KIKE ROSALES
@kikefutbol
Ese es el título de un cuento del maravilloso García
Márquez, el mismo es como una especie de reflexión sobre las cosas que generan
los rumores y los resultados que pueden dar.
En un pueblo pequeño una señora con dos hijos (uno de 17 y
una niña de 14) les responde a la pregunta de ellos sobre porque se le veía tan
mal de una forma tajante, “no sé, pero he amanecido con el presentimiento que
algo grave va a sucederle a este pueblo”.
El hijo se va a jugar al billar del pueblo, pierde una
carambola fácil y cuando de él se burlan los presentes dice como justificándose
“es que estoy preocupado porque mamá me dijo que algo grave va a suceder en el
pueblo”.
El rumor se fue corriendo, tanto que el carnicero tuvo que
sacrificar más de las dos vacas que componía diariamente, la gente comenzó
asustarse porque los pájaros bajaban al piso como si eso fuese noticia extraña
(que los pájaros bajen al piso). Uno quemó la casa lleno de desespero y
empezaron todos a huir como un drama de guerra empezó el desenfrenado éxodo.
El realismo mágico del Gabo nos permite observar cosas que
de una u otra forma tienen que ver con la Feria de San Sebastián y la Empresa Taurina.
La alcaldía habla que espera que lleguen (la empresa) para poder saldar una
deuda, la misma es por impuestos municipales, la queja es que nadie les atiende
el telf.
La misma alcaldía guarda silencio con relación a lo oficial
que debería ser la venta de abonos que están abiertos sin haber pasado por los
trámites administrativos de la municipalidad. La comisión taurina
(posiblemente) el lunes 14 de Noviembre será juramentada, la misma debe exigir
las cosas que le corresponden sin esperar. Revisar los contratos de los toreros
y ganaderías y no “a que los llame la empresa” como nos dijera en una
entrevista su nuevo presidente.
Fabio Castañeda el torero que fuera triunfador en ediciones
aneriores de la feria no ha sido llamado porque algunos consideran que el cobro
publico hecho por su padre le género “un pase de factura”. Lo último es un
wasap público del ganadero Hugo Alberto Molina; quien en un mensaje directo le
pide con nombre y apellido a los representantes de la empresa taurina que se
pongan en contacto con la administración de la ganadería Rancho Grande, cuando
a uno lo llaman a administración es para botarlo o para cobrarle.
Lo otro es la situación que vivimos en la frontera que hace
presumir que poder comprar abonos que además están muy caros llevaría a la gente
a escoger por corrida.
Además se escucha cosas como esta, ¿de verdad estamos para
ver una feria? Ese es la sensación que se se siente en el ambiente, el
distanciamiento informativo de la empresa va ligado a la molestia que genera a
sus acreedores el silencio conventual de los mismos.
Viendo que las cosas no andan “claras” para la feria del
2017, no nos ocurra como las líneas finales del cuento; observando la
“espantada” de los vecinos la mamá del joven que perdió la partida de billar
dijo lapidariamente. “ya lo dije que algo muy grave iba a pasar en este pueblo
y me dijeron que estaba loca”.
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