KIKE ROSALES
@kikefutbol
La multa a la ganadería La Cruz de Hierro nos enseña algo
que hace rato pareciera existir muy poco en el mundo del toro venezolano, lo
ético. La sanción es porque, en la pasada Feria del Sol en Mérida, cuatro de
los seis astados enviados por esta ganadería al ferial, no cumplían el requisito de la edad.
Los ganaderos, con decencia, han aceptado la situación y
admitieron la multa. Hecho que sorprende por una sola razón, los actos con
decencia nos asombran porque en estos días muy poco los vemos. Ahora bien, ante
el asumir una responsabilidad sin escándalo, con vergüenza incluida, pero con
la dignidad de la verdad se nos abre una pregunta.
La misma es: ¿los únicos que “fallaron” fueron los ganaderos
de La Cruz de Hierro? Aquí comienzan aparecer más interrogantes pero con una
característica, tienen respuesta incluida. Las corridas se compran con
antelación y quienes las adquieren (la empresa) sabe si los toros estarán con
edad y peso para cuando salgan al ruedo, es decir que en este caso comprarla ya
es parte del acto violatorio de reglamentos.
Que la Comisión Taurina de Mérida sancione también nos
muestra complicidad, es decir que aprobaron hechos que estaban fuera de lo
requerido en el reglamento, además la gente paga por una corrida no por una
novillada.
La otra parte es los apoderados de los toreros que la
estoquearon (Daniel Luque y Fabio Castañeda), quienes permitieron que sus
matadores salieran a enfrentar una corrida que estaba baja de peso y edad, todo
por cobrar un dinero que solo da eso y no gloria.
Ahora también no solo es esta la única ganadería que viola
el reglamento, al menos tuvo la decencia de aceptarlo, o se nos olvida como en
corridas vemos cómo sale el cartel de “multado” basándose solo en el peso, la
cosa no es cuánto pesa porque un toro de cuatro años con trecientos ochenta
kilos es un toro flaco, muy esmirriado pero toro al fin, con tres años es un
novillito mal alimentado.
Pasa el tiempo y vemos como el Reglamento Taurino es pasado
“por el arco del triunfo” de manera constante, lo vemos cuando piden apoderados
toros más pequeños y ojala entre “erales adelantados o utreros”, como las Comisiones
Taurinas lo permiten, ganaderos que lo alaban y empresarios que se silencian.
Esto de la multa a La Cruz de Hierro es un acto que nosotros
alabamos el hecho (junto a la decencia de aceptarlo) pero demuestra que los
toros en el país hace rato andan por los niveles de la violación de reglamento.
Habría que señalar también que han salido corridas en edad,
peso y trapío, quizá esa es la “solitaria” lucha que tienen algunos ganaderos
para salvar una parte del “gremio”. La ignorancia de mucha parte del público
(más el espectador que el aficionado) no entienden eso de los reglamentos por
una sola razón, para ellos los toros son solo en la las fechas cuando van a la
plaza el resto del año “ni bola” como para pretender que exijan que se cumpla
lo escrito.
No es necesario ser muy profundo en esto o buscar la
sociología para comprender porque hace rato triunfar en la plazas de Venezuela
no abre ferias importantes, (el tamaño y la edad de los toros limitan eso), así
es como entendemos el viejo axioma jurídico que de una forma cruda describe la
situación de las corridas en Venezuela al tenor de esta multa, “a confesión de
partes relevo de pruebas”.
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