sábado, 19 de noviembre de 2016

Un mano a mano desaborío en Maracaibo

Tres orejas para Orellana sin mucho eco en el tendido
Rafael Orellana en hombros en Maracaibo en tarde de contrastes tanto en la arena como en el ruedo. Foto: José León 
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz

Poco, a cuentagotas, fueron los hechos resaltantes que dieron motivo ayer en el curso de la corrida de toros extraordinaria en el marco de la Feria de la Virgen de la Chiquinquirá en Maracaibo. El juego de los toros de Campolargo han dejado mucho que decir y desear, ante la voluntad y deseos de agradar del par de coletas anunciados, Juan Bautista Jalabert-Rafael Orellana, mano a mano.

Muy poco público en los tendidos del monumental ruedo marabino (aproximadamente 2000 personas), impecable, pero ayuno de ambiente ferial, donde las improvisaciones a última hora por parte empresarial hicieron de este festejo un milagro su realización. Esperemos que esto se subsane por el bien de lo que fue una gran cita taurina no hace poco tiempo.

El francés Juan Bautista ha lucido correcto, pulcro y por momentos displicente a lo largo de la tarde. Su faena ante el que abrió plaza tuvo momentos de lucimiento por ambas manos, dejando ver su bagaje, que no remató con la espada. Similares cotas con el tercero de la función, en la que pudo incluso cortar apéndice auricular; y en el que cerró su lote, se malograría el pitón derecho, siendo devuelto a los corrales, sin opción inaudita de lidiarse el sobrero ante la negativa del empresario Paco Escribano por costear el importe de dicho ejemplar, dado lo exiguo del importe en la taquilla.

Por su parte el tovareño Rafael Orellana ha hecho gala de su repertorio clásico que por momentos desentonó con la categoría de la plaza. Una cosa es las ansias de triunfo y deseos de agradar, y otra teñir de tinte pueblerín lo que bien ha hecho con capote y muleta. Fue la tónica de sus tres actos, en su primero cortando una oreja, siendo ovacionado en el cuarto y cortando generosamente las dos orejas del que cerró festejo.

Tarde de muchas expectativas que no del todo han sido satisfechas. A la espera de mejores tiempos, como todo en este país…

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