ZABALA DE LA SERNA
Albacete
Diario ELMUNDO de Madrid
Una confabulación de alguacilillos y autoridad retrasaron la
corrida 10 minutos para que el gentío ocupase su localidad para cabreo del
público mayoritariamente puntual. La conspiración de la lentitud afectó también
a un toro de Torrealta que fue un dechado de temple. Y clase. Un tacazo de
hechuras de amable cara. Surcador en verdad surcaba la arena. Fandi se contagió
también del ambiente sin hora y de la templanza del torrealta. Y corrió la mano
derecha acoplado a aquella embestida de lujo. Fueron dos series sin contar el
prólogo de rodillas. Después la calidad del toro de Borja Prado se perdería en
el marasmo de honestidad de Fandila, quien en un cambio de mano prolongó hasta
la eternidad el natural más enroscado de la faena.
No sé si a veces Surcador se metía un punto por la
izquierda, o molestaba el viento, pero el conjunto maravilloso de su empleo
rozó la perfección. Fandi se metió más en su papel de animador de las fiestas
con circulares invertidos, molinetes de rodillas y en ese plan. Como el lío que
había montado con las banderillas en cuatro pares o en las ceñidas chicuelinas
de rompe y rasga. Extrañamente pinchó. Una sola vez. Media estocada arriba dejó
la cosa en una oreja bien currada. La ovación para Surcador atronó Albacete.
La corrida de El Pilar, que ya se había remendado con el
hierro de Borja Prado, mermó aún más con la devolución del escurrido segundo.
Se partió el menudillo de la mano derecha ya en banderillas. Una suerte para
Sebastián Castella con los extraños que había hecho en el capote. Doble fortuna
cuando apareció un bravo sobrero de Torrealta con el único defecto de puntear
en los finales de viaje. Como un tren se arrancó con Castella clavado en la
boca de riego. Los péndulos silvetistas incendiaron los tendidos. Mas Le Coq
entró en fase mecánica, piloto automático. Tengo para mí que desde los seis
toros en El Puerto de Santa María los espolones se han guardado y algunos
fusibles fundido.
El último representante de Torrealta traía unas hechuras
altonas y feotas, como sin cuello. Una prenda sin excesivo poder,
afortunadamente para José María Manzanares, que encajó varios derrotes al
pecho. No había sido el prinpicio de faena lo más adecuado. Bueno, un principio
que nunca es principio sino un aleteo campero que no explica. De uno de
aquellos telonazos por alto rodó el toro de costado...
A las ocho de la tarde, el presidente miró la hora y envió
casi consecutivamente y con prisa dos avisos a El Fandi, ya pasado de celo
profesional con un toro corpulento y de curiosa alzada que se dejó a derechas.
Para colmo se encasquilló con el descabello. Las nubes cobraban formas de
platillos volantes. Las sensaciones de Castella con un lindo burraquito no
mejoraron en una faena larguísima con aquellas embestidas buenecitas e informales
y sin final como la tarde. Y aun así casi puntúa por obra y gracia del bendito
respetable. Con el aparente, serio y suelto sexto, la cuadrilla de Manzanares
volvió a bordarlo con los palos. Su matador se entendió en su holgado concepto
con el notable pitón izquierdo, un tanto gazapón cuando se le vaciaba
aceleradamente el natural. El personal entró en la faena casi enteramente
zurda, más vertical en su último tramo. La estocada quedó suelta e hizo falta
descabellar. Habían caído los dos avisos. En una de las veces que se retiró
para volver a usar el verduguillo el toro se arrancó de improvisó y arrolló a
José María Manzanares como un camión. Un volteretón. Conmocionado en el suelo
quedó. Los compañeros se lo llevaron a la enfermería en volandas. A las 20:55
Castella finiquitaba la función de tres horas. La corrida interminable.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Albacete. Miércoles, 16 de septiembre de 2015. Novena
de feria. Lleno.
Tres toros de El Pilar, se
dejó por el derecho el grandón 4º, buenecito pero informal y sin final el 5º; y
el serio 6º de notable pitón izquierdo; y tres de Torrealta (superior de temple y clase el 1º, el bravo con un ligero
punteo el 2º bis y el feo y complicado 3º); muy desigual la componenda.
El Fandi, de grana y oro. Pinchazo y media estocada
arriba (oreja). En el cuarto, pinchazo, estocada y seis descabellos. Dos avisos
(silencio).
Sebastián Castella, de rioja y oro. Dos pinchazos y estocada
perpendicular (saludos). En el quinto, pinchazo y estocada. Aviso (petición y
saludos).
José María Manzanares, de negro y azabache. Pinchazo y media
estocada (silencio). En el sexto, estocada rinconera y suelta y varios
descabellos. Dos avisos antes de resultar cogido.
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