‘Las administraciones de Ayuntamientos cuyo poder ha pasado a manos de
esta inculta y cavernaria nueva izquierda, están usando su poder legítimo de
gestionar como una estrategia a medio plazo que eche el cerrojo al toreo’
‘Nadie dice claro y alto que Carmena y su corte gladiadora de
animalistas, ha cerrado la Escuela. La han cerrado burlando la ley’
‘¿No pedimos justicia? ¿Libertad? Pues vayamos allí donde el Estado de
Derecho dice a los españoles que han de ir cuando se les priva de libertad y de
sus derechos. A los juzgados, a la ley, a los tribunales’
No se trata de los 61.000 euros de la ayuda a la Escuela de
Tauromaquia de Madrid. No. Que no. Señores, que no se trata de eso, que es
pecata minuta. Aprendamos a leer, por favor. O leemos bien al enemigo o estamos
fuera. Se trata, una vez más, de un conflicto legal. Se trata, por enésima vez,
de un acto administrativo arbitrio que usurpa la ley, que hace las veces de la
ley, que frustra la ley, que corrompe la ley, que elimina derechos individuales
y colectivos recogidos en la Constitución. Pero ¿es que aún no nos damos cuenta
de que ése es el asunto?.
Ése es el asunto: los actos administrativos de gestión por
parte de las nuevas administraciones están violando los derechos de la
tauromaquia. Hay que ir a los tribunales. Dejémonos de reaccionar a golpe de
pulmón, dejemos de embestir a arreones de testosterona de una vez por todas,
dejemos esos boteprontos de manifestaciones que incluso pueden dejarnos la cara
colorada, y actuemos con una contra-estrategia respecto a la que ellos están
usando. Talento. Pausa. Rapidez. Estrategia. Ya.
Éste es el caso: las distintas administraciones de
Ayuntamientos cuyo poder ha pasado a manos de esta inculta y cavernaria nueva
izquierda, están usando su poder legítimo de gestionar como una estrategia a
medio plazo que eche el cerrojo al toreo. Como estas Administraciones saben que
NO tiene legitimidad ni poder para prohibir, están usando en todas partes su
poder de gestionar para impedir el desarrollo de la tauromaquia. Y a veces,
casi siempre impedir, es prohibir. Impedir igual a prohibir. Y eso es
susceptible de delito.
El caso de la Escuela
de Madrid es un ejemplo evidente. Todos andan rasgándose las vestiduras e
incendiando a nuestras ¿masas? por la retirada de la subvención. Pero nadie
dice claro y alto que Carmena y su corte gladiadora de animalistas, ha cerrado
la Escuela. La han cerrado burlando la ley. ¿Cómo? Sencillamente anunciando que
el recinto de El Batán y alrededores, para 2016, se usará para otros fines.
Para otras actividades. ¿Cuáles?. Las que no impliquen maltrato animal. Así de
claro. Bien. Pues con esta argumentación se está violentando la ley, los
derechos legales y constitucionales de las gentes de la Tauromaquia. ¿Cómo? De
esta forma:
Uno. La Tauromaquia es una actividad legal en todo el
territorio español.
Dos. La Tauromaquia está excluida en las leyes de defensa de
los animales de este país y sus Comunidades, como acto de maltrato animal. En
Madrid, también. Igualar maltrato animal y tauromaquia es decir que cada
individuo, toreo, aficionado, público de toros, es maltratador. Y eso es acusarnos
de un delito. Difamación.
Tres. Si la Tauromaquia es, por Ley, un Patrimonio Cultural
de los españoles, amparado de forma expresa por la Constitución y, además, y
por tanto, no está considerada como actividad de maltrato animal, evitar e
impedir su desarrollo libre, es ir en contra de la ley y de los derechos de los
españoles.
Cuatro. Ningún acto administrativo puede impedir el
desarrollo de una ley y de una actividad legal. Eso es una burla y un fraude a
ser denunciado ante los tribunales.
Cinco. Declarar,
afirmar, argumentar… de forma pública y oficial que la Tauromaquia es una
actividad de maltrato animal, es un ataque ilegal que cercena el derecho al
honor, al buen nombre y a la imagen de los españoles que participamos de esta
actividad legal amparada por la Constitución.
¿Queda o no queda claro? Pues como es así y no es de otra
forma, ahí están los Tribunales de Justicia. ¿No pedimos justicia? ¿Libertad?
Pues vayamos allí donde el Estado de Derecho dice a los españoles que han de ir
cuando se les priva de libertad y de sus derechos. A los juzgados, a la ley, a
los Tribunales. Lo demás, arreones de media bravura. Porque todo el mundo se
rasga ahora las vestiduras por la pírrica subvención pero se calló como mudo
cuando, desde 2004, ‘los nuestros’ dejaron que El Batán se convirtiera en un
criadero de ratas. Si El Batán estuviera lindo, generando recursos, a lo mejor
nos cantaba otro gallo. Y todo el mundo se ha callado cuando, en dos
Presupuestos Generales del Estado elaborados por ‘los nuestros’, no se ha
oficializado partida alguna para la Tauromaquia, a la que tiene derecho por
ley. Ni un euro, salvo para un no se sabe si estupendo o estúpido premio.
Da la impresión de que en este país, la ley es para todos
menos para nosotros. Que no somos ciudadanos españoles. Lo somos, pero
taimados. Menos valentía en redes sociales y menos demostración de legítima
ira. Talento. Estrategia. Trabajo. Lucha dentro del Estado de Derecho. Porque
los jueces no entienden de ‘los nuestros’ ni de los ‘enemigos’. Entienden de
leyes. Así que está claro. La estrategia de la gestión enemigo es evidente, la
ve un niño: IMPEDIR PARA PROHIBIR. Por tanto: o nos vamos a la lucha legal, a
los tribunales, hoy mismo, de una vez por todas, o habremos traicionado a
nuestras libertades. Traicionado a nuestros derechos como españoles y
partícipes de la Tauromaquia.
Una traición al toreo. / CARLOS
RUIZ VILASUZO - MUNDOTORO
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