El venezolano Jesús Enrique
Colombo volvió a Cañaveralejo por una puerta grande que le habían birlado hace
dos años. La recuperó con una faena de indulto y la refrendó con otra de manso.
El bogotano Manrique recibió una oreja. Desiguales vistahermosas.
JORGE ARTURO DÍAZ
REYES
@jadr45
La tarde fue de brindis (tres) al desaparecido ganadero Don
Antonio García. En su honor los vistahermosas habrían tenido también que salir
no solo con moña negra sino con más trapío. Pero no, la novillada santacolomeña
fue terciada, eraluna, desigual y poco armada. El primero daba pena. En dos
predominó la nobleza y se la ovacionaron, y en otro, el segundo, la bravura y
lo indultaron. Los restantes ignorados. Además no se la picó. Ni modo.
Andrés Manrique, abrió con un pequeñín de docilidad
insufrible. Le hizo todo con aseo pero sin levantar emoción. Esa cachaza tiene
clientela, y el aplaudido arrastre se hubiese ido sin una oreja de no haberse
pinchado con desarme. El más entusiasta cuarto le insufló expresividad a las
tandas diestras, y la estocada fulminante borró el fallo previo alcanzando
pelo.
Jesús Enrique Colombo, se explayó con capa, banderillas y
muleta frente al buen segundo. Torres apenas le había simulado el puyazo. Menos
mal. Faena completísima de gran colorido, largura, lentitud y dibujo. A diestra
y siniestra, muleta baja, toreo redondo y circular, a compás, con méritos
mutuos de res y hombre, que la banda y el público jalearon a todo pulmón. El
pañuelo amarillo del indulto flameó en las manos de Usía con celeridad
impresionante y «Alosnero» sin demora tomó rumbo al toril.
El quinto fue todo lo contrario, se escupió del caballo de
Sarmiento, se dolió descaradamente en banderillas, escarbó, reculó, y se
revolvió buscando el bulto cuando no se quedó bajo el brazo. Ya triunfador, el
tachirense hubiese podido pasar de agache. Pero no, encaró el problema y lo
resolvió con autoridad y merito, mucho. La espada en hueso y la tardanza en
doblar bajaron el premio a un saludo que fue poco.
Sebastián Hernández, tuvo dos problemas un lote difícil y
unos recursos limitados. El deseo no basta cuando hay tanto que solucionar. La
obstinación en la mano alta, la enmienda de terrenos y la sustitución del mando
por el destemple no conducen sino a quedar a merced, a la colada y a la
voltereta peligrosa. Riesgo sin recompensa. Esa fue la tónica. Una media
lagartijera letal al tercero y otra media inocua con cuatro descabellos al
sexto, silenciaron las dos trabajosas bregas.
Por segundo día consecutivo la Puerta Señor de los Cristales
da paso a un triunfador. Esta vez a un joven venezolano que va en busca de
altas metas, y tiene con qué.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado 12 de noviembre 2016. Plaza de Cañaveralejo.
2ª de preferia. Sol. Un tercio de plaza. Con picadores.
Seis novillos de Vistahermosa
(en Santacoloma), terciados y desiguales
de presencia y juego. Indultado el 2º «Alosnero» Nº 101, cárdeno, de 376 kilos.
Andrés Manrique, silencio y oreja
Jesús Enrique Colombo, dos orejas simbólicas y saludo.
Sebastián Hernández, silencio y silencio.
Incidencias: Saludaron “Chiricuto”
tras parear al 4º, Ricardo Santana y
Héctor Giraldo tras parear al 6º.
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