no hay billetes" en Las Ventas.

ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna

No cabía un alma en la Sala Antonio Bienvenida de Las Ventas ya 20 minutos antes del comienzo del encuentro entre Cayetano Rivera Ordóñez y Curro Vázquez. Sobre la relación torero- apoderado versaba el mano a mano. Doce años de camino conjunto recorrido daban para mucho. Y más si el maestro contaba los vínculos con sus históricos mentores: El Pipo, Dominguito Dominguín, Manolo Chopera, Simón Casas, Bojilla, su hermano Antonio...

Como era de esperar, Cayetano dio todos los titulares. Desde la defensa de la figura del apoderado independiente frente al momento de las grandes superpotencias empresariales que «se cambian los toreros como cromos» al arranque de su temporada en Valencia condicionado por su próxima paternidad. «Es un momento que no me quiero perder, el nacimiento de mi hijo. Y me coincide justo con Castellón [fin de semana del 10 de marzo]. Y con Illescas, que nos han hablado también. No me parecía además responsable anunciarme y no ir por este motivo. En Fallas ya estaré presente».

El encuentro en Las Ventas ilustró a la parroquia sobre la historia de dos hombres que caminaron, y caminan, hombro con hombro, hasta que Curro Vázquez escuche las ansiadas palabras definitivas: "Me retiro".

La pregunta se hacía ineludible. Si su mentor, tío y amigo trazó estrategias para que el menor de los Rivera no fuese torero, ¿qué haría si en su vástago habita la vocación? «Voy a intentar hacer todo lo posible y lo imposible para que no llegue ese día. De verdad que espero y deseo que la dinastía acabe conmigo. Por mucho que sea una profesión que yo admire y respete, y que me haya dado a conocer unos valores y unos sentimientos únicos. Intentaré inculcárselo desde mi perspectiva pero no desde la suya. Es una profesión de alto riesgo y no la quiero para ningún ser querido. Si lo tengo que mandar a Australia, lo mandaré».

A la cuestión sagaz y rosa de una periodista sobre el nombre de la criatura, Cayetano apostó por el suyo y el de su bisabuelo [Es de Ronda y se llama Cayetano], aunque todavía las negociaciones permanecen abiertas con su mujer, Eva González.

Al hilo de la reivindicación del apoderamiento independiente, las superpotencias empresariales que también ejercen de apoderados y el futuro que inexorablemente pasa por la Fundación Toro de Lidia que esas mismas empresas obvian y marginan, Rivera fue claro: «Estoy sorprendido y preocupado. La Fundación Toro de Lidia es el camino. Hay un gran trabajo detrás. Para que vayamos todos en bloque. El hecho de que empresarios de Madrid o Bilbao no estén involucrados me molesta y me preocupa. Como aficionado y como torero. No he tenido tiempo de averiguar el porqué de su ausencia. Hay que lograr el consenso y remar todos juntos en la misma dirección».

La charla en sí misma, moderada por Chapu Apaolaza y auspiciada por la Unión de Abonados de Madrid, también ilustró a la parroquia sobre la génesis de Cayetano, los albores tardíos a los 28, el debut rondeño, la preparación de dos años a puerta cerrada, la falta de becerradas para cumplir con las exigencias mínimas legales, el paréntesis de un par de temporadas de descanso, el manejo de los límites entre la torería y el papel cuché y la historia de dos hombres que caminaron, y caminan, hombro con hombro. Hasta que Curro Vázquez escuche las ansiadas palabras definitivas: «Me retiro».

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