viernes, 25 de noviembre de 2016

“Váyase pal carajo”

KIKE ROSALES
@kikefutbol

La frase la escuchamos desde hace mucho tiempo y nació en alta mar. El tal carajo es una cesta que había en la parte más alta de las naves y subir allí era un suplicio

La llegada era trepando un mástil y meterse en esa cosita que estaba arriba y que permitía observar el horizonte, en ese lugar los marineros se mareaban y orinaban allá arriba haciendo ver que eso era un castigo en vez de un premio al cual nadie quería llegar.

Esa orden tomó protagonismo diario, de una forma u otra enviamos o nos envían a la parte más alta del buque de velas. En San Cristóbal se decidió suspender la novillada, aunque en realidad deberían ser “las novilladas” porque la concesión habla claramente de dos pero una se bajó (anteriormente) por lo costoso que resultaba darla.

La última que nos quedaba en consenso entre la alcaldía, plaza de toros y empresa fue también lo que podríamos llamar “liquidada”. Los festejos menores se terminaron en el cincuentenario de la plaza de Pueblo Nuevo, el motivo lo económico.

Ese punto se ha manejado desde hace rato con las novilladas, no solo aquí, en todo el país las novilladas se están acabando. Que la empresa alegue lo económico no sorprende, además la situación actual nos lleva a zurcir la costura de las roturas por falta de plata y no están para “hacer afición” (aunque deberían hacerlo).

Pero que los taurinos que estuvieron en la reunión por parte de la alcaldía y c.a plaza de toros lo permitan nos cambian la rabia por  tristeza. Es tan igual a la posición del gremio de los toreros, la unión de los mismos que no dice nunca nada ante este tipo de lamentables  suspensiones.

Acabar festejos menores en San Cristóbal nos trae a la boca la frase con la que iniciamos este triste escrito, en San Cristóbal; a las novilladas les dijeron “váyanse pal carajo.

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