Arturo Saldívar |
JUAN ANTONIO DE LABRA
Foto: EFE
Dicen que "los toros no tiene palabra de honor", y
la frase es muy socorrida cuando una corrida no embiste, no obstante la
importancia de su trapío, que es la obligación que siempre debe tener en mente
el ganadero. Y ése fue el caso del encierro que enviaron hoy a la Plaza México
los sucesores José Julián Llaguno, que regresaba al coso de Insurgentes tras
una prolongada ausencia de más de dos décadas.
Y es de agradecer la impecable presencia de los ejemplares
zacatecanos, que ya no se parecen a aquellos toros de encaste San
Mateo-Torrecilla que los entronizó a mediados de los años setentas, sino que
ahora más bien el hato está muy marcado, en tipo, al refresco de encaste Domecq
(vía Jandilla) con el que comenzaron a cruzar el ganado mexicano en los
noventas.
De hecho, a la arena saltaron cuatro toros puros de esta
línea, muy, y dos de ellos, primero y segundo, fueron los que mejores
condiciones apuntaron, pero sin llegar a romper del todo, pues les faltó fondo
de bravura y movilidad. De esta guisa, las cosas se complicaron, porque su
atractivo continente careció de contenido, y así resulta difícil triunfar.
Sin embargo, en ello se afanaron Ginés Marín y Arturo
Saldívar, y no tanto Juan Pablo Llaguno, sobrino de los ganaderos, y que no
anduvo en su día, además de haber sorteado un lote muy cargado de todo: kilos,
cara, y complicaciones.
Con ese primer toro de la tarde, que prometió cosas buenas
de salida, meció muy bien los brazos Marín al torear a la verónica; lo llevó al
caballo con unas gráciles chicuelinas al paso, y también le hizo un quite
vistoso, haciendo gala de un capote sedoso y un excelente concepto del toreo.
El inicio por estatuarios, toreros y ajustados, dando
importancia a todo cuando hizo el jerezano, fue el mejor preámbulo de una faena
en la que brillaron dos series de naturales de fino trazo, y poco más, sino la
disposición y asentamiento de zapatillas del joven espada andaluz, que ejecutó
un clásico volapié que valió una conocedora ovación.
Con el sexto, que llegó defendiéndose a la muleta, nada pudo
hacer, salvo algunas verónicas tersas, que intercaló con un par de airosas
chicuelinas de frente, con el compás abierto, similares a aquellas que realizó
José Tomás en su reaparición valenciana de 2011. Lo demás se le fue en ponerse
delante sin conseguir apenas algún pase de valía, pues el toro no se lo
permitió.
Saldívar se entonó con el segundo, otro toro español de
armoniosas hechuras, que acabó embistiendo deslucido, y ante el que el torero
hidrocálido se esforzó por agradar en una faena creativa con la que trató de
suplir la falta de transmisión del joséjulián. Una buena estocada, de la que el
toro tardó en doblar, fue el final de una faena recia y con ganas de querer
mostrarse, como también lo intentó en el cuarto, un toro que no colaboró por
más intentos que hizo Arturo.
La noticia negativa de la corrida fue la pésima entrada que
registró la plaza, a pesar de que la empresa, en un gesto muy digno, anunció
una histórica promoción de dos por uno para acudir gratis mañana a los toros a
quien viniera hoy a la plaza.
Nadie podrá negar que esta corrida, por el trapío del
encierro y la frescura del cartel, merecía la pena haber despertado mayor
interés entre la afición. Pero no fue así. ¿Acaso a la gente no le gusta ir a
los toros en sábado? Puede ser. Habrá que esperar más acontecimientos para
hacer una lectura más precisa de los cambios que la empresa ha planteado.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de José Julián Llaguno, cinqueños, con
cuajo, de variadas hechuras y sin fondo, salvo el 1o. que fue el más potable.
Pesos: 530, 534, 580,
495, 497 y 575 kilos.
Arturo Saldívar (azul turquesa y
oro): Palmas y silencio.
Juan Pablo Llaguno (gris perla y oro):
Silencio tras dos avisos y pitos.
Ginés Marín (blanco y oro), que
confirmó alternativa: Vuelta con algunas protestas y silencio.
Incidencias: Ginés Marín con
confirmó con el toro "Caballero", número 16, negro, con 530 kilos.
Destacó en varas Luis Miguel González,
que picó muy bien al 6o., y con las banderillas, Antonio Manuel Punta, de la cuadrilla de Marín, que saludó en el
6o.
Plaza México. Tercera
corrida de la Temporada Grande. Unas tres mil 500 personas en tarde fresca.
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